Título: El deshielo
Autora: Lize Spit
Publicación: Seix Barral, septiembre de 1017
Páginas: 526
En 1988 nacieron
tres niños en la pequeña ciudad de Bovenmeer: Laurens, Pim y Eva. Durante la
infancia, y debido a la difícil situación familiar que vivía, la niña se volcó
en su amistad con sus compañeros. Al llegar a la adolescencia, y azuzados por
una incipiente curiosidad sexual, los chicos iniciaron un escabroso juego que
tendría graves consecuencias para ellos. Transcurridos trece años de ese último
verano juntos en que todo se desbocó, Eva regresa a Bovenmeer dispuesta a
ajustar cuentas con el pasado.
El deshielo es un extraordinario e inquietante debut, situado entre el thriller, la comedia negra y la novela de aprendizaje. El despiadado retrato de Lize Spit sobre la crueldad adolescente y el impacto y la desazón que provoca, deja en el lector una sensación de temor y fatalidad que se resuelve de manera sobrecogedora.
Mis impresiones
El deshielo es un extraordinario e inquietante debut, situado entre el thriller, la comedia negra y la novela de aprendizaje. El despiadado retrato de Lize Spit sobre la crueldad adolescente y el impacto y la desazón que provoca, deja en el lector una sensación de temor y fatalidad que se resuelve de manera sobrecogedora.
Mis impresiones
Si miramos atrás, hacia nuestra adolescencia, seguro que
encontraremos algún momento que la marcó definitivamente. Puede ser algo que
actuó en sentido positivo o puede ser alguna experiencia que nos marcó en
negativo. La adolescencia es un periodo complicado, de la necesidad de adaptarse
a el nuevo mundo que se abre ante nuestros ojos, de sobrellevar cambios, entre
ellos el de nuestro propio cuerpo y el cambio en las relaciones con las
personas que nos rodean. Porque la relación con nuestros padres y nuestros
amigos no puede ser invariable mientras damos ese paso a la edad adulta. Sobre
este concepto ha escrito Lize Spit una novela que sorprende por ser su primera
obra.
“La invitación llegó hace tres semanas en un
sobre exageradamente franqueado. El peso de los sellos, que a su vez debió
aumentar los portes, me llenó de esperanza al principio: aún hay cosas que se
necesitan para existir.”
La novela comienza en 2015 cuando Eva recibe una
invitación para celebrar al mismo tiempo el que sería el trigésimo cumpleaños
de Jan, un chico que murió cuando ella tenía catorce años, y la nueva apertura de
una central lechera (aunque resulte un poco extraño juntar estos dos
acontecimientos) en Bovenmeer. Es el pequeño pueblo donde Eva nació y del que
se fue hace nueve años.
De esta forma Eva comienza a contarnos su infancia allí
que compartió con los dos únicos niños que nacieron en Bovenmeer en 1988.
Laurens, Pim y ella fueron amigos inseparables de aventuras, risas y juegos.
Sin embargo, cuando estos tres niños crecen y entran en la adolescencia sus
divertimentos cambian. La sexualidad ejerce sobre ellos una acción poderosa y
la curiosidad les lleva a iniciar un juego que tendrá graves consecuencias.
Trece años después el regreso de Eva tiene un objetivo muy claro.
Con esta premisa comenzamos una historia que en sus
inicios pudiera parecer una de esas novelas de iniciación que nos hablan de la
difícil transición de la adolescencia a la etapa adultas. Tres niños que
empiezan a mirar el mundo con otros ojos, que empiezan a descubrir la
sexualidad propia y de los demás, que intentan experimentar. Cada uno de
nosotros lo hemos hecho de una manera diferente, pero ellos encuentran una
manera peligrosa de hacerlo. Un juego que terminará yéndose de las manos.
Porque esta novela no es solo la infancia de tres
muchachos es una novela que desde su comienzo nos presenta varias intrigas.
Tenemos la muerte del hermano de uno de ellos, que en principio no sabremos las
causas ni circunstancias ya que la autora lo va tocando de pasada hasta que
llega el momento de descubrirlo. Otro interrogante que nos surgirá es sobre ese
juego, cómo acabará y que pasará para que todo terminará de forma tan abrupta.
Y un acertijo que tendrá que ver mucho con el desarrollo de los
acontecimientos. Si bien es verdad que yo ya lo he intuido desde el principio
porque lo conocía no ha restado un ápice de interés a la novela convirtiéndose
al final casi en un thriller.
Y en El deshielo
las relaciones familiares son un puntal importante de cara a la construcción de
sus personajes. La novela está narrada por Eva, a quien en primera instancia
conoceremos de adulta, pero quien, poco a poco, nos irá desvelando sus
vivencias de niña en un hogar donde existían problemas. No había maltrato ni
otro tipo de violencia, pero sus padres sumidos en el alcoholismo y la depresión
(no se sabe cuál es la causa y cual la consecuencia) no pueden proporcionar a
sus tres hijos una vida normal. Algo que veremos sobre todo en Tesje, la más
pequeña y cuyo comportamiento nos inquietará. Así la amistad de Laurens y Pim
se convertirá es un punto de escape para ella. Pero llegará un momento en que
hay cosas que los dos muchachos no puedan o no quieran compartir con ella lo
que dará lugar a secretos, mentiras y traiciones.
La novela tiene una ambientación excelente. Nos movemos
por los años finales de los noventa y principios del 2000. Y es a través de
muchos detalles y anécdotas la forma en que la autora nos muestra las
cotidianidades y aquellas circunstancias más excepcionales que sucedían.
Mirando hacia atrás parece que no hemos recorrido tanta distancia. Pero por
ejemplo ¿Quién recuerda ahora lo que vaticinábamos sobre el efecto 2000? Y solo
es en un pequeño pueblo –inspirado en el propio de la autora- donde podría
desarrollarse una historia así. Donde las vidas de sus vecinos están ligadas
las unas a las de otros, donde es inevitable crear un microcosmos y es difícil
esconder la vida de cada uno.
El deshielo
está narrada íntegramente por Eva, la protagonista de la historia, desde su
punto de vista particular. Lo que nos da pie a que comprendamos muy bien al personaje,
pero no podamos acceder a otra información más que la que ella tiene. Me ha
gustado el tono con el que la autora nos cuenta ciertas cosas a pesar de su
gravedad. Hay momentos bastante crueles y ella los relata de forma aséptica
desdramatizando lo que podría haber convertido en un reguero de lágrimas. Claro
que no por ello deja de tener su efecto.
Una parte de la novela se desarrolla en el presente
mientras Eva se prepara para asistir al evento al que le han invitado. No
sabemos que pretende hacer allí, lo que sí sabemos es lo que lleva en el
maletero. Algo que en un principio no sabremos como tomar. Estos momentos están
intercalados de escenas, historias o imágenes del pasado que van construyendo
qué ocurrió. La historia está salpicada de detalles que pueden pasar desapercibidos,
podemos no comprender o no dar importancia, pero luego todo tiene su lugar en
la historia encajando a la perfección. Es una de esas historias que final te
deja con la boca abierta.
Conclusión
He disfrutado mucho leyendo El deshielo, una novela que sorprende mucho que sea de una autora
novel. Una novela narrada con mucho acierto, poniendo cada elemento en su sitio
y desvelando en el momento oportuno.