Título: Patria
Autor: Fernando Aramburu
Publicación: Tuquets,
2016
Páginas: 629
El día en que ETA
anuncia el abandono de las armas, Bittori se dirige al cementerio para contarle
a la tumba de su marido el Txato, asesinado por los terroristas, que ha decidido
volver a la casa donde vivieron. ¿Podrá convivir con quienes la acosaron antes
y después del atentado que trastocó su vida y la de su familia? ¿Podrá saber
quién fue el encapuchado que un día lluvioso mató a su marido, cuando volvía de
su empresa de transportes? Por más que llegue a escondidas, la presencia de
Bittori alterará la falsa tranquilidad del pueblo, sobre todo de su vecina
Miren, amiga íntima en otro tiempo, y madre de Joxe Mari, un terrorista
encarcelado y sospechoso de los peores temores de Bittori. ¿Qué pasó entre esas
dos mujeres? ¿Qué ha envenenado la vida de sus hijos y sus maridos tan unidos
en el pasado? Con sus desgarros disimulados y sus convicciones inquebrantables,
con sus heridas y sus valentías, la historia incandescente de sus vidas antes y
después del cráter que fue la muerte del Txato, nos habla de la imposibilidad
de olvidar y de la necesidad de perdón en una comunidad rota por el fanatismo
político.
Mis impresiones
Es la primera novela que leo de Fernando Aramburu (y no porque no me
haya fijado antes en él) y la verdad es que me ha sorprendido mucho la forma en
que está abordada la historia y cómo nos la cuenta este autor. Creo que es un
tema muy complicado y se necesita cierta sensibilidad para tocarlo que en este
caso yo creo que es una de las máximas de la novela.
“Ahí
va la pobre, a romperse en él. Lo mismo que se rompe una ola en las rocas. Un
poco de espuma y adiós. ¿No ve que ni siquiera se toma la molestia de abrirle
la puerta? Sometida, más que sometida.
Y
esos zapatos de tacón y esos labios rojos a sus cuarenta y cinco años, ¿para
qué? Con tu categoría, hija, con tu posición y tus estudios, ¿qué te lleva a
comportarte como una adolescente? Si el aita levantara la cabeza...”
La
novela comienza el mismo día en que ETA manifiesta el abandono de las armas. Al
conocer la noticia, el primer impulso de Bittori es ir hasta el cementerio para
contárselo al Txato. Su marido que fue asesinado por la banda terrorista.
Además decide volver al pueblo, a la casa que tuvo que abandonar para evitar la
presión social y política tras la muerte del Txato. Allí pretende volver a
mirar a la cara a las personas que destruyeron su familia, consciente también
de que su presencia alterará los ánimos de sus vecinos. Pero sobre todo la tranquilidad
de la familia de Miren, cuyo hijo es un terrorista que paga condena en una
prisión.
Patria me ha parecido una novela
estupenda narrada de forma impecable. Es la historia del País Vasco en las últimas
décadas pero también es la historia de dos familias enfrentadas y ya no solo
por cuestiones políticas sino también por otras cuestiones que fueron
envenenando una amistad de años. Y Aramburu nos la va a narrar desde los dos
puntos de vista mostrándonos una realidad que viven muchas personas.
Y
he tenido la sensación de que el autor no ha querido juzgar ni decirnos quien
es bueno o malo porque aunque una sea víctima y otra verdugo ambas han sido
tocadas por la tragedia y el dolor. Es inevitable que la historia te cause
muchas emociones. Es una novela dura, que te inquieta, te remueve y te hace reflexionar pero a la vez
está abordada de una manera que no recrea
el dramatismo ni en el morbo que la historia pudiera contener. Un tema tan
complicado y que puede causar tantas ampollas está tratado con suma delicadeza.
La
novela en realidad nos habla de las consecuencias que tiene el terrorismo para
las personas. NO hay en ella ninguna connotación política. Las familias
destrozadas por la violencia, ya no solo por lo que conlleva la pérdida de un
ser querido sino también la presión mediática o política que después pueda sufrir.
Y Aramburu construye dos familias para mostrárnoslo. Bittori y Miren son dos
madres de familia que cuidan y protegen a su familia. También dos amigas que
comparten conversaciones, intimidad y risas. Cuyos maridos e hijos también
comparten una relación sana. Pero un disparo, una muerte y una duda que corroe
van a alejar a las dos familias.
Bittori
ha sido un personaje que me ha cautivado por completo. Ponerse en su lugar no
es fácil pero gracias a que conocemos lo que pasa por su cabeza vemos el
calvario por el que esta pasando. Una mujer a quien le han segado la vida. Una
mujer que necesita entender y escuchar la palabra perdón. NO menos interesantes
son el resto de los personajes y nos irán causando muchas impresiones muy a
menudo incluso contradictorias por ciertas formas de actuar o ciertas
conductas. Uno de los personajes más complicados desde mi punto de vista es
Miren. Su condición de madre de un terrorista ya nos predispone y nos pone en
alerta. Poco a poco a poco vamos viendo el papel tan difícil que le ha tocado
desempeñar. E incluso puedes llegar a entenderla.
Si
hay algo que en particular me ha gustado de Patria
es su forma narrativa. El estilo riquísimo y personalísimo de Aramburu me
ha encantado. La novela está narrada de forma no lineal mezclando el pasado y
el presente así como las voces interiores de sus personajes con una perspectiva
global y desde fuera. Al principio puede que choque un poco pero pocas páginas
después está más que superado. Con respecto al ritmo este es tranquilo y
marcado por las reflexiones de los personajes narrando el pasado para llegar al
modo en que los personajes han llegado a ese presente.
Y
su título no podría ser más acertado. La patria es por lo que luchan, incluso
con la violencia, y defienden sus personajes. Pero en este caso reducido al micro
mundo que representa el pueblo donde viven sus personajes. Familias vinculadas,
que conocen la vida de los demás, cuyos hijos han crecido juntos a veces en armonía,
en ocasiones engendrado rivalidades para las generaciones venideras. Un lugar
en el que es mejor callar y someterse para no soliviantar ni generar
represalias. Un lugar asfixiante pero en donde está el hogar.
Conclusión
No me queda otra opción
que recomendar Patria a todo el
mundo. Una novela dura, que te remueve y te hace reflexionar pero sobre todo
muy humana.