Voy a ser tajante:
si alguien no ha visto Los puentes de Madison que corra a verla. Creo que es
una de las mejores películas que se han hecho hasta el momento. Quizás no sea
del todo perfecta y quizás puedan mejorarse algunos aspectos de la misma pero
es maravillosa. Y
eso que no suelen gustarme las adaptaciones de libros a películas pero esta es
una de las escasas ocasiones en que merece la pena.
Sin embargo siempre
recomiendo leer el libro antes. Porque lo imaginas a tu manera. Creas las
escenas y les das vida a sus personajes como tú quieres. Aunque cuando una
película alcanza la fama de este libro, porque primero nació el libro, es más
complicado poner tanto de tu parte y obviar las mil veces que hemos visto imágenes
de ella. La historia es la misma aunque yo creo que en el libro comprendemos
mejor a sus personajes, sus motivos, como se relacionan y como se sienten. Profundiza
mucho más en todo lo que la historia toca.
Según el autor es
una historia que sucedió en la realidad y de la que Robert James Waller tuvo
conocimiento. Investigó y aunque puso de su parte algunas cosas intentó ser lo más
fiel posible a la realidad. Él llenó las lagunas pero nunca sabremos cómo fue
la verdad.
La historia
transcurre durante unos días del año 1965 en el condado de Iowa. Cerca de los
puentes de Madison County, en una zona rural y bastante solitaria, Francesca,
una granjera, conoce a un forastero que lleva una cámara y dice querer hacer un
reportaje sobre los puentes cubiertos de la zona para la revista National
Geografic.
Mientras el marido
y los hijos de la mujer están fuera, en una feria de ganado, el fotógrafo Robert
Kincaid pone emoción y aventura a su aburrida vida en el campo. Y sin darse
cuenta, se convierten en algo más que dos desconocidos….
Y más o menos así
comienza una de las historias de amor más bonitas y emocionante con la que me
he encontrado en mi vida. Es un amor ilícito, puede que moralmente no sea correcto
pero también es la relación de dos adultos que en plena madurez descubren que
el amor no tiene edad, que la pasión se renuva en el momento menos esperado. Pero
yo creo que también es una novela que puede plantear algunas reflexiones. Sobre
la lealtad y la fidelidad (Francesca está casada), sobre la elección entre el
querer y deber y sobre el sacrificio.
Los dos personajes son
muy diferentes. Él es un hombre que no tiene estabilidad alguna en su vida.
Viaja, hace fotos, vive experiencias. Es atento, cuidadoso y educado pero
también misterioso y atractivo. Ella es una inmigrante italiana casada con un
granjero. Una mujer con una vida aburrida dedicada al hogar y a sus hijos. ¿Los
abandonará para vivir una historia de amor y pasión?
Es una novela breve
pero muy intensa. La narración no sucede de forma lineal, sino que comienza por
el final y aunque podemos intuir su final no le resta ni un ápice de interés
porque necesitas descubrir el cómo y el porqué. Hay momentos que merecen muchísimo
la pena por la delicadeza con que se narran, lo que viven sus personajes y lo
que provoca al leerlo.
Por todo ello, sin
duda os recomiendo la lectura de Los puentes de Madison, una novela que narra
una bellísima historia de amor.