Título: Y tú no regresaste
Autora: Marceline Loridan-Ivens
Publicación: Salamandra, septiembre de 2015
Páginas: 96
Hay libros que
dejan una marca indeleble y, mucho tiempo después de haberlos leído, permanecen
vivos en nuestro recuerdo. Éste es uno de ellos. A los ochenta y seis años,
Marceline Loridan-Ivens ha volcado en esta carta abierta a su padre un cúmulo
de sentimientos profundamente arraigados desde su juventud, de los que ha sido
incapaz de desprenderse durante toda una vida.
«Tú podrás
regresar, porque eres joven, pero yo ya no volveré.» Esta simple frase, que
Marceline oyó de boca de su padre cuando eran deportados en el mismo tren al
campo de Auschwitz-Birkenau en abril de 1943, quedó grabada en su memoria para
siempre y es el origen de este relato extraordinario.
La dramática lucha
de una chica de quince años por sobrevivir en una situación que ha pasado a la
historia como paradigma de la máxima depravación de la que es capaz el hombre
queda plasmada con una voz asombrosamente desprovista de sentimentalismo y
autocompasión. En su lucha imposible contra una fuerza aplastante, Marceline
narra los hechos cotidianos con la frialdad y la distancia de quien, incluso
después de setenta años, no puede permitirse ni siquiera el sufrimiento; de
alguien que invirtió hasta la última fibra de su persona en un solo fin: salir
con vida del infierno y honrar así las palabras de su padre.
Pero más allá del
conmovedor homenaje de una hija a la única persona en el mundo a la que pudo
amar de verdad, estas páginas exhalan un reconfortante soplo de energía y
vitalidad, una demostración palpable de la insondable capacidad del ser humano
para sobreponerse a los desafíos más extremos que su propia especie le
presenta.
Mis impresiones
Cuando uno se acerca levemente a la sinopsis de este
libro inmediatamente puede pensar en que es otra novela más sobre judíos y el
Holocausto. Es cierto que es un tema del que se ha escrito hasta la saciedad, del
que hay obras de ficción y no ficción que recrean con más o menos detalle esa
parte tan macabra de la historia mundial. Pero en esta ocasión el libro que hoy
os presento aunque nos habla de ello no es una novela más, es muchísimo más. Un
testimonio en primera persona único y personal de un horror particular.
“A pesar de los que no sucedió, yo he sido
una persona alegre; tú lo sabes. Alegre a nuestra Manera, para vengarme de
estar triste riéndome de todos modos. A la gente le gusta eso de mí. Pero estoy
cambiando. No se trata de amargura, no estoy amargada. Es como si ya no
estuviera aquí (….). Éste ya no es mi lugar. Puede que ser la aceptación de la
desaparición o la falta de deseo. Me voy deteniendo”
Y no tu regresaste
es una larga carta que Marceline, la autora y protagonista de la novela, con
ochenta y cinco años le escribe a su padre. En ella desnuda su alma para
contarle como ha sido su vida desde que ambos se separaron, cuando ella solo tenía
quince años y fueron traslados al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau
en abril de 1943, el último lugar donde se vieron.
“Tú podrás
regresar, porque eres joven, pero yo ya no volveré” es una de las ultimas
frases que pronunció su padre y aunque en aquel momento Marceline se le quedó
grabada en la mente no podía llegar a imaginar que fuera una premonición. En un
recorrido de más de setenta años por su vida la propia protagonista nos habla
de su experiencia en el campo con todo lo que ya suponemos que eso significa
pero también de las emociones desbordadas que fue experimentando tanto en esos
momentos, no solo por la dureza de las condiciones que allí vivieron sino por
la traumática separación de su padre así como lo que ocurrió cuando fueron
liberados.
Marceline Loridan-Ivens vivió de primera mano y a los
quince años el exterminio judío. Su padre era polaco pero emigraron a Paris
(sus intenciones iniciales eran irse a América) donde habían establecido una
empresa que les permitía vivir en una gran casa. Un día fueron metidos en un
tren y deportados. Así ocurrió simplemente. Sin ningún motivo. Es un libro
realmente conmovedor en el que las memorias de la protagonista nos dejan sin
palabras. Me ha llamado muchísimo la atención como aquellos que estaban en los
campos lucharon por sobrevivir a pesar de toda la desesperación que había a su
alrededor pero Marceline también nos habla de cómo lo único que quería tras
abandonar el campo y no poder reunirse con su padre era morir. Parece paradójico
pero a la vez comprensible.
Y quizás esto es lo que más interesante me ha resultado
en la novela. He leído muchísimo sobre la II Guerra Mundial, el nazismo y el
Holocausto. Todo ello impresiona pero muchas veces obviamos algo fundamental. Más
allá de lo que millones de judíos vivieron en los campos de exterminio y de que
muchos murieron allí fueron los supervivientes quienes tuvieron que rehacer su
vida, recomponerla a pesar de los atroces recuerdos. Levantarse cada mañana con
el recuerdo de los seres perdidos en las mismas circunstancias a las que ellos
sobrevivieron, del hambre, el frío, con el olor que desprendían los
crematorios, con el recuerdo de los cadáveres a las salidas de la cámara de gas
o los linchamientos, pero también de los cadáveres andantes que apenas tenían
que comer ni con que cubrirse. Muchos de ellos trabajaron despojándolos de sus pertenencias,
clasificándolas o manejando sus cuerpos inertes. ¿Cómo vuelve alguien a la vida
después de haber vivido tan cerca de la muerte?
Y tú no regresaste
condensa en algo menos de cien páginas una historia desgarradora, tremenda pero
narrada de forma exquisita. No es un relato lineal porque su autora va narrando
según le sale del alma, recordando esto y aquello, los felices recuerdos de su
infancia con su familia sin preocupaciones, la aterradora estancia en los
campos, la liberación, lo que quedó de su familia después.... Al final
configurando toda una vida para el lector. Una vida de espera en la que más de
setenta años después escribe a su padre para hablarle de cómo ha sido la vida
sin él. La novela me ha gustado muchísimo e incluso me he quedado con ganas de
mucho más. Marceline nos narra con emoción contenida pero por el recuerdo de su
padre, no auto compadeciéndose de lo que ella misma sufrió ni convirtiéndose en
la victima del relato a pesar de que lo fue. Y eso que hay pasajes realmente
duros.
Obviamente el fondo histórico de la novela está ahí. Los
guetos, las deportaciones, el poder de Hitler, luego los campos de
concentración y exterminio y finalmente la liberación por el ejército ruso.
Pero la autora también resalta que tras la guerra la semilla del antisemitismo
había arraigado fuertemente y los judíos eran mirados con recelo. Algo que muy
poco se atreven a contar.
Conclusión
Y tú no regresaste
no es otra novela más que nos habla sobre la experiencia de un superviviente
del Holocausto. Es una novela intensa, vibrante y conmovedora que nos habla de
la pérdida de un ser querido, de recomponer una vida con recuerdos atroces. Nos
emocionará y a la vez nos hará reflexionar.