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miércoles, 11 de septiembre de 2013

La máscara Veneciana - Gloria Codina



Título: La máscara veneciana
Autora: Gloria Codina
Publicación: Plaza & Janés, junio de 2013
Páginas: 353


Debería haber nacido en otra época.
Soy Costanza. Fui la pequeña Contanti,

Costanza da Fondasini, sor Maria Umile,
Madame Constans, y otros muchos nombres.
He sido niña, esposa, noble, viuda, amante,
madre, monja, cortesana, y maestra, pero jamás he dejado de ser mujer.
Esta es mi historia.

Mi experiencia con la novela

La novela que hoy os presento fue proclamada ganadora del Premio Círculo de Lectores de Novela en 2012 (donde es el jurado popular el que decide finalmente que novela resulta vencedora) y ahora nos llega publicada por parte de la editorial Plaza & Janés. Este primer título supone el volumen inicial de la saga Las Rosas de Lilith, una serie de novelas que pretenden destacar el papel que ha venido desempeñando la mujer en un mundo regido casi exclusivamente por el género masculino a la vez que se reivindica su figura. Un proyecto muy ambicioso para una escritora novel que me parece que tiene un buen comienzo pero que habrá que esperar para conocer las siguientes entregas.

La historia se desarrolla en Venecia en la segunda mitad del siglo XV. Su protagonista es Constanza Contanti, un niña inteligente y despierta hija de un maestro artesano joyero muy rico por lo que las comodidades están aseguradas. La familia aspira entrar en la clase noble y codearse con la flor y nata de la sociedad por lo que han cuidado de forma exquisita la educación de Constanza para aumentar su valor con respecto al matrimonio.  A sus diez años ya ha sido prometida a Oddantonio de Fondasini, el primer duque de Castelforca, y una  vez alcance la pubertad y su cuerpo este preparado para recibir la maternidad deberá partir con este hombre que tiene veinte años más de edad que ella.

Las reglas del juego son sencillas y Constanza dispone de todo lo necesario para ser feliz, eso sí, debe dejar que otros decidan por ella y adaptarse a las circunstancias que le imponen. Pero ella no es una niña como las demás. No sólo es curiosa sino de inteligencia muy despierta y Constanza se plantea numerosos interrogantes que nadie puede responderle. Pero más que una bendición los dones de Constanza se convierten en una lacra que le impiden ser feliz y le hacen rechazar el mundo que la rodea.

Contanza, la hija de un acaudalado joyero, la tercera entre cuatro hermanos, la niña educada en un ambiente exquisito –que no sólo saber hilar, coser y tejer sino canto, latín, griego y algebra entre otras disciplinas- se cría en un hogar donde apenas siente el cariño de su madre, una mujer amargada por no haber conseguido la posición social que deseaba a través de su matrimonio. Una mujer que pretende que su hija cumpla sus propias expectativas sea cual sea el precio. Aunque su padre no se muestra tan severo en su trato hacia ella también queda claro que sus opiniones importan muy poco.

Entre las alianzas con que contará Constanza se encuentra su esclava o ayuda de cámara, Sitti, una joven de su edad con la que conectará de forma inmediata y a quien comenzará a ver como una hermana y no una simple mercancía, Enrico Acade, un hombre misterioso con quien mantiene una atracción mutua desde el momento en que se conocen o Lorenzo, un primo con quien descubrir una parte desconocida de ella misma.

Una de las cosas más llamativas de la novela es la excelente ambientación con que cuenta. La historia se desarrolla en Venecia a partir del año 1458, cuando Constanza tiene tan sólo diez años. En esa época la ciudad era un hervidero de gente de distinta procedencia que llegaba a la ciudad ante la bonanza económica que se vivía. Hace especialmente hincapié en mostrarnos el carnaval de la época con toda su fastuosidad, unos días que precediendo la Cuaresma, la contención y el ayuno, se vivían de forma intensa y la ciudad se convertía en un paraíso dominado por la libertad y el libertinaje. Momento en que cada uno se permitía dar rienda suelta a sus deseos sin remordimientos cometiendo actos deleznables y amparado bajo el anonimato que presentaban las máscaras como la colombina (antifaz típico del carnaval de Venecia que se adornaba con piedras y plumas).  Su autora no escatima en detalles para transmitirnos el ambiente que se respiraba en aquellas calles, sus aromas y sus colores.


