Título: Cicatrices
de charol
Autora: Berta
Pichel
Publicación:
Edicions B, febrero de 2018
Páginas:425
Nía es una joven de dieciocho años que sueña
con ser actriz mientras su vida transcurre en la comarca del Bierzo bajo la
sombra protectora de su madre, una mujer muy conservadora.
Cuando la protagonista conoce a Valeriano, un
activista de la UGT, se lanza a un romance lleno de pasión que la obligará a
hacer frente a los prejuicios de una sociedad convulsa y abocada a la guerra.
Una historia de crecimiento, de superación, de
ideales y amores de juventud, en la que Nía tendrá que vencer un obstáculo tras
otro hasta lograr convertirse en la mujer que desea ser.
Mis impresiones
Pocas veces me puedo resistir a una novela que tenga una protagonista
femenina y que además esté fechada a inicios del siglo XX. Cicatrices de charol es la primera novela de Berta Pichel y ha
ambientado la novela en León, más concretamente en El Bierzo, el lugar donde
nació. Por otro lado, la portada me parece muy atractiva.
“Nía corrió escaleras abajo tan pronto la
oyó trajinando en la planta baja. Se detuvo en el penúltimo peldaño y
permaneció quieta unos segundos. Su madre había madrugado más de lo habitual y,
si se había puesto a fregar tan temprano el suelo del bar, estaba claro que
algo no iba bien. Entonces se dio cuenta. ¿Cómo no se le había ocurrido guardar
el vestido?”
La historia comienza en Ponferrada en al año 1933. Nía es
muy joven; pero con apenas dieciocho años tiene grandes aspiraciones. Sueña con
ser actriz y llevar una vida por todo lo alto. Sin embargo su madre es una
mujer de mente muy anticuada, muy conservadora y protectora que nunca le va a
permitir que salga del camino que ha marcado para ella. Debe dedicarse a la
costura. Su padre murió dos años atrás y las dos mujeres viven con el hermano
de Nía del dinero que les proporciona el bar que tienen en el pueblo.
Nía asume su situación con resignación hasta que conoce a
un joven activista de la UGT del que se enamora inmediatamente. Su amor es correspondido
y la relación le hará vivir los mejores y dulces meses de su vida a pesar de la
firme oposición de su madre y hermano. Si el comienzo del romance es idílico
pronto Nía se dará de bruces con la realidad. Así mismo se verá atrapada por
una sociedad en la que el hombre tiene el poder, es quien consigue el dinero,
decide y dirige una familia y a las mujeres les pertenece permanecer en el
hogar.
Cicatrices de
charol es una novela que nos habla de las creencias, de los ideales y de la
superación de los problemas y adversidades a través de una muchacha joven que
tendrá que descubrir por sí misma que en la vida los sueños no se cumplen con
facilidad. Además se encuentra en una sociedad muy cerrada y que vive momentos
convulsos. Aunque sus personajes no lo sepan, España se dirige inevitablemente
hacia una guerra. Y en el ambiente ya se nota la inestabilidad política y
social. El tiempo en que se desarrolla la novela (1933-1934) no llega hasta la
guerra civil pero nos vamos a encontrar una buena recreación de cómo se
vivieron sus años preliminares en la comarca de El Bierzo.
La autora se esmera en hacernos conocer como hubo gente
que intentó luchar contra el gobierno y hacer la revolución desde lo más bajo. Escondidos,
urdiendo planes para pasar desapercibidos y con los objetivos muy claros. Aunque
no es un tema que me sea completamente desconocido me ha gustado que nos
acercara a como se vivieron todos esos cambios en esa zona de León, en el que
los mineros y obreros sabían que tenían que alzarse si querían conseguir
algunos derechos. Los empresarios ricos, la iglesia, los burgueses vivían a
costa de su sufrimiento y se convirtieron en sus enemigos.
Nía es la protagonista absoluta de la historia. Un
personaje muy bien dibujado y que me ha gustado. Es una chica adelantada a su
época que tiene que renunciar a sus sueños pero no lo hará al que cree que es
el amor de su vida. A lo largo de la novela veremos cómo crece, evolucionada y,
en consecuencia de lo que va viviendo, cambia su carácter y disposición ante
las circunstancias que se presentarán en la vida. Se sentirá traicionada,
desilusionada y perdida teniendo que tomar duras decisiones que afectarán a su
futuro. Valeriano es el nombre del joven del que se enamora. Un personaje con
el que he empatizado menos porque no me han gustado sus decisiones, aunque dan
mucho juego en la trama de la novela.
De todas formas, actúan en consecuencia con la esencia
del personaje lo cual es un punto a favor. Hay claroscuros y muchos matices en
ellos. No pertenecen a ningún estereotipo de bondad o maldad absoluta. En la
novela hay otros personajes que irán apareciendo o desapareciendo y que tienen
cierto peso en la novela aunque los voy a dejar en las sombras. He tenido mis
favoritos pero en general he comprendido a la mayoría de ellos incluso a
Avelina, la madre de Nía.
Sin ser una novela de gran ritmo, más bien es medio en la
primera parte, su lectura es ágil y muy amena gracias a la forma de narrar de
la autora, sobre todo en ese aspecto histórico que siempre es más difícil
encajar naturalmente en la historia. Tampoco puedo dejar de comentar las tramas
románticas que se desarrollan en ella. Desengaños, amores impostado, deseo,
pasión, engaño son algunas de las emociones que experimentarán sus personajes
respecto al amor.
Conclusión
Cicatrices de
charol es una novela de lectura amena y entretenida cuya protagonista me ha
gustado mucho y que además cuenta con una buena ambientación y
contextualización histórica.