Título: Las horas robadas
Autora: María Solar
Publicación: Grijalbo, mayo de 2016
Páginas: 218
Amores ingenuos.
Amores rotos.
Y un amor clandestino capaz de desafiar el paso del tiempo.
Amores rotos.
Y un amor clandestino capaz de desafiar el paso del tiempo.
La
muerte de un anciano con un mensaje en su mano, «Dime que me quieres», destapa una pasional historia de
amor que nunca terminó. Ambientada en la confusa España de 1979, dos años antes
de que se aprobara la ley del divorcio, dos familias se ven arrastradas por ese
viejo secreto y por la necesidad de cambiar sus vidas.
María
Solar brilla con luz propia y hace gala de un contundente dominio del ritmo
narrativo en esta historia de personas que dominan o que son dominadas, rutinas
que matan el amor, infidelidades que ven la luz, adolescentes que descubren el
sexo y la traición... Una novela de sentimientos que envuelve al lector en sus
páginas y que le lleva a conocer personajes inmersos en una época, no tan
lejana, donde vivir sin ataduras era una tarea pendiente.
Mis
impresiones
María Solar es una periodista que
trabaja en el mundo de la comunicación. Hasta el momento había proyectado su
carrera hacia la literatura infantil y juvenil en la cual ha sido premiada en más
de una ocasión. Las horas robadas es
su primer trabajo dedicado a los adultos.
“Cuando Lola llegó a casa
no la esperaba ningún beso detrás de la puerta, aunque le hubiera gustado.
Hacía solo unos años eran los niños los que la besaban. Una lluvia de besos
pegajosos con restos de chocolate, los más dulces y necesarios”
La novela comienza en Santiago de
Compostela en el año 1979 con la muerte de Anselmo. Es su propio nieto Roberto
el que le encuentra sin vida tendido en la cama con un trozo de papel entre las
manos con una frase escrita que dice: “Dime que me quieres”. Este mensaje hará
que salga a la luz una historia de amor prohibida que ha estado latente durante
muchísimos años sin que nadie, a parte de sus protagonistas, la conociera.
Puede parecer que Las horas robadas sea otra historia más donde sus personajes
descubren la verdadera historia de la generación anterior que han guardado con
celo hasta la hora de su propia muerte. Pero esta novela aparte de ello es el
testimonio de una época y dos formas de vivirla. España se encontraba en plena
transición tras la muerte de Franco y por fin se vivirán ciertos cambios que
hasta el momento habían estado vetados.
Y estos cambios los veremos a través de
dos familias muy diferentes entre sí. La de Lola y Antonio, una pareja que cree
en la libertad, que tiene una forma de pensar muy adelantada a la época y que
ahora, con la ley del divorcio a punto de convertirse en realidad, pretenden
divorciarse. Ambos son abogados y quieren transmitir a sus hijos, Roberto y
Ana, los valores en los que creen a pesar de que en el vecindario no estén muy
bien vistos. Anselmo era el padre de Lola que regresó de Argentina, a donde
había emigrado buscando fortuna, tras la muerte de esposa cinco años atrás.
En cambio la familia que han formado Damián
y Rosa es muy diferente. Su economía es muy ajustada de modo que la pareja, sus
tres hijos y Carmen, la madre de Damián, viven escatimando cada peseta. Damián
es un hombre de mentalidad antigua que controla a toda la familia y lo hace a
través de la violencia. Es por ello que en casa todos le temen y hacen lo
posible para que no se enfade. Pero cualquier situación, por pequeña que sea,
puede dar lugar a una escena dramática, golpes, bofetadas, humillaciones… y la rabia
contenida, la impotencia, el miedo y la desesperación.
“La sangre se lava, el
dolor pasa, las heridas cierran y sanan pero el miedo no se lo lleva un poco de
agua oxigenada. El miedo se queda, crece como la hiedra enraizando en las
paredes del cuerpo, ocupándolo todo como una hierba venenosa, ahogando el sitio
para otros sentimientos y el aire para gritar y deshacerse de él.”
Las
horas robadas me ha resultado una novela con una
trama que es muy sencilla pero a la vez auténtica. En mi opinión su autora ha
realizado un excelente trabajo de ambientación en la novela trasladando al
lector por completo a los años ochenta con muchos detalles que algunos podremos
recordar más o menos depende de nuestra edad. Algunos podremos recordar la
televisión con dos canales que había que sintonizar a través de un botón, la
llegada de las imágenes en color, los
pagos a plazos, las misas del domingo que le dan cierto aire nostálgico a la
novela.
En plena transición la población se
estaba adaptando a los cambios sociales y políticos que para algunos iban
demasiado rápido mientras otros los esperaban con ansía. Algunos veían el
futuro con esperanza, alabando los cambios, y esperando que fueran a más. Otros
sin embargo se quedaron anclados en el modelo de patriarcado, de una mujer
esclava en un hogar, con la obligación de poner la mesa a una hora y sentar a
la familia, con la imposibilidad de trabajar o sentirse dueña de su propia vida
porque un marido le decía lo que tenía que hacer. El maltrato no era raro en
esta época y los demás miraban hacia otro lado cuando se producía. Nadie
cuestionaba la autoridad del hombre. Pero
también vemos como se produce el cambio en la siguiente generación, en los hijos
de estos matrimonios que ya piensan que la mujer puede tener otra alternativa a
casarse y tener hijos.
Las
horas robadas es una novela coral en que no solo
vemos cómo viven estas familias sino que seremos testigos de sus historias de amor,
de la diferente forma en que se vive en las distintas etapas de la vida. DE la
impaciencia y el miedo de la juventud hasta la capacidad de esperar de los
amantes en los últimos años de vida. Los personajes están tratados de manera
sencilla pero cada uno ocupa un lugar concreto en la novela. Son sus
sentimientos los que la autora pone en relieve.
El estilo narrativo de la autora es
natural, sencillo y directo, sin florituras ni elementos superficiales que
distraigan de la trama pero con cercanía hacia el lector de forma que no cuesta
nada conectar con la novela y sentirse parte de ella. Además se lee con una
enorme fluidez y la alta presencia de diálogo hace que la leas sin darte
cuenta.
Conclusión
Las horas robadas nos narra una historia
sencilla y muy agradable que nos transporta a una época pasada en la que los
cambios marcaban el futuro de las familias españolas. En este contexto
conoceremos a sus personajes y viviremos con ellos sus historias de amor, sus
conflictos familiares, sus sueños y esperanzas.