Después de La madre y La viuda llega a nuestras manos La
sospecha, la que es la última novela de Fiona Barton. Las dos primeras fueron
novelas que me absorbieron y entretuvieron muchísimos y con el mismo objetivo
he cogido esta, que hoy os traigo al blog.
La trama argumental orbita sobre la desaparición de dos jóvenes
británicas. Desde hace una semana los familiares de Alex y Rosie no tienen
noticias de ellas. Ninguna ha llamado ni se ha puesto en contacto con sus
padres. Ni siquiera para conocer sus notas de las pruebas de acceso a la
universidad como habían quedado en hacer. Las chicas están en Tailandia, un
viaje del que querían disfrutar antes de ir a la universidad y comenzar nuevas
vidas.
Muy pronto la noticia llega a oídos de la periodista del
Daily Herald Kate Waters que como siempre, intentará ser la primera en contar
la noticia. Y tal y como le ha sucedido en ocasiones anteriores no podrá evitar
involucrarse personalmente porque el caso le recuerda a un drama que vive de
primera mano. Y es que hace bastante tiempo que no ve a su hijo…
Esta es la tercera novela en la que sale el personaje de
Kate Waters aunque no son novelas que puedan considerarse continuaciones o
alguna especie de serie. Cada una de ellas se puede leer de forma independiente
y no hay riesgo de spoilers ni cosas por el estilo. Aunque en este caso
encontraremos una diferencia sustancial y es que la conoceremos más en su
ámbito privado que como periodista y con un mayor peso.
La novela comienza con un ritmo sostenido. Es el caso de
desaparición de dos jóvenes, que puede ser voluntario o pueden haber sufrido
algún tipo de accidente. Pero con el paso de las páginas se va enturbiando la
historia y añadiendo detalles más y más macabros hasta pasar de ser una
historia que parecía sencilla a una con bastante miga y algo retorcida.
A parte de la intriga y el misterio como fondo Fiona
Barton vuelve a tocar un tema que abordó en La madre, aunque de otra forma. La
maternidad es muy compleja y un gran condicionante para las mujeres como nos
muestra esta autora. Parece como si a través de sus novelas quisiera explorar
la problemática de las mujeres en la actualidad. Sus roles, sus posibilidades,
etc… y de esta forma sus protagonistas absolutas son mujeres en apuros, que
buscan la verdad, que se pierden en incertidumbres y que llegan a un punto en
el que tocan fondo y de nuevo resurgen. Mujeres en cuyos pellejos no nos querríamos
encontrar pero con las que al final empatizamos y llegamos a comprender.
Al final el gran tema de la novela, es en mi opinión, ese
momento en que los hijos salen del nido. Como madre es lógico sentir preocupación,
pero ¿tenemos suficiente confianza en nuestros hijos? ¿Están donde nos cuentan?
¿Qué hacen y cómo se comportan cuando no los vemos?
Kate es una periodista que no duda en recurrir a las
triquiñuelas con tal de llevarse la noticia a su terreno. Está casada con Steve
y tiene un hijo, Jake, al que no ve desde hace tiempo y con el que habla
escasamente por teléfono. No sabe exactamente donde se encuentra pero de alguna
manera ha aprendido a asumirlo. Solo voy a detallar y, lo he hecho muy
brevemente, quien es este personaje, pero alrededor de él nos iremos
encontramos otros muchos como las familias de las desparecidas.
La novela esta narrada a través de varias voces y perspectivas.
Estos cambios de narrador, de contexto espacio-temporales y la alternancia de
diferentes subtramas (que luego desembocan lógicamente en una común) hace que
la novela se lea con mucho dinamismo a pesar de que sobre todo en su primera
mitad no prime la acción.
También se agradece ese estilo directo, sencillo y fluido
que conforman una narración de estilo ligero y fácil lectura. Al final yo creo
que estos libros están escritos para entretener, para que el lector se olvide
de todo y disfrute sin más de la historia que tiene delante. Algo que La sospecha
sin duda consigue.