Título: El teorema Katherine
Autor: John Green
Publicación: Nube de Tinta, octubre de
2015
Páginas: 312
Según Colin Singleton existen dos tipos
de personas: las que dejan y las que son dejados. Él, sin duda, pertenece al
segundo. Su última ex, Katherine XIX, no es una reina, sino la Katherine número
diecinueve, que le ha roto el corazón.
Para escapar de su mal de amores, y con
el propósito de hallar un teorema que explique su maldición de las Katherines,
Colin emprende junto a su amigo Hassan una aventura que le llevará a Gutshot,
un pueblecito de Tennessee, y a la sospecha de que en la vida la inteligencia
no siempre es la mejor compañera de viaje.
Mis
impresiones
Sin duda debe haber poca gente a la que
no suene al menos de pasada el nombre de John Green, un autor de best sellers
orientados al público juvenil que arrasa en librerías cuando saca nuevo título.
Quizás su novela más conocida y la que ha alcanzado mayores cotas de popularidad
sea Bajo la misma estrella publicada
en 2012 y de la cual existe incluso una versión cinematográfica.
Colin Singleton es un joven de
diecisiete años que vive en Chicago y puede presumir de contar con una mente
brillante aunque tiene la sensación de que no le saca todo el provecho que
podría a su don. Cuando es abandonado por su novia, Katherine XIX, la
decimonovena chica llamada Katherine que le ha dado calabazas, comienza a darle
vueltas a una idea. Según él en el mundo existen dos tipos de personas:
aquellos que dejan siempre una relación y los que siempre acaban abandonados. Por
desgracia todas las “Katherines” que han pasado por su vida han hecho que sienta que forma parte del segundo grupo.
Para superar el sentimiento de pérdida y
la tristeza decide emprender un viaje con su mejor y único amigo Hassan
mientras lleva en la cabeza la idea de desarrollar un teorema que explique las
relaciones amorosas. Este podría predecir el futuro de cualquier relación.
Aunque Hassan y él no tienen ningún destino pensado cuando llegan a Gutshot, en
Tennessee, reciben una oferta de trabajo y deciden quedarse un tiempo. Ambos
amigos aprenderán una importante lección para la vida.
El
teorema Katherine es una novela dirigida al público
juvenil y protagonizado por adolescentes por lo que refleja esta etapa de la
vida en un personaje que no cumple con los estereotipos ni la mayoría de las características
de esta edad. Aunque es una novela que se lee con mucha facilidad en mi opinión
le falta al argumento una mayor definición o contundencia ya que sobre todo en
la primera mitad apenas ocurre nada o por lo menos nada que me haya tirado el
gancho hacia la historia incluso en ciertos momentos apenas notaba un avance.
Esto ha hecho que tardara en meterme en la ella y saber hacia donde quería ir
el autor.
Colin, el protagonista, es una persona
muy cerebral que está obsesionado por adquirir conocimientos y, por supuesto, por los anagramas. Todas
estas cosas que a él le resultan tan interesantes y que es capaz de soltar en
cualquier conversación le alejan de la gente de su edad por lo que apenas tiene
amigos. Es poco diestro en las relaciones humanas y con las “Katherines” que
han pasado por su vida le ocurre igual, no ha sido capaz de conservar a alguna
de ella más allá de unos minutos. Pero esto del nombre quizás obedezca a una
extraña obsesion suya. Otra de las cosas que le preocupan es no estar sacando
el suficiente partido a su capacidad intelectual y siente la necesidad de
realizar algo grande en su vida y pasar a la posteridad, como un momento
“Eureka”. Ha sido una figura que si bien no he terminado de hacerme del todo
con él y lo he notado lejano me ha resultado curiosa su construcción como
adolescente, muy diferente al concepto que se puede tener de esta edad.
Otros personajes que completan la
historia son Hassan, un libanés que es su único amigo, Lindsey, EOC o Hollis, a
quien conocerá en Gutshot y le cambiaran la perspectiva de su vida. Hassan es
un personaje curioso, un musulmán muy vago, que aporta frescura a la novela y
es un poco el contrapunto al protagonista. Pero en general igual que sucede con
Colin ninguno de ellos está construido con mucha complejidad ni mucha
profundidad por lo que creo que no generan demasiadas emociones en el lector.
Os decía antes que la trama de El teorema Katherine es muy sencilla
y no ocurre demasiadas cosas y esto sucede en parte porque el autor aprovecha
para perderse en divagaciones y reflexiones sobre temas como la identidad de
uno mismo, las relaciones de pareja y las humanas, la forma de enfrentarse a los
conflictos y al final nos enseña que la vida no puede predecirse de ninguna
manera, que las matemáticas serán muy útiles en otros ámbitos pero que no son
aplicables al amor.
La novela está narrada a través de un
narrador en tercera persona de forma ágil, sencilla y desenfada en donde también
hay cierto sentido del humor con algunos diálogos chispeantes que reflejan ese
mundo adolescente con sus expresiones y sus coletillas. Se lee con muchísima
rapidez a pesar de las reflexiones o los datos matemáticos o históricos (que
tanto gustan a Colin) que va dejando. Como he dicho en algún momento se me hizo
repetitivo de forma que me daba la sensación de que el autor no avanzaba hacia ningún
lado. Ahora si, en el último tercio comienza a verse las intenciones con un
final predecible.
Conclusión
Me ha faltado algo en la lectura de El teorema de Katherine, un libro que he
leído sin esfuerzo, al que he visto algunos buenos momentos de humor pero a
cuya trama le falta consistencia y mayor profundidad al igual que ocurre con
sus personajes. Eso sí, la reedición de Nube de Tinta es sencillamente preciosa.