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miércoles, 13 de enero de 2016

Hotel Lutetia - Pierre Assoulin



Título: Hotel Lutetia
Autor: Pierre Assouline
Publicación: Navona, 2015
Páginas: 400

Oculto en los rincones más secretos del Hotel Lutetia, un hombre ve a Europa sumirse en la Segunda Guerra Mundial. El alsaciano Édouard Kiefer, un antiguo policía del servicio de inteligencia francés, es el detective encargado de la seguridad del hotel. Discreto e inalcanzable, nadie sabe qué piensa. En un París vencido, ocupado, humillado, durante las horas más sombrías del colaboracionismo, una pregunta le atormenta: ¿hasta dónde puede llegar una persona sin traicionar su conciencia?

De 1938 a 1945, el Hotel Lutetia –el único hotel de la orilla izquierda– compartirá el destino de Francia. Entre sus paredes desfilan exiliados, escritores y artistas, además de oficiales nazis y traficantes del mercado negro, para finalmente dejar paso a la miríada de deportados que regresan de los campos de concentración.

Aunando precisión biográfica y espíritu novelesco Pierre Assouline vuelve a dar vida a la leyenda perdida del gran hotel mediante el arte del claroscuro que, más que cualquier otro, se ajusta al mítico Hotel Lutetia.

Mis impresiones

Desde hacía cierto tiempo, me miraban mal. Esta impresión no se puede explicar. Una secretaria que modificaba su itinerario para no cruzarse conmigo, un cocinero que volvía la mirada, rumores a mis espaldas a la menor incursión en el restaurante, cuchicheos de las mujeres de la limpieza en las dependencias de servicio. Curiosamente, una o dos veces, una empleada del room service se había equivocado de piso y me había despertado.”

Así es como comienza esta historia y así es como conocemos a sus dos protagonistas. Uno de ellos es el narrador, un hombre llamado Édouard Kiefer que tras dedicarse a trabajar en la policía judicial durante años ahora es el detective encargado de mantener el orden y la seguridad en el Hotel Lutetia, el segundo protagonista de esta historia, y el único hotel de lujo establecido en el margen izquierdo del Sena en París.
                                      
Desde 1938 hasta el año 1945, ambos serán protagonistas de cómo se vive en Europa la Segunda Guerra Mundial. Pero habrá un punto de inflexión definitivo en Francia, y por extensión en el Lutetia y todos los que allí trabajan, cuando durante el verano de 1940 el país es ocupado por las tropas nazis.

Hotel Lutetia es una novela cuya lectura me ha resultado tan diferente como original. Comienza con un prólogo que supone el final de la historia, en 1945, para luego sumergirnos en la vida del hotel desde el principio. Porque esta novela no pretende más que eso, mostrarnos la realidad vivida en Francia durante la II Guerra Mundial, contando el antes, el durante y el después del paso de Alemania por sus calles. Una novela que tiene mucho de realidad y que en algún momento llega a estremecer.

Os decía antes que la novela tiene dos protagonistas de honor. Uno es de carne y hueso y otro es testigo mudo en forma de muros y estancias. Édouard Kiefer es un alsaciano con orígenes medio franceses por parte de su padre y medio alemanes por su parte materna. Esto le hizo hablar y comprender perfectamente ambos idiomas pero finalmente su parte francesa dominó a la alemana. Es un hombre justo, metódico, de moral intachable que analiza y estudia minuciosamente a todos los clientes que pasan por el hotel y que vigila todo lo que ocurre en su interior. Invisible para los clientes y odiado por sus compañeros su misión es la de mantener la seguridad y resolver cualquier conflicto que surja. Pero también tiene una parte humana que se revela contra su fuerte moralidad y que lleva el nombre de una mujer.

Al Hotel Lutetia, como ya he dicho, le conoceremos antes de 1940 como un simple hotel de lujo donde sus clientes, que son gente de todo tipo, van y vienen. Artistas, políticos, escritores, profesores y condes (Assouline nos deja por el paso del hotel personajes como James Joyce, Thomas Mann o De Gaulle) transitan de forma puntual o continua el hotel, cada uno con sus manías y preferencias y que Kiefer percibe como grandes actores de un teatro. Él se sienta y observa.  También veremos como con la llegada de Hitler al poder comienzan a llegar los primeros exiliados contrarios al régimen del dictador. A medida que el nazismo toma poder la situación en Europa se recrudece y se vuelve amenazante percibiendo el lector poco a poco estos cambios que al principio son insignificantes pero que se vuelven peligrosos.

Sin embargo los hechos más determinantes se producen con la invasión alemana y el hotel es requisado para que la Abwerh (los servicios de espionaje y contraespionaje del ejército) se alojen.  Es en este momento cuando Francia es vencida y humillada, obligando a sus habitantes a rendirse a colaborar con los alemanes, traicionando así sus propios principios y obligados por el miedo a someterse dócilmente. La convivencia con los alemanes y el colaboracionismo les lleva a vivir con vergüenza e impotencia. Pero ¿es mejor arriesgar la vida o sucumbir a los propios principios?

Quizás la tercera y última parte de la novela es la más impactante o emotiva cuando Paris es liberado del poder alemán pero el hotel sigue requisado. En este caso por el gobierno francés (como hizo con más de 700 hoteles) y se convierte en el refugio de exiliados y supervivientes de los campos de concentración y exterminio. Cada uno con terribles historias a sus espaldas, prendidos a la búsqueda de un familiar, un amigo o una persona querida. Con la vivencia de un horror insuperable y la certeza de que la vida ya nunca volverá a un cauce normal.

Hotel Lutetia está narrada en primera persona por su protagonista mediante una prosa elegante y cuidada que nos deja las reflexiones de Kiefer sobre la condición humana. La novela va cambiando poco a poco de tono y el lector siente como se va ensombreciendo y volviendo más seria. De sus comienzos narrándonos los pormenores de la vida del hotel con aquellos acontecimientos triviales y de fácil solución que surgen en el día a día vamos pasando de forma muy perceptible a la desesperación y el horror del antisemitismo, de las deportaciones, de las desapariciones y del dominio. Nosotros  como lectores sabemos lo que va a ocurrir en Paris porque forma parte de la historia pero no sus personajes.

Conclusión
                                
Me parece todo un acierto como Pierre Assouline, que me ha parecido un gran narrador, convierte en Hotel Lutetia un mundo reducido de lo que se vivió en París durante la II Guerra Mundial. Una lectura diferente y evocadora que por supuesto no puedo hacer otra cosa que recomendaros. 

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