Páginas

domingo, 10 de junio de 2012

La apuesta - John Boyne


Danny Delaney es un niño que disfruta de sus vacaciones de  verano disfrutando con la idea de que tiene mucho tiempo por delante aún para vivir libremente y ajeno a sus obligaciones escolares.
Pero una tarde regresa a casa después de jugar con su amigo y vecino Luke y descubre extrañado que su madre no está en casa. Esto es algo que se sale de la norma pues ella no suele salir a esas horas.
Después de pasar toda la tarde esperando solo en casa, llega su padre que no sabe nada acerca del paradero de su madre. No será hasta el anochecer cuando aparezca acompañada de dos policías. Y es que algo horrible ha sucedido.
Danny presiente que esa noche su vida cambiará y no se equivoca porque a partir de entonces su padre le ordena que no la moleste y apenas la ve. Sin duda, a su madre le pasa algo por la cabeza que Danny no acaba de entender. De ser la mujer atenta y cariñosa a la que Danny ha conocido siempre pasa a ser una mujer ausente y deprimida que ha perdido el rumbo de su vida y que parece haber olvidado a su familia.
Pero ¿Qué sucederá con Danny y su familia? ¿Será su madre capaz de superar el tremendo suceso?
Mi experiencia
La afición a la lectura es uno de esos hábitos que mas cuesta mantener. Cada vez hay menos personas que leen y la figura del lector va cayendo en desuso.
El caso es que el hábito de la lectura es un preciado don que no debe perderse y hay que fomentarlo. Para ello en Reino Unido se llevó a cabo una iniciativa llamada Quicks Reads que traducido significa “Lecturas rápidas” que trataba de fomentar la lectura en adultos.
El objetivo es acercar la lectura a esas personas a las que les cuesta engancharse a un libro o que no tienen el hábito y así comenzar a establecer una costumbre que poco a poco se supone que irá creciendo. Toda la colección se compone de lecturas breves, sencillas y ágiles ideales para lectores noveles.
Y esta es la razón por la cual esta novela ha visto la luz. Boyne la escribió para la colección que se creó.
A John Boyne es imposible no identificarlo con la novela que ya ha sido llevada al cine “El niño con el pijama de rayas”. Una historia que ha generado multitud de opiniones tanto buenas como malas pero que en definitiva se ha convertido en un best-seller que muchos de nosotros tuvimos que leer aunque fuese simplemente por la curiosidad que tal fenómeno nos generaba.
En esta ocasión Boyne vuelve con una historia narrada por un niño. Si hay alguna palabra que define perfectamente esta novela es insulsa.
A priori la historia puede parecer atractiva. Un niño que ve como algo horrible le ha pasado a su madre y él no puede hacer nada al respecto. Su familia se va desmoronando poco a poco y Danny cada vez se siente más solo. No solo porque su madre ha dejado de ocuparse de él sino porque su padre no para de reñirle intentando calmar la situación.
En toda esta vorágine Danny conoce a Sarah, una niña que pretende acercarse a él de cualquier forma y confesarle un secreto que le esta atormentando. Una relación que le traerá más de una reprimenda y más de un quebradero de cabeza.
A mí me ha recordado un poco al libro “Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea”.  Y aunque una vez leídas ambas novelas no pueden compararse en principio sí que parecen tener muchas cosas en común. Ambas están protagonizadas por niños que viven una tensa situación familiar pero que luego en el desarrollo no siguen los mismos patrones.
La  novela nos narra la historia en primera persona desde la voz del niño. Si el principal defecto que le encontraba a “El niño con el pijama de rayas” es que no estaba muy bien conseguido el personaje principal en esta novela el autor parece haber superado esta cuestión y se acerca bastante a los pensamientos de un niño.
En cuanto a personajes no podemos decir que estén bien desarrollados y que en definitiva podamos empatizar con alguno de ellos porque apenas llegamos a conocerlos. Tenemos sus nombres y su lugar en la historia pero poco mas.
La prosa se adapta perfectamente a narrador. Sencilla y directa quizás en exceso. El libro, que no llega a las cien páginas, se lee en tan solo una hora y aunque resulta ameno su contenido es muy flojo. Boyne no concreta nada ni personajes, ni escenarios. De forma que cuando lo terminamos parece una historia destinada a ser olvidada porque dentro del libro no hay nada. Su resolución resulta como el libro, insustancial. Me he quedado con cierta sensación de vacío al terminar la última página. Y la verdad es que no se pues contar mucho más porque en el libro no da para nada más.
Como os decía al principio este libro forma parte de una iniciativa para fomentar las lecturas en adultos. Supongo que para alguien que no esté muy acostumbrado a leer pueda resultar ameno por ser muy corto. Pero a mí me ha parecido muy soso. Una cosa es que la lectura sea sencilla y otra es que parece que el libro esté destinado a mentes obtusas. Para inculcar el hábito de la lectura, en mi opinión, se necesita una historia más interesante que pueda enganchar al que lo coge y demostrar que la lectura puede aportarte algo.
A pesar de todo de este libro ha vendido se han vendido millones de copias. Supongo que algo habrá influido el que este escritor por John Boyne y que pueda asemejarse a su best-seller. El libro costaba nueve euros  y me alegro de no haber pagado por él.