Páginas

viernes, 5 de octubre de 2018

Al otro lado - Álvaro Maqueda


Título: Al otro lado
Autor: Álvaro Maqueda
Publicación: mr, septiembre de 2018
Páginas: 116

Al otro lado es la primera novela de Álvaro Maqueda (que hasta ahora se había centrado en los relatos) y es una de esas historias que no te dejan indiferente. Me ha resultado tremendamente curioso que una historia tan corta, que tiene poco más de cien páginas, pueda contener una historia tan truculenta.

Jorge, el protagonista, se despierta y descubre asombrado que yace en el suelo en una habitación oscura, con restos de haber sido incendiada y que no reconoce. Muy cerca de él hay un hombre al que no conoce de nada. Sin embargo lo más llamativo es que está encadenado y con los ojos vendados. Este grita desesperado por ser liberado.

Poco a poco a medida que sus ojos se acostumbran a la luz y se fija en los objetos que hay en la habitación descubre que hay una serie de mensajes muy significativos y que hacen referencia a la biblia. Parece que alguien está jugando con ellos y que tendrán que hacer algo para liberarse del secuestro. La única puerta que existe está cerrada con dos candados. Pero ¿Cómo conseguir las llaves? ¿Y que hay al otro lado de la puerta?

Este el punto de partida de una novela que resulta inquietante y estremecedora. Solo será a medida que los personajes vayan hablando y descubriéndose uno ante el otro la forma en que descubriremos porque están allí retenidos en contra de su voluntad y si hay alguna relación que existe entre ellos.

Una novela vibrante y muy intensa que te apetece y puedes leer del tirón. Y que además toca temas muy duros. No puedo en esta ocasión ser más explícita. Quizás en algún momento me hubiese gustado conocer alguna información extra que me aclara algunas otras cosas que me he preguntado pero creo que la novela cumple perfectamente su función.

Solo son dos los personajes que protagonizan la historia. Jorge es un sacerdote que ha ido perdiendo feligreses. Conoceremos poco a poco su complicada infancia y cómo se ha refugiado en sus creencias para encontrar algo de paz. En principio no sabemos si hay alguna vinculación con el hombre, con los ojos vendados y maniatado, con el que se encuentra nada más despertarse en el suelo de una habitación muy extraña. El hombre está desesperado y furibundo y actúa un poco como contrapunto a Jorge. Es de modos más rudos y brutos. Jorge logra liberarlo y con ello desata su furia. No sabremos que tendrán que hacer allí. De hecho ni siquiera ellos mismos lo saben. Lo primero que suponen es que los secuestradores quieren dinero. Pero solo son un sacerdote y un albañil.

Aunque sean estos dos personajes los que físicamente aparecen en la historia otros aparecerán para descubrirnos su pasado. El autor lo hace a través de recursos, flashbacks y sensaciones oníricas. Y son dos nombres de mujer lo que aparecen. Son Laura y su hija Diana. La primera acude a Jorge para pedir consejo sobre su vida, la cual está marcada por la desgracia. Intenta que el sacerdote sea un guía espiritual ya que considera que se ha desviado del buen camino

Álvaro Maqueda ha optado por una narración vertiginosa que no da respiro. Todo sucede a gran velocidad y con un lenguaje muy conciso, contundente y directo. No hay ninguna floritura ni información innecesaria y es realmente una novela en la que ese va al grano. A lo que interesa. Alternando la narración en tercera y primera persona va y viene en el tiempo para desenredar las consecuencias que el pasado ha tenido en el futuro. He de reconocer que desarrollar una historia tan complicada en tan poco espacio exige mucha destreza a la hora de desarrollar el argumento, que el lector vaya encajando la información que nos va dejando. Si es verdad que en algún momento he tenido que releer alguna escena porque no entendía bien lo que estaba sucediendo y aunque al final, la mayoría de cosas quedan bien clara me hubieran aportado más información sobre otros aspectos que me he cuestionado.

Conclusión

Al otro lado es un thriller psicológico inquietante y perturbador que transcurre a un ritmo vertiginoso y una vez empiezas no puedes soltar.