Título: El artesano
Autora: Sharon
Bolton
Publicación: Roca,
2019
Páginas: 393
El argumento de
esta novela me llamó inmediatamente la atención aunque fueron los comentarios
que fui escuchando sobre ella los que finalmente me hicieron decidir que quería
leerla.
La novela comienza con
el entierro de un hombre al que la única gente que acude parece estar
satisfecha con su muerte. Solo quieren comprobar que queda bajo tierra para
siempre. Y es que Larry Grassbrook no fue un hombre cualquiera sino, que
treinta años atrás, había sido un despiadado asesino en serie que acababa con
las vidas de niños de una forma espeluznante: los enterraba vivos.
La persona que
logró resolver este caso y enviarle hasta su muerte a la cárcel fue la
inspectora Florence Lovelady cuyo trabajo encumbró su carrera. Sin embargo una
serie de nuevos crímenes muy al estilo de Larry, ya muerto y enterrado, pone en
jaque a la policía ¿Será un imitador o Florence se equivocó? ¿Qué está
ocurriendo?
Una de las cosas
que más me han gustado de El artesano
es la atmosfera tan lóbrega e inquietante que su autora logra recrear. Me gusta
mucho este tipo de ambientación que te pone los pelos de punta y que tiene tanta
intriga como esta novela. Me atrapó desde el comienzo con una escena horrible y
una trama compleja y trabajada que gira entorno a la existencia de la peor cara
del ser humano y precisamente la que parece hacerme más inhumano. Las más
sádica y cruel.
Cuando era pequeña,
una prima me contaba con pelos y señales historias de gente enterrada viva y
durante años crecí con ese miedo en el cuerpo. Luego descubrí que ella, que era
unos años mayor que yo, me contaba los relatos de Poe. Y aunque entendí muchas
cosas siempre quedó eso en mi interior. Imaginaos encontrar esta novela lo que
ha supuesto para mí.
Otro aspecto que me
ha gustado mucho en la novela son las referencias que la autora hace de la
brujería, los aquelarres, la magia y los conjuros de los que la autora encuentra
inspiración en su pueblo natal según nos explica en una nota introductoria. En la
novela la localización cambia un poco. Nos encontramos en una pequeña ciudad
que tiene una leyenda sobre las brujas que existieron en el siglo XVII y cuyas
supersticiones siguen muy vigentes en la actualidad. Pero ¿Será verdad que hay
algo de magia en todo esto?
La novela está
narrada en primera persona y se sucede alternando dos líneas temporales. Una
está ubicada en 1969 cuando tres niños habían desaparecido y la policía descubrió
que una de ellas había sido enterrada viva. Y la otra es el año 1999 cuando una
serie de acontecimientos hacen que Florence rememore el pasado y se cuestione
si en aquel momento se equivocó. Ella estaba recién llegada a Sabden y era una novata.
Curiosamente estaba muy cerca del hombre al que acusaría algunas semanas después
ya que alquiló una habitación a los Glassbrook.
Y se nota una gran
diferencia entre la Florence de finales de los años sesenta a la de finales de
los noventa. Cuando comenzó su carrera era una joven inexperta y retraída.
Ninguneada por los hombres del cuerpo policial que no solo no confiaban en ella
sino que preferían que les sirviese el café antes que verla trabajar. En cambio,
en la parte más actual es una mujer que ha luchado por hacerse un hueco y un
nombre. Ya nadie puede avasallarla.
Con respecto al
estilo narrativo la autora tiene un estilo cuidado pero sin recargar la prosa
en exceso. Eso sí tiene un ritmo medio y sostenido en la mayor parte de la
novela. Me ha gustado su trama, que ha sido trabajada y que te mantiene en tensión
aunque creo que el desenlace no termina de culminar la obra.
En definitiva, he disfrutado
mucho con la lectura de El artesano.
Un novela oscura e inquietante que mezcla la maldad humana, con las creencias y
con un ingrediente paranormal.