Título: Después de
Kim
Autora: Ángeles
González-Sinde
Publicación: Duomo,
2019
Páginas: 347
Reconozco que no
leí El buen hijo, la novela con la
que la autora quedó finalista del Premio Planeta en 2013, por mis propios
prejuicios, que los tengo. No me gusta el estilo de este certamen literario o
al menos no lo hacía en aquella época (ahora creo que han cambiado los gustos
del jurado) y el nombre de la autora me sonaba demasiado a televisión y política.
La sinopsis de esta novela me llamó la atención, pero a la vez dudé y
finalmente fue una recomendación personal la que me inclinó a su lectura. Os
cuento mis impresiones.
Hace más de treinta
años que John y Geraldine se divorciaron y desde entonces no se han visto en demasiadas
ocasiones ni han tenido mucho contacto. Desde el momento de la separación no se
aportaban mucho mutuamente. John rehízo su vida con Miriam, una mujer que ya ha
fallecido, y Geraldine no ha tenido ninguna relación tan estable.
Cuando una llamada
les informa de la trágica muerte de su hija Kim emprenden un viaje hacia la
costa alicantina. Es el lugar en donde Kim vivía desde hace algunos años sin
tener demasiado contacto con sus padres. Tal era el silencio entre ellos que ni
siquiera conocían la existencia de la pareja de su hija y su nieto. En España
no solo se toparán con una realidad muy cruda: todo indica a que su hija ha
sido asesinada y su nieto ha desaparecido y ellos quieren llegar al final de
todo y encontrar la verdad.
Después de Kim ha resultado ser una grata sorpresa para mí. En
realidad mucho más que eso porque ha sido una lectura que me ha gustado
muchísimo. En principio tenemos dos frentes: uno es la dinámica de una familia
destruida y en otro lado el misterio que rodea la muerte de Kim. Sin embargo,
esta última tiene muchísimo menos peso del que cabe esperar en favor de la primera.
Creo que la Ángeles
González-Sinde ha creado una historia en la que trata el tema de las relaciones
familiares con una gran profundidad, con delicadeza y gran habilidad para poner
palabras a emociones y comportamientos que no son fácil delimitar tanto como ha
hecho ella. Nos sumerge con gran precisión primero en el matrimonio de Geraldine
y John. Vemos como se conocieron y qué les llevó a casarse; también
comprendemos a la perfección qué les llevó a separarse. Y en segundo lugar la
relación con su hija, de niña marcada por la distancia entre sus padres y luego
por la difícil adolescencia.
Y me ha gustado que
la autora no requiere a la crueldad para mostrarnos las razones que llevan a
dos o tres personas, en este caso, a perder el contacto, a distanciarse. No
quiero desvelar nada pero hay muchas razones por las que las relaciones
familiares pueden fracasar y no todas tienen porque ser excesivamente graves.
Su encuentro, treinta años después, la ausencia de su hija, lo único que ya les
quedaba, es el de dos desconocidos que no tienen nada en común. Pero el roce,
la nueva cercanía propiciada por esa unión derivada de la tragedia hará que
ellos comprendan que pasó entre ellos y porque su propia hija se alejó tanto de
ellos.
Y esta parte de la
novela me ha absorbido tanto, me ha resultado tan interesante que prácticamente
me he olvidado del crimen, cuyo principal sospechoso es su pareja, en muchas
ocasiones o me importaba menos que seguir conociendo las intimidades de la familia.
Obviamente la autora lo resuelve, cierra el círculo desvelando además todo lo
referente a su nieto. No me he
encontrado el final que veía venir y lo agradezco. De hecho, ya había dicho que
como ocurriera tiraba el libro por la ventana. Pero, aun siendo diferente, creo
que la autora se precipita, resuelve la parte del “misterio” demasiado rápido y
con muchas prisas. Me ha decepcionado un poco y esto le baja puntuación al
libro. En el primer momento me “enfadó” un poco ese final. Quería más de Kim,
Geraldine y John. Pero ya más en frío me he dado cuenta de que el libro me ha
gustado y me ha hecho disfrutar mucho y que ese final que flojea tampoco borra
lo anterior.
Prácticamente son
solo dos los personajes que tienen importancia. John y Geraldine están extraordinariamente
construidos a nivel interno. Su evolución se hace muy patente con el paso de
las páginas y particularmente él se ha ganado mi corazón. Ambos son muy
diferentes entre sí y tienen conceptos diferentes del amor, del desamor, de la
lealtad, de la confianza, la culpa, el dolor o el miedo los temas sobre los que
básicamente trata la novela.
En definitiva, Después de Kim es una novela en la que
más que intriga yo he encontrado un maravilloso mapa introspectivo de sus
personajes. Un viaje tanto físico como espiritual que les hará ver sus vidas y
a sí mismo desde una perspectiva muy diferente a la que habían tenido hasta el momento.