Título: La mujer del cultivador de té
Autora: Dinah Jefferies
Publicación: Alianza, junio de 2016
Páginas: 472
Ceilán, 1925. Gwendolyn Hooper, una joven inglesa
de solo diecinueve años, llega en un barco de vapor, ilusionada por iniciar su
nueva vida de casada junto a Laurence en su inmensa plantación de té. Pero el
marido que la recibe es un hombre distante, reservado y taciturno. Laurence
siempre está fuera trabajando, por lo que Gwen decide explorar ella sola la
plantación, envuelta entre la neblina y los perfumados aromas a canela y jazmín
de la tierra. Al vagar por la casa, Gwen se encuentra con puertas cerradas,
baúles con vestidos polvorientos, una pequeña tumba en el jardín cubierta de
maleza…; indicios de un pasado oculto e inquietante, un misterio más profundo
de lo que parece y que se remonta a tres generaciones antes.
Gwen queda pronto embarazada, para alegría de Laurence, pero el día que prometía ser el más feliz de su vida se enfrenta a una terrible decisión… Una decisión que debe ocultarle a toda costa y que solo le provocará dolor y ansiedad. ¿Conseguirá Gwen salvar su matrimonio y perdonarse a sí misma por la desgarradora decisión que se sintió obligada a tomar? Y cuando llegue el momento de la verdad, ¿podrá Laurence perdonarla en un ambiente general cada vez más hostil por las tensiones entre tamiles, cingaleses y los colonos británicos, lo que amenaza con la ruina familiar?
Mis impresiones
Gwen queda pronto embarazada, para alegría de Laurence, pero el día que prometía ser el más feliz de su vida se enfrenta a una terrible decisión… Una decisión que debe ocultarle a toda costa y que solo le provocará dolor y ansiedad. ¿Conseguirá Gwen salvar su matrimonio y perdonarse a sí misma por la desgarradora decisión que se sintió obligada a tomar? Y cuando llegue el momento de la verdad, ¿podrá Laurence perdonarla en un ambiente general cada vez más hostil por las tensiones entre tamiles, cingaleses y los colonos británicos, lo que amenaza con la ruina familiar?
Mis impresiones
A Dinah
Jefferies la conocí con su primera obra publicada, La
separación, que me gustó leer y me fue dejando muy buenas sensaciones.
Cuando vi que el sello editorial Alianza publicaba un nuevo trabajo me sentí
atraída por su historia pero estaba un poco equivocada sobre lo que iba a
encontrar. Si al principio pensé que era la típica novela de paisaje, y su
comienzo realmente nos lo puede recordar, creo que esta novela aun teniendo
algunas de sus características no se puede encuadrar en el género. Y no lo
comento como algo negativo ya que no solo me ha sorprendido y me ha hecho
disfrutar muchísimo con su lectura. Considero incluso que es superior al
trabajo anterior de la autora.
La novela
comienza en 1925 cuando la joven Gwendolyn Hooper, de diecinueve años de edad,
se dirige desde su Inglaterra natal hasta Ceilán para encontrarse con el hombre
con que recientemente se ha casado. Laurence y ella están muy enamorados y ella
ha puesto toda la ilusión del mundo en comenzar una nueva vida en la plantación
de té de la que Laurence es propietario. Después de un maravilloso reencuentro
y con la certeza de que serán felices Gwen se incorpora al día a día en su
nuevo hogar. Sin embargo, pronto se da cuenta de que se encuentra demasiado
sola y que su esposo pasa demasiado tiempo trabajando. Llenando estas horas
comienza a curiosear encontrando algunas cosas inexplicables en la mansión como
la tumba de un niño escondida entre la maleza. Pero también tendrá que aguantar
a una cuñada muy peculiar, una americana exuberante que ronda a su marido y un
pintor cingalés del que todas se enamoran. Pero esto no será nada cuando Gwen
tenga que enfrentarse a la decisión más dura que habrá de tomar en su vida…
Algo que guardará celosamente en silencio aunque desea gritar a los cuatro
vientos.
Os decía
antes que La mujer del cultivador de té
me había gustado muchísimo. Es una interesante e intrigante mezcla de dramas y
secretos familiares, historias de amor, venganzas, odios, etc…. La verdadera
trama de la novela gira alrededor de una pareja y los conflictos que surgen a
lo largo de los años en su relación. Los celos, los secretos, las ausencias,
los silencios, el perdón, el miedo, las relaciones con las personas que les
rodean…. Irán marcando la vida de Gwen y Laurence provocando que su matrimonio
sea como una montaña rusa de emociones.
Y han sido
muchas emociones las que me ha provocado esta novela. Su historia tiene
momentos terriblemente conmovedores y duros que te remueven por dentro y te
hacen reflexionar en las decisiones que vamos tomando, como a veces erramos y
las consecuencias que con ello acarreamos aunque en principio no lo
consideremos. Además te llegas a poner en la piel de sus personajes e intentar
imaginar qué harías en su lugar. Hay decisiones verdaderamente difíciles de
tomar.
El personaje
que protagoniza esta historia como ya os habréis imaginado es Gwen. Al comienzo
de la novela es una niña que aún no ha cumplido los veinte años y apenas tiene
un carácter forjado. Tiene muy buena predisposición para adaptarse a su nuevo
hogar pero no se atreve a quejarse, reclamar o pedir explicaciones. Poco a poco
y con el transcurso de ciertos acontecimientos que le ocurren se irá convirtiendo
en una mujer con voz propia, capaz de decidir por sí misma y ponerse en el
lugar que le corresponde. Laurence le saca algunos años y ya había estado
casado anteriormente aunque este matrimonio terminó de forma trágica. Es un
personaje al que el lector puede vislumbrar como algo voluble sin saber muy
bien en algunos momentos la causa de estos cambios. Lo que si podremos decir es
que no es típico hombre rudo e insensible que lo hará pasar mal a su esposa.
Otros
personajes secundarios que también tienen cierto peso en la trama son Verity,
la caprichosa y peculiar hermana de Laurence, que siempre se encontrará en
medio de la pareja y que nunca llegará a llevarse con Gwen por lo que es
constante motivo de discusiones. Al igual que sucederá con Christina, una rica
y provocativa americana con quien la familia Hooper tiene negocios en común. Y
eso por citar algunos porque hay otros muchos que a pesar de su papel
secundarios está muy bien dibujados resultando al lector muy fácil imaginarlos
y otorgarlos una identidad.
Otro
atractivo de la novela es la ambientación espacio-temporal en que se desarrolla.
Nos encontramos a principios del siglo XX en Ceilán una tierra ruidosa, llena
de vida, de aromas y colores, con un calor abrasador y una luz cegadora en la
que conviven una gran variedad de razas, culturas, religiones y etnias. Aunque
en realidad el grueso de la historia se desarrolla en una plantación de té
situada en las montañas y cuyas tierras trabajaban los tamiles. Temas como el
racismo, la jerarquía étnica, el abuso de los trabajadores o la propia
independencia del país se tocan en la novela resultando aún más atractivo este
contexto.
La forma de
narrar de la autora me ha parecido maravillosa. Hipnótica, cercana, emotiva y
muy atractiva. La novela se me ha hecho muy corta porque en todo momento van
sucediendo cosas que te van interesando. Además se puede ir vislumbrando que se
guardan más secretos en ella de los que en principio podíamos esperar.
Conclusión
La mujer del cultivador de té es una historia muy atractiva
que cuenta además con intriga, secretos que nos sorprenderían y unos momentos
muy emotivos que despertarán sentimientos en el lector. Y que además te hacen
reflexionar y mirar las cosas de otro modo.