No se muy bien la razón concreta por la que escogí este libro. No fue el Premio Azorín con el que cuenta ya que normalmente, y sobre todo en los últimos tiempos, no tengo el gusto muy afín a los jurados de los premios literarios. Supongo que en realidad fue el argumento que es el gancho perfecto para mí, para que una novela llegue a mis manos.
Voy a ser muy parca en contar el argumento. La novela comienza con una grave y extraña confesión de su protagonista. Gala es una mujer que se está recuperando de la ruptura con su pareja. Cuando recibe una llamada de teléfono de su hermano emprende con urgencia un viaje a Madrid: su abuela está enferma y debe despedirse de ella. Pero ese viaje será como una especie de catalizador para toda la familia que les impulse a revelar aspectos de su vida que Gala no conocía.
No puedo entrar en muchos más detalles porque la novela no da mucho más de sí. El punto de partida no puede ser menos original. Lo habré leído en tantas otras novelas que me resultó hasta aburrido de forma que ya no tiene ese impacto que debería provocar el pensamiento de una despedida de un ser querido.
El resto de la novela me ha resultado tan insulso como ese inicio. No es más que la recopilación de las circunstancias que suceden en la familia de su protagonista. Y aunque lo diga la sinopsis oficial a mí no me ha parecido que sean "secretos" en el sentido estricto de la palabra. Yo entiendo que para que existan los secretos debe haber una voluntad de que las cosas no se sepan, un afán en ocultarlos por algún motivo. Y aquí eso no se produce.
La protagonista irá conociendo no solo el presente sino además acontecimientos del pasado de sus familiares (sus padres, su hermano y su tía Julia) que no conocía. Y como adelantaba he de decir que tampoco me han parecido secretos que contengan grandes misterios o sean impactantes. Son cosas que cotidianamente suceden a las personas y que a veces apetece contar y otras no. El hecho de no ir aireando tu vida no significa tampoco que se guarde celosamente. Incluso hay cosas que se cuentan cuando llega el momento apropiado sin mas. Por ejemplo no a todo el mundo le apetece hablar de una crisis en su matrimonio o de una infidelidad.
La autora ha elegido un nombre muy peculiar para una protagonista que a mí no me ha resultado especialmente atractiva. Y me gusta cuando los personajes tienen un carácter o forma de ser cuya carta de presentación es el nombre. No se, Gala no me ha producido ninguna reacción ni simpatía ni nada. Después de leer la novela me quedo con tan poco de ella como al principio. Y lo mismo me ha sucedido con el resto de los personajes que están ligeramente esbozados e infundidos en todos los tópicos y clichés del mundo.
Y paradójicamente una novela que habla sobre las relaciones familiares se queda en cosas demasiado superficiales que no me han producido emoción ninguna sino aburrimiento. En realidad casi que se centra más en los desamores de sus personajes que en el tema sobre el que pretende que reflexionemos. Incluso me da cierto tufo a moralina.
En La vida desnuda me ha faltado emoción, me ha faltado que la autora profundizará en esos sentimientos de los que habla y que lograra transmitirme algo. No siempre hay que contar cosas muy importantes para calar en el lector pero si se hace bien, con muy poco se puede conseguir. A mí me parece que la autora abusa de frases o formas de explicar las cosas que se repiten muchísimo y que otros ya han utilizado.
En definitiva, una novela que no me ha gustado. Me ha parecido floja, insulsa, superficial, repetitiva y muy poco original. Una novela que parece haberse escrito con prisas y en la que la autora no profundiza en nada.