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domingo, 17 de marzo de 2013

Al acecho - Noemí Sabugal


En marzo de 1936 Madrid es un hervidero de manifestaciones, conspiraciones y motines que se traducen en una creciente inestabilidad social. El Frente Popular ha ganado recientemente las elecciones y la oposición quiere hacerse escuchar. La República tiene los días contados y, sin saberlo, la población se acerca a una guerra civil que dejará temblando el país.

En este contexto de crispación y nerviosismo aparece en un callejón el cadáver de Margarita, una adolecente de catorce años a quien han estrangulado. Nada indica que el cuerpo haya sido violado y lo han dejado dispuesto con un cuidado especial. Las manos cruzadas sobre el pecho y el vestido bien colocado inspirando cierta candidez e inocencia.

Julián Fierro, inspector del Cuerpo de Investigación y Vigilancia, será el encargado de investigar el caso. Pronto la aparición de otra víctima en condiciones similares revelará la existencia de un posible asesino en serie.

Mi experiencia con la novela

“Es terrible decirlo, pero me alegro de que las niñas no estén aquí para ver lo que ocurre. Creo que usted también siente algo así, no me pregunte por qué, imagino que lo he viso en sus ojos, que siempre me parecen tristes y perdidos. Entonces me alegro de que estén lejos de todos nosotros, de esta desdicha. Sobre todo cuando llega la noche e imagino este país desmoronándose a su alrededor, sus sueños llenos de pesadillas, el miedo.”

Al acecho. Página 225

 La leonesa Noemí Sabugal ha conseguido con la que es su segunda novela ganar la XXXI edición del Premio de Novela Felipe Trigo (que por cierto es de mi tierra) y nos llega publicada de la mano de la editorial Algaida.

Al acecho es una novela negra en la que el contexto histórico tiene una importancia vital en su desarrollo. Se trata de una obra con un argumento verosímil, unos personajes definidos y un contexto interesante. Su lectura me ha resultado muy entretenida y a la vez enriquecedora.

En un callejón de Madrid aparece el cadáver de Margarita Alves, una muchacha procedente de una familia muy religiosa; una buena alumna despierta, sociable y entusiasmada con las novelas románticas que se veía con un chico. La muchacha ha sido estrangulada y no hay indicios de violación pero su cuerpo ha sido delicadamente colocado en una pose determinada, un lazo en la cabeza, el vestido bien estirado sobre las piernas y las manos sobre el pecho.

Poco después otra chica, Isabel Vega, aparece en condiciones parecidas. La muchacha trabaja en una casa de modas y se acostaba con un viejo por dinero ante una situación familiar precaria. Aparentemente nada tiene que ver con la anterior asesinada, salvo que ambas muchachas han estudiado en el mismo colegio. 

Será Julián Fierro, el inspector del cuerpo de Investigación y vigilancia de Madrid, quién se ocupe de indagar sobre estos asesinatos. Sin pruebas de ADN, ni la ayuda de una sofisticada tecnología en que apoyarse Fierro tendrá que iniciar sus pesquisas centrándose en el entorno de las jóvenes para obtener alguna información. Su familia, amigas y el colegio donde ambas habían estudiado serán el punto inicial de la investigación.

Mientras, Madrid es una ciudad  inestable donde la izquierda y la derecha luchan por el poder. Atentados, huelgas, enfrentamientos y manifestaciones suceden cada día mientras la sociedad tiene el miedo en el cuerpo.

Julián es un hombre cansado del mundo, incapaz de comprometerse con nada y arriesgar su vida por una lucha a la que no ve sentido o por lo menos en la que no desea aparentar ser un héroe. En un lugar y un tiempo en el que todos se han posicionado, él ha tomado la determinación de huir de los problemas que le rodean. Bastante tiene con su situación personal que no es muy satisfactoria. Vive sólo y mantiene una relación con Adela, una ex prostituta que tiene un hijo pequeño; una mujer a quien no puede amar pero que consuela su desazón. En realidad está enamorado de Juanita, la camarera del Café Azul que no le hace demasiado caso. A todo esto, se le suma la incomodidad de tener una madre demasiado mayor y enferma.

Se trata de un personaje que la autora nos define de forma rotunda. Un hombre con principios propios que no duda en usar y abusar de su autoridad para conseguir sus objetivos. Todos los personajes que aparecen en la novela están dotados de un realismo apabullante. Sus acciones y opiniones los definen claramente y representan algunos de los modelos muy presentes en la época en que se desarrolla. La madre que teme que su hijo se vea involucrado en la problemática del gobierno, la mujer apartada de la sociedad porque no es decente, hombres involucrados en su causa, maníacos y otros que se aprovechan de la situación conforman un panorama desolador.

La novela se estructura en cuatro partes diferenciadas y divididas a su vez en diversos capítulos. En cada uno de ellas hay una especie de introducción preliminar narrado por la voz del asesino (en primera persona) a quién no conoceremos hasta el final de la novela pero si nos da las pistas esenciales para que comprendamos tanto su forma de pensar como lo que pretende conseguir con la muerte de las niñas. Salvo estos, el resto de la narración corre a cargo de una voz en tercera persona.

Al acecho tiene un sabor antiguo, clásico, a otra época y a una forma de hacer las cosas distinta a nuestros días. Una investigación que debe realizarse sin complicados análisis que arrojen luz, sin un equipo ni una tecnología que ofrezca pistas y datos conclusivos. Es la lucha de un hombre preocupado por encontrar un asesino de inocentes mientras a la sociedad parece no importarle demasiado.



Se nota que la autora ha realizado una gran labor de recopilación de documentación. No solo arroja datos sino que recrea a la perfección el ambiente político y social que se vivía en  Madrid justo antes de proclamarse la guerra civil. Con la falange ilegalizada pero activa, clandestina y aprovisionándose de armas el odio se esconde en sus calles y el miedo acecha. Los enfrentamientos, manifestaciones y conspiraciones están a la orden del día. El asesinato del diputado socialista Jiménez Asua , el tiroteo en el desfile del aniversario de la república y la muerte de Calvo Sotelo no hacen más que acrecentar la sensación de incertidumbre de una población no puede hacer nada ante los que se le viene encima.  El malhumor impregna las calles de Madrid que se ha convertido en una ciudad gris, llena de inmundicias y desesperanzada.

La autora utiliza un estilo sencillo pero pulcro y limpio en la prosa. No descubre sus cartas de forma instantánea sino que las aclaraciones se harán esperar y sólo lo harán en el momento justo. La lectura resulta adictiva, amena y rápida pues un uso bastante abundante de los diálogos está presente durante toda la obra. Además estos están muy bien conseguidos, son muy reales y no presentan ningún tipo de artificio.

En su resolución la novela no llega a sorprender y la autora ha apostado por un final convincente pero clásico y que podríamos prever sin mucho esfuerzo. Lo mejor de la novela, sin duda, se encuentra en su desarrollo.

Conclusión

Al acecho es una novela que gustará a los amantes de la novela negra clásica. Se trata de una trama entretenida y una maravillosa recreación de una parte de la historia en nuestro país. Un libro que se lee de forma gustosa.

** Gracias por el ejemplar a Algaida.