Título: El noviembre de Kate
Autora: Mónica Gutiérrez
Publicación: Roca editorial, julio de
2016
Páginas: 310
En
vísperas de una tormenta de nieve, un viernes tras las barra de galeón pirata
de un bar escondido, un barman procedente del Loira espera la llegada de Kate,
la chica del extraordinario cabello flotante y de larguísimas bufandas. Kate
vive en un edificio antiguo como su propia tristeza y hace tanto tiempo que se
ha dejado llevar por la rutina que ya no recuerda el sentido de los pequeños
detalles, la aventura escondida en las sorprendentes pistas cotidianas, la sal
de la vida. Un extraño jardín y una emisora de radio colgada del cielo en una
buhardilla de madera constituyen su refugio para ese otoño. Y, sin embargo, aunque
en la pequeña ciudad de Coleridge todos ignoren las advertencias de un excéntrico
meteorólogo, el tiempo está a punto de cambiar el noviembre de Kate de la mano
de un hombre bueno con planes de venganza, un sábado de tortitas y la risa de
los argonautas.
Mis
impresiones
A Mónica Gutiérrez (o Mónica-Serepindia)
la conozco desde hace tiempo a través de su blog al que soy asidua. Hace unos
años publicó Cuéntame una noctalia,
su primera novela y una historia llena de magia y sutilidades. Aunque más tarde
publicó Un hotel a ninguna parte aún
no he tenido la ocasión de leerla por falta de tiempo a pesar de está en el
kindle. Con todos estos precedentes no es extraño que ya tenga una opinión
formada de ella como escritora.
“Podría decir que soy el
autor de esta historia. Pero os estaría mintiendo.
Cuando les pedí a Kate y a
Don que pusieran por escrito los recuerdos de aquellos días, no tardeé en ser
consciente del valor de sus palabras.”
Esta es la historia de Kate y Don. Ella
lleva una vida solitaria en el antiguo edificio donde vive y trabaja desde hace
siete años como secretaria para un alto ejecutivo dentro de una importante consultoría.
No es el trabajo de su vida, tiene un jefe que no para de gritarle y la molesta
a horas intempestivas para solicitarle asuntos laborales pero al menos le sirve
para vivir mientras espera encontrar algo como periodista, que es para lo que
se ha formación. Don es un policía de la UDIF (la unidad de Delitos Informáticos
Federal) que está obsesionado desde hace años con llevar a cabo una venganza
que por fin libere su alma.
Algunas cosas tendrán que pasar para que
estos dos personajes se encuentren: un misterioso jardín, un programa de radio
en una emisora local situada en un viejo edificio de Longfellow, un bar
escondido entre las paredes de un hotel de lujo y una gran tormenta de nieve harán
que estos dos personajes cambien su forma de ver el mundo.
El
noviembre de Kate ha resultado ser justo la novela
que esperaba conociendo a su autora. Una lectura deliciosa impregnada de una
ambientación mágica, unos personajes adorables y un aire romántico que flota en
el ambiente. Y no solo porque en la novela nos vayamos a encontrar una historia
de amor, que la hay, sino porque Mónica lo impregna todo como de un aire nostálgico
y muy dulce (que no llega a empachar al lector). Pero además de este
ingrediente nos vamos a encontrar una segunda trama que aporta mayor misterio a
la novela. Pero de esta nos os voy a hablar ya que es mejor que cada uno la descubra
por sí mismo.
Los dos protagonistas tienen sus propias
deudas con sus vidas. Kate está sumida en la rutina, la tristeza y la soledad.
Su familia se marchó desde Coleridge a Barcelona y ella se quedó bastante sola.
Y en el amor tampoco ha tenido mucho éxito desde que su última pareja la
abandonara poco antes de casarse. Tampoco ha logrado conseguir un trabajo que
la satisfaga y con el paso del tiempo se ha visto anclada, por voluntad propia,
a un trabajo que le causa tedio y en el que no es valorada como se merece. Don
en cambio vive muy apegado a su acogedora familia. Es un buen hombre y un policía
honrado pero arrastra una carga demasiado pesada del pasado. Algo que le obsesiona
y que quiere vengar. Todos los viernes se reúne con un grupo de amigos, los
mejores hackers informáticos, en el bar del Hotel Ambassador con la tecnología
más puntera para intentar traspasar la barrera que por fin de alas a su
proyecto. Un personaje que me ha encantado y al que la autora pone en una
situación difícil. Puede llevar a cabo su venganza delinquiendo o puede dejarlo
correr y seguir con esa espina que lleva dentro.
Son dos personajes que enseguida
consiguen la complicidad del lector. No son complejos y sus problemas resultan
muy reales porque lo que resulta muy fácil comprenderlos. Pero no son los únicos
que figurarán en esta historia ya que también nos encontraremos con simpáticos
personajes como Norman y Charlie, el padre y el hermano de Don, los argonautas,
que son dos vecinos muy revoltosos, Pierre, el apoyo incondicional de Kate, un meteorólogo
en paro llamado William Dorner, Punisher y Sierra, que apoyan a Don en su investigación
entre algún notro más.
Y no es muy como lo hace pero Mónica
consigue que algo especial flote en el pueblo de Coleridge, un algo nostálgico
que impregna la historia y que se transmite al lector. Además las referencias a
la literatura del romanticismo (que no es lo mismo que la novela rosa) tienen
un espacio en la novela que no podía ser de otra manera. Con personajes
apasionados capaces de hacer cualquier cosa por amor, edificios antiguos, un jardín
enigmático o un gran temporal que pondrá en peligro la vida de los habitantes
de Coleridge se establece una especie de paralelismo con esta corriente
literaria.
Y Mónica Gutiérrez nos relata esta
historia de una forma muy especial. Su estilo es depurado, elegante y acogedor
a la par. Serán tres los narradores que pongan voz a la historia. Dos de ellos
son los propios protagonistas de la misma que nos van dando sus impresiones en
primera persona y hacen que los entendamos por dentro y la tercera voz
narrativa es otro de los personajes que a través de su diario nos da otros
datos aunque sus incursiones son puntuales y no demasiado extensas.
Conclusión
El
noviembre de Kate es una novela que te hace sentir
muy bien durante su lectura. Tanto su trama como la forma en que se nos
transmite son muy agradables y te impregnan de emociones muy positivas. Por supuesto, la recomiendo.