Título: Bajo cielos
lejanos
Autora: Sarah Lark
Publicación:
Ediciones B, febrero de 2018
Páginas: 656
Hamburgo, en la actualidad: la periodista
alemana Stephanie nació y creció en Nueva Zelanda. Pero ha perdido cualquier
recuerdo sobre sus primeros años de vida ahí. Ahora deberá volver al país de su
infancia y recuperar su pasado.
Ahí descubre la existencia del diario de una
joven maorí del siglo pasado, cuya dramática historia tiene una profunda
influencia sobre los hechos del presente.
En su viaje por Nueva Zelanda la acompañará el
carismático y atractivo maorí Weru, que la ayudará no solo a descubrir secretos
familiares escondidos durante mucho tiempo, sino también emociones que
Stephanie nunca se había atrevido a conocer.
Mis impresiones
Los que pasáis por
aquí a menudo ya sabes que he leído todas las trilogías y la biología que ha
publicado Sarah Lark (no las voy a mencionar porque son muchas), que disfruto
mucho con sus novelas y me resultan muy entretenidas. Es una autora muy prolífica
que, aunque cuenta historias distintas, sigue una estructura similar en sus
historias. Sin embargo en Bajo cielos
lejanos vamos a apreciar una serie de cambios que más abajo os comento.
La historia
comienza en Hamburgo en la actualidad. Stephanie es una periodista obsesionada y
especializada en escribir artículos sobre casos criminales. Precisamente se
encuentra trabajando en un proyecto en que sacará a la luz una serie de
asesinatos que nunca fueron resueltos para publicar en Halloween. Investigando
se encuentra con uno ocurrido en Nueva Zelanda, precisamente la ciudad en que
pasó sus primeros seis años de vida, pero de los que no conserva ningún
recuerdo desde el que, según le han contado, sufriera un accidente en el que
murió su padre. Tras este acontecimiento su madre y ella se mudaron a Alemania
y nunca regresaron.
Cuando su jefe le
propone participar en una investigación sobre un hipnotista que dice poder
hacer recordar a sus pacientes sus vidas anteriores Stephanie acepta. Se trata
de desenmascararlo pero sin embargo ella sale de la consulta convencida de que
en otra vida fue una niña maorí llamada Marama. Para investigar decide viajar a
Nueva Zelanda en donde encuentra un diario que será muy revelador y que le
ayudará a comprender su pasado.
Por primera vez
Sarah Lark introduce como forma de desarrollo una novela que se desdobla en dos
líneas argumentales, una en pasado y otra en el presente. Con respecto a la
primera nos traslada a la segunda mitad del siglo XIX que será protagonizada
por la pequeña hija de un jefe tribal que pierde a toda su familia y su tribu
en una batalla contra el hombre blanco y es comprada por los Clavell, una
familia adinerada. En las novelas de Sarh Lark es muy importante la relación de
los nativos maoríes con los colonos y en esta novela no va a ser diferente. Hará
hincapié en esta ocasión en como los niños de una u otra étnica fueron
secuestrados o adoptados por la otra y como se tuvieron que adaptar a ese
cambio completo de vida.
Me ha gustado
conocer la vida de Marama o Marian Clavell, el nombre que le pondrán más tarde.
Una niña que tiene que adaptarse a una familia blanca adoptando sus costumbres
y cómo, aunque goza de ciertos privilegios que otros trabajadores del servicio
no tienen, ella se sigue siendo una buena “adquisición” para la familia. Se criará
al lado de los hijos de los Clavell pensando que es una más en la familia pero
con el paso del tiempo llegará el momento en que cada uno tenga ocupar su
sitio.
La parte del
presente va cobrando interés conforme la historia avanza. No os quiero contar
mucho pero su protagonista, Stephanie, se pondrá a investigar sobre un asesinato
(también es una novedad en las novelas de Sarah Lark) ocurrido hace más de
treinta años y que nunca se llegó a resolver. Y lo más importante recordará sus
primeros seis años de vida en Nueva Zelanda que hasta el momento eran un
agujero en su mente. ¿Qué clase de trauma habrá sufrido para que su mente
reniegue de ello? ¿Es verdad la historia que su madre le contó?
Como siempre los
personajes que traza esta autora me han resultado cercanos, carismáticos y muy
humanos. Marian y Stephanie no serán las únicas que aparecerán porque también
hay otras figuras que nos resultarán atractivas tanto en una como otra época y
que tienen mucha importancia para el desarrollo.
A través de ellos
la historia tiene intriga, secretos familiares, una investigación, un
asesinato, dos personas desaparecidas, una mente traumatizada, un diario, una bonita
historia de amor… Todos estos ingredientes hacen que sea una novela muy
entretenida y que lees sin darte cuenta. Y gracias también al estilo narrativo
tan ágil y fluido con que la autora siempre narra sus historias.
Y como es habitual
Nueva Zelanda ocupa un lugar especial en la novela a través de las cual seguimos
conociendo más datos sobre la historia y cultura de este país. Se nota el amor
y cariño de Sarah Lark con que la autora quiere recuperarlos y hacer que el
lector los visualice. Y sobre todo se
nota ese proceso de documentación que ha tenido que realizar para mezclar
ficción y realidad. Serán diversos
escenarios los que iremos visitando aunque esta vez en dos épocas diferentes dándonos
una idea de cómo es este país en la actualidad. Aunque se toma ciertas licencias
literarias para hacer más atractiva la historia. Por ejemplo creando un centro turístico
en Parihaka, un lugar en donde corrió mucha sangre y que actualmente no queda
mucho de él. El hombre blanco siempre pretendió quitarle todo lo posible a los
nativos e incluso esclavizarlos y estos se defendieron como pudieron.
Conclusión