Título: Nuestra
casa en el árbol
Autora: Lea
Vélez
Publicación:
Destino, abril de 2017
Páginas: 400
Tras la muerte de
su marido, Ana decide que la vida de la ciudad, las mil extraescolares, los
problemas educativos, los infinitos deberes repetitivos y la dislexia galopante
de su hijo mayor son demasiado para ella. No puede más. No tiene tiempo para
vivir y estar con sus hijos, no comulga con el tipo de enseñanza a la que son
sometidos, no está de acuerdo con que los niños de hoy en día no tengan voz y
voto en su propia vida. Entendiendo que ella es la mejor “profesora de
extraescolar” para sus niños, decide romper con todo. Ana escapa de un mundo
derruido y lleno de dolor, vende todas sus posesiones en Madrid y se marcha a
vivir a Inglaterra, al hostal inglés que ha heredado tras la muerte de su
marido.
Allí, en Hamble-le-Rice, un bucólico pueblo de pedernal junto a la desembocadura del río Hamble, Ana crea un mundo de humor, un entorno irreverente y liberal, en una antigua escuela de carpintería situada en el borde mismo del agua.
Sus hijos, Charlie, Richard y María, gracias a su vida en plena libertad, extraerán de sus aventuras y experiencias personales sus propias vocaciones y destinos, demostrando que la excelencia puede alcanzarse…
Allí, en Hamble-le-Rice, un bucólico pueblo de pedernal junto a la desembocadura del río Hamble, Ana crea un mundo de humor, un entorno irreverente y liberal, en una antigua escuela de carpintería situada en el borde mismo del agua.
Sus hijos, Charlie, Richard y María, gracias a su vida en plena libertad, extraerán de sus aventuras y experiencias personales sus propias vocaciones y destinos, demostrando que la excelencia puede alcanzarse…
Mis impresiones
A Lea Vélez la conocí con La
cirujana de Palma, una novela que me sorprendió mucho con una ingeniosa
mezcla de ingredientes que la hacían una novela interesante y entretenida a la
vez. Ese fue el primer trabajo publicado de la autora. Luego fue El jardín de la memoria que no he tenido
ocasión de leer aunque me han hablado muy bien de él. Su tercera novela es Nuestra casa en el árbol, por el cual ha
apostado el sello editorial Destino.
“Querido Richard:
Te mando los diarios. Son tuyos. Te servirán para viajar al país de la
infancia. No sé si recuerdas cierta charla que tuvimos. Os dije: «Niños, quiero
que hagáis dos cosas importante en la vida: la primera es que toméis nota de
todo. La segunda, que elevéis la mirada, construyendo una casa en un árbol»”
La historia nos narra la infancia de tres niños muy especiales: Richard,
María y Michael que son despiertos y curiosos. Y también nos narra las
dificultades su madre, Ana, para criarlos, educarlos y sobre todo para
enseñarles a mirar la vida con un criterio propio. Todo comienza tras la muerte
del padre. Ana agobiada por la soledad, por los problemas de su hijo Michael en
el colegio y por los horarios imposibles que la llevan a la carrera decide
abandonar España e irse a Inglaterra. Allí ha heredado de la familia de su
marido una pequeña casa, Joiners House en Hamble-le-Rice. Es una especie de
hostal que le permite mantenerse a ella y a sus hijos.
Este es el argumento a grandes rasgos de Nuestra casa en el árbol que es aparentemente sencillo pero no hay
nada simple en esta novela. Ana decide construir una casa en la copa de un
roble para que sus hijos la tomen como un refugio desde el que mirar la vida
con otra perspectiva. Y mientras tanto Lea Vélez nos irá contando su día a día,
sus experiencias y como se adaptan a su nueva situación. Es una novela
emocionalmente muy inteligente, cargada
de sentimientos y enseñanzas que te hace reir, llorar y pensar mucho. Una
novela en la que su autora ha sido capaz de mezclar la dureza de la vida y el
afán de superación, con imaginación y cierto sentido del humor. Una novela que
toca muchos otros temas como la soledad o el duelo por una pérdida. Pero sobre
todo trata de la maternidad de una forma un tanto diferente. Lea Vélez se aleja
de los estereotipos de madres corajes y empalagosas con capacidad para proteger
y crear una infancia de ensueño y nos muestra una madre que, con sus
debilidades, pretende construir el mundo de sus hijos a través de sus
enseñanzas. Los intenta moldear con espíritu crítico, con apego a la realidad,
para que vean la vida tal y como es y para que sean capaces de enfrentarse a lo
más cruel de la misma sin perder la capacidad de disfrutar de los mejores
momentos.
“El colegio sólo les interesa a los adultos porque es la fábrica que
se han inventado para hacer más adultos. A los adultos no les interesa que los
niños seamos niños”
(Página 73)
He elegido esta frase de las muchas que me ha llevado de la novela
porque estoy completamente de acuerdo con ella y creo que refleja perfectamente
la tendencia que hay en la actualidad de no dejar a los niños que sean niños.
De incitarles a que maduren muy pronto. Con tres años se incorporan al mundo
educativo exigiéndoles que adquieran ciertos conocimientos y que se hagan
autosuficientes lo antes posible. Y se hace sin respetar sus ritmos. O niños
que apenas tienen tiempo para jugar por las tareas y las actividades
extraescolares que consumen sus días al completo. Porque es cierto que hay
padres que ven en estas cosas una puerta a la libertad propia.
Otro de los temas que sobresale en ella es la crítica al sistema
educativo que nos vamos a encontrar. En la novela Michael es un niño de alta
capacidad intelectual pero que también tiene dislexia. Es inteligente y curioso
y tiene un gran afán por preguntar para aprender. Y no cuestiona cosas
sencillas. Pero muchos centros no tienen la capacidad de adaptarse a niños así.
Niños que requieren algo más que las normas o reglas establecidas para los
demás. Así Ana incomprendida por el sistema se dará cuenta de que ella misma es
quien mejor puede enseñar a sus hijos.
Es una mujer que tendrá que lidiar con la soledad, con el duelo, con
la sociedad y su propio dolor. Y todo mientras educa a tres niños inteligentes
y despiertos intentando que no dejen de ser niños e intentando potenciar su
imaginación. Richard, María y Michael son muy pequeños cuando pierden a su
padre y cada uno de ellos aceptará su muerte de forma diferente. Lo que tienen
en común es su ansia de saber.
Nuestra casa en
el árbol está narrada de forma impecable con un estilo cuidado, ingenioso y casi
mágico. Lea Vélez utiliza muchas metáforas para transmitir tanto las emociones
de los personajes como para que los hijos comprendan las cosas que su madre les
explica. Creo que es una novela con muy buen gusto, delicada y muy íntima. Una
novela que hay que leer despacio para apreciarla bien aparte de que transcurre
todo con tranquilidad. La historia es contada por Richard, el mayor de los
hijos, con la perspectiva que le ofrece la edad. Ya es adulto y su relato lo
conforman sus recuerdos. Otros párrafos sin embargo, corresponden a un diario
de la madre de forma que nos dan otra perspectiva.
Conclusión
Nuestra casa en
el árbol ha sido una lectura muy especial. Una novela de formas muy cuidadas,
sugerente y envolvente que nos lanza un mensaje que creo que debemos escuchar.
Y es que hay que cuidar la infancia para que esos niños en el futuro puedan ser
adultos felices y plenos