Otro de los aspectos que contribuyen a crear una excelente ambientación en la novela es el estilo narrativo usado por la autora. El vocabulario adaptado a la época, un tanto arcaico, formal y donde la cortesía a la hora de dirigirse al resto de los personajes es primordial. Así incluso Constanza se dirige a su padre o madre en forma de mi señor o mi señora. Este aspecto puede parecer incómodo o un tanto denso pero la autora lo resuelve perfectamente y la novela se lee con agilidad a pesar de ser rica en detalles que nos van formando imágenes sobre la época y nos ofrece cierta información sobre las costumbres o el modo de vida.

La novela es narrada en primera persona por su protagonista Constanza que a modo de  diario quiere dejar constancia de como ha sido su vida y sus memorias ya en una edad de su vida muy avanzada. La novela mantiene un buen ritmo a la largo de su extensión y consigue sorprender al lector en el desarrollo de algunos de sus acontecimientos por lo que no resulta una novela predecible. Su estructura es a través de capítulos de larga extensión (por lo que no son muy numerosos) que van dividiendo en distintas etapas la vida de su protagonista.

A parte de contarnos una historia de ficción en La máscara Veneciana Gloria Codina pretende analizar y denunciar el papel que vivía la mujer en la sociedad del momento. Una época en que la mujer era usada por el hombre como una simple moneda de cambio para obtener fortuna, alianzas políticas o una buena posición social.  Las muchachas eran entregadas a sus maridos poco después de menstruar por primera vez cuando sus cuerpos aún no estaban totalmente desarrollados. Su lugar era muy simple mantenerse fiel al marido, dirigir la casa y parir sus hijos. Sin opciones para decidir sobre sí mismas, sin la necesidad de formarse un pensamiento propio y sin ser dueñas de sí mismas. Ni siquiera podían salir a la calle sin una compañía masculina representada bien por el padre, el marido o un hermano.

«Es el hombre perfecto quien debe dirigir a la imperfecta mujer. Yo sé mandar y sé que ella sabrá obedecer. Recordad que es el gallo quien domina a la gallina» (Página 85)

En este sentido Constanza lo tiene muy claro. No entiende porque las mujeres no pueden decidir sobre su propia vida, ni porque son entregadas a matrimonios sin amor. Como ella misma nos avisa al comienzo de la novela “Debería haber nacido en otra época”. Los fuertes ideales que va desarrollando le hacen admirar a Christine De Pizan, autora del Libro de las damas, considerada la primera escritora profesional en la historia de Europa y precursora de la lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. 

Si miramos hacia atrás podemos comprender que desde tiempos muy antiguos existieron mujeres que fueron pioneras y lucharon por conseguir que el mundo de la mujer fuera distinto, por abandonar el estúpido papel que se le había impuesto. Pero como mujer, y aunque me duela reconocerlo, el machismo –que incluso se extiende a nuestros días- nunca hubiese podido existir sin el apoyo de otras mujeres que quizás se sentían más a gusto desarrollando ciertos papeles.

En la novela, la sexualidad cobra un papel fundamental que nuestra protagonista va descubriendo a través de distintos episodios con hombres, a veces forzados cuando Constanza es aún una niña ingenua y otras veces consentidos e incluso propiciados con distintos hombres que la autora concreta a través de escenas cargadas de erotismo pero sin demasiado explícitas. Pero el despertar de su sexualidad no supone ningún trauma sino un proceso natural en el desarrollo de su protagonista.

Respecto al final, decir que se trata de un desenlace abierto e incompleto pues la historia ya sabemos que continuará en un segundo volumen. Eso sí, nos deja en un punto de máxima tensión y una encrucijada para Constanza.

Conclusión

La máscara Veneciana es una obra que con un resultado interesante que nos transporta con asombrosa facilidad a una época muy atractiva, nos narra sus costumbres y nos enseña el papel de la mujer en la sociedad en ese momento a través de una protagonista con mucho carisma y aderezando la novela con cierta dosis de erotismo.