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miércoles, 7 de diciembre de 2016

A contraluz - Rachel Cusk



Título: A contraluz
Autora: Rachel Cusk
Publicación: Libros del Asteroide, 2016
Páginas: 218

Una escritora inglesa llega a Atenas en pleno verano para impartir unos cursos de escritura. Durante su estancia en la capital griega, la gente que va encontrándose decide sincerarse con ella y contarle aspectos importantes sobre sus propias vidas.

En el calor sofocante de la ciudad, los diferentes interlocutores confiesan sus amores, sus ambiciones y miedos a la narradora, de quien apenas sabemos que está separada y es madre de dos hijos. De este modo, una secuencia de voces ajenas va trazando un complejo tapiz humano que acabará perfilando por contraste la personalidad de la narradora y los sucesos más decisivos de su vida: el sentimiento de pérdida, la búsqueda de un sentido a la vida familiar, la dificultad de establecer lazos de confianza o el misterio de la creatividad. A contraluz nos habla de cómo construimos nuestra forma de ser a partir de nuestra propia vida y de la de los demás.

Publicada en 2014 y aclamada por la crítica, A contraluz confirma a Rachel Cusk como una de las escritoras más brillantes de la literatura contemporánea.

Mis impresiones

“Una novela sobre cómo nos contamos historias y tejemos el relato de nuestras vidas”

Esta es la frase, que aparece en la faja de la novela, que me acercó a A contraluz, la última obra publicada de la canadiense Rachel Cusk. Una autora que a pesar de tener varios títulos publicados en nuestro país y contar además con un número notable de premios no conocía de nada. Esta es la primera novela (publicada originalmente en 2014 y finalista de varios premios) con la que da comienzo a una trilogía que contará con la misma protagonista. Aunque creo por la estructura de esta novela que su lectura podrá ser completamente independiente. La segunda, Transit, verá la luz a finales de 2016.

A contraluz da comienzo cuando una escritora inglesa (de la que creo no llegaremos a conocer el nombre) viaja en avión dirección a Atenas para impartir un curso de escritura durante el verano. Desde ese mismo momento, en su llegada, cuando se instala en el apartamento que le han cedido y durante el curso se encontrará a una serie de personas que le irán contando sus vidas.

No hay más argumento que este en la novela pero sin embargo y con tan poco la autora es capaz de atraparte sin remedio entre sus páginas. El atractivo de este libro consiste en cómo la autora va desgranando las vidas de todos esos personajes que rodean a la escritora engarzándolas con unas reflexiones muy sutiles y agudas. Estas nos hablan sobre las relaciones humanas, sobre el trabajo, la crianza de los hijos o sobre la vida en general.

La novela está narrada en primera persona aunque no es de su protagonista de quien más datos vamos a conocer. Ella nos irá dejando algunos detalles según vengan al caso. Son las conversaciones con los demás la forma en que se desarrolla A contraluz. En ellas los verdaderos protagonistas de estas historias narran sus vidas. Pero con la particularidad que aporta la subjetividad. Las personas contamos nuestras vivencias de un modo único y personal que incluso no tiene por qué coincidir exactamente con la realidad. Hacemos una versión propia de nuestra vida. Bien porque preferimos dar cierta imagen a los demás, bien porque no somos conscientes de que nuestras percepciones distorsionan la realidad o bien porque los recuerdos empañan, de forma positiva o negativa, lo que hemos vivido.

“Me parecía, continué, que muy pocos de nosotros llegábamos a saber lo verdaderamente buenos o lo verdaderamente malos que podíamos ser, y que la mayoría nunca íbamos a vernos tan contra las cuerdas como para poder descubrirlo”
(Página 62)

Estos personajes que componen el alma de la novela a menudo ni siquiera se nos presentan con su nombre. El vecino de vuelo (como la escritora la llama), un compañero de profesión, un antiguo amigo, una nueva escritora recién conocida o incluso los alumnos del curso que se está celebrando. Todos ellos van exponiendo sus vidas como monólogos de forma que ni siquiera parecen interactuar con la escritora, quien escucha y quien en ocasiones se permite opinar sobre lo que le van narrando e incluso descubrir algunas parcelas de su vida o sus emociones a través de los relatos de los demás, quizás por comparación. Y sus relatos no siempre parecen hacerse eco de la verdad, a veces se contradicen y otras tienen carices extraños. Hablan de sus exparejas, de sus hijos, de sus decepciones, las dificultades, los errores y miedos o de sus sueños.

En nuestro día a día escuchamos a nuestros familiares, amigos o vecinos contarnos sus historias. El hecho de ya conocerlos nos aporta una información extra, que ellos callan. Pero qué diferente resulta cuando nos enfrentamos a la de un desconocido. Una persona en la que no sabemos calibrar los matices, lo que se esconde realmente tras lo contado. Al mismo tiempo esta relación con desconocidos para la propia protagonista es como si la liberarse. No tiene por qué hablar, contar quien es ella misma ni como es su vida. Nadie la conoce ni tiene nada que aparentar.

Y aunque sea una novela sin trama principal, pero con tantas secundarias como personajes, esta no se echa de menos. Durante su lectura el cuerpo demanda tranquilidad, demanda parones para darle vueltas a las muchas frases sugerentes y evocadoras que nos provocarán reflexiones. Y muchas de ellas incluso para sacarlas de la novela y copiarlas. El estilo narrativo metódico, muy cuidado y sutil de forma que el relato de Cusk te va envolviendo e introduciendo de lleno en la historia. Y entrelazadas entre todas esas historias hay alusiones a la literatura y al proceso de escribir.

Conclusión

A contraluz es una novela aparentemente sencilla pero muy efectiva que yo creo que tiene tantas interpretaciones posibles como lectores. Una historia compuesta de muchas otras historias. Una novela original,  inteligente e hipnótica que me ha gustado mucho leer. Me quedo sobre todos con esas reflexiones que me ha proporcionado la autora.