Título: Noches blancas
Autor: Fiódor Dostoievski
Publicación: Nórdica, junio de 2015
Páginas: 128
San
Petersburgo, su luz, sus casas y sus avenidas son el escenario de esta
apasionada novela. En una de esas «noches blancas» que se dan en la ciudad rusa
durante la época del solsticio de verano, un joven solitario e introvertido
narra cómo conoce de forma accidental a una muchacha a la orilla del canal.
Tras el primer encuentro, la pareja de desconocidos se citará las tres noches
siguientes, noches en las que ella, de nombre Nástenka, relatará su triste
historia y en las que harán acto de presencia, de forma sutil y envolvente, las
grandes pasiones que mueven al ser humano: el amor, la ilusión, la esperanza,
el desamor, el desengaño.
Mis
impresiones
A veces puede dar reparo o cierto
recelo el hecho de acercarse a autores clásicos y aún más si son rusos. De
entrada pueden parecer que serán lecturas arduas y densas que nos puedan suponer
alguna dificultad de comprensión o al menos un esfuerzo. Sin embargo esto no
siempre tiene que ser así y soy hay que ser valiente y empezar para descubrir
pequeñas joyas literarias. Este ha sido mi primer acercamiento a Dostoievski y
he preferido que sea una novela corta para conocer al autor sin agobios ni
presiones. Noches blancas es una de
las primeras novelas publicadas por el autor, originalmente en 1848.
“Era una noche
maravillosa, una noche de esas que puede que solo se den cuando somos jóvenes,
querido lector. El cielo estaba tan estrellado, estaba tan claro que, al
mirarlo, involuntariamente uno tenía que preguntarse: ¿Será posible que bajo
este cielo pueda vivir gente con todo tipo de caprichos y enfados? ”
Así comienza esta novela. Justo en
el momento en que nuestro protagonista pasea por las calles de San Petersburgo
como hace habitualmente. Es una preciosa noche blanca y el va inmerso en sus
propios pensamientos observando lo que hay a su alrededor, reflexionando sobre
su vida y recordando a aquellas personas con las que habitualmente se encuentra
sin llegar a cruzar palabra. La ciudad está extrañamente desierta pero al
llegar a la orilla del canal se
encuentra con una joven que solloza. Después de librar a Nástenka, que es así
como se llama la muchacha, de una situación comprometida los dos jóvenes
comienzan a hablar y deciden que la siguiente noche también se verán en el
mismo lugar. La joven le contará su historia y le solicitará su ayuda para
resolver la cuestión que le angustia lo que les lleva a citarse en otras dos
ocasiones más.
Noches
blancas es una triste historia de amor efímera o de desamor, depende como
uno quiera mirarlo, que se desarrolla durante cuatro noches en las que dos
desconocidos se encuentran para contarse sus vidas, para revelar su propia
esencia y quizás incluso encontrar una solución a sus problemas con la ayuda
del otro. La novela nos habla de lo pudo ser y al final no fue. Del amor a la
ilusión y después al desengaño. De la felicidad que llega en un momento y se
esfuma al siguiente. De lo que su protagonista lleva toda la vida buscando y
cuando cree haberlo encontrado desaparece sin más.
El protagonista (de quien no
llegaremos a conocer el nombre) es un joven solitario, tímido y melancólico de veintiséis
años que lleva una vida totalmente ajena a los demás. A pesar de que lleva ocho
años viviendo en San Petersburgo no ha llegado a entablar relación con nadie
aunque sueña con abrirse a los demás. Él se cataloga a sí mismo como un
soñador. A su edad tampoco ha tenido ningún amigo ni se ha acercado nunca ni
conocido a una mujer pero es algo que desea. Nástenka es el contrapunto de este
personaje. Una joven de diecisiete años alegre, despreocupada, con sentido del
humor y algo alocada que vive bajo la estricta supervisión de su abuela ya que
sus padres murieron.
El título de la novela hace
referencia a un fascinante fenómeno atmosférico que se produce en San Petersburgo
durante el solsticio de verano, en el mes de junio y principios de julio,
debido a la situación geográfica en que la ciudad se ubica. En estos días el
sol nunca llega a ponerse por completo bajo el horizonte y la luz natural no
llega a desaparecer. Es lo que se conoce como “Noches blancas” y actualmente es
un espectáculo único e inimitable que se ha convertido en todo un emblema de la
cuidad y que todos sus habitantes disfrutan y aprovechan para realizar
distintas actividades.
Noches blancas
es una novela corta narrada en primera persona por su protagonista que se
desarrolla en seis capítulos. Por ello vamos siguiendo sus pensamientos a la
vez que nos hace participes de la conversación que mantiene con Nástenka. Me ha
gustado el equilibrio entre la profundidad del discurso interior del
protagonista y la chispa y frescura que tienen los diálogos con una pizca de
sentido del humor. La novela te deja una sensación agridulce, la tristeza que
envuelve a los personajes, la sensación de que no conseguirán sus deseos, la
esperanza frustrada nos lleva a un final inesperado.
No puedo terminar la reseña sin hacerme eco de las
ilustraciones de Nicolai Troshinsky que a través de tonos fuertes de pocos
colores en los que predomina el rojo y siluetas no muy definidas va
construyendo las escenas de la novela.
Conclusión
Noches blancas
en una novela romántica, melancólica y algo triste que nos habla de almas
encadenadas y la desilusión del amor.