Título: El taller
de slime
Autora: Selina
Zhang
Publicación:
Picarona, septiembre de 2018
Páginas: 80
No sé si alguno de
vosotros desconoce el slime. Aunque no lo creo os cuento que es una sustancia
pegajosa, estirarle y deformable que nos recuerda a juegos que ya tuvimos en
nuestra infancia. Pero ha regresado con fuerza y parece que a los pequeños de
hoy en día parece gustarle tanto como a los niños que fuimos nosotros.
Selina Zhang ha
investigo en base a la física de los fluidos y sus propiedades y ha encontrado
la manera de que salgan perfectos. De todo esto nos ofrece su respectiva explicación,
así como unos consejos sencillos para manejarlo y hacerlo con seguridad.
Obviamente está dirigido a niños ya un poco mayores que sean un poco más
responsables y no se lo lleven a la boca por ejemplo y no hagan otras cosas.
Ella nos propone una serie de recipientes pero son fácilmente sustituibles por
cosas que puedas tener en casa. También nos recomienda buscar un sitio que sea
fácilmente lavable o al menos en donde el daño pueda ser menor. No olvidemos
que esto es química.
A mí me encantó la
idea de este libro y mi hija se volvió loca con él. Un taller de slime que nos
da diferentes fórmulas para construir veinte tipos diferentes. En el mercado ya
los venden hechos pero yo creo que siempre es interesante que ellos mismos los
fabriquen y vean el proceso. Lo más importante además de hacerlo uno mismo es
que te aseguras de que están libres de bórax (ácido bórico). Esta es una
sustancia que puede ser tóxica y muy peligrosa. De hecho hay muchos tutoriales
en la red en los que se utiliza. Y hay que tener cuidado.
Otra cosa que me
parece importante es que se puede fabricar con ingredientes que cualquiera
puede tener en casa o si no es así, se pueden encontrar fácilmente. Son del
tipo cola blanca, crema, colorantes alimentarios, espuma de afeitar, jabón de
manos, arcilla, polvos de talco, arena, velas o pinturas entre otras cosas.
Además en el libro está muy bien explicado, paso a paso y de forma que es
difícil, por no decir imposible, perderse. Eso sí hay que ser un poco cuidadoso
con las cantidades.
Y lo que más ha
gustado a mi hija es la gran variedad de slime distintos que puedes hacer y
luego aplastar, estirar, manosear y si, seguramente más de uno termine pegado
en algún lugar en el que no debería estar. Pero también la autora ha pensado en
ello y nos ofrece la forma de quitarlo de lugares como el pelo, la ropa o el
sofá (en caso de accidente o invasión). Otros consejos se refieren a su almacenamiento
o al momento de tirarlo a la basura.
Volviendo a los
diferentes slimes que podemos hacer los hay brillantes, mates, con diferentes
texturas, de los que hacen pedorretas o incluso hinchables. Nosotros ya hemos
probado el moco de unicornio y la verdad es que ha sido una actividad que ha
entretenido mucho a mis hijos, que les ha despertado su curiosidad y con la que
han disfrutado un montón. Os dejo, como siempre, unas fotos para que comprobéis
por vosotros mismos el contenido del libro.