Título: Promesas de arena
Autora: Laura Garzón
Publicación: Roca editorial, junio de 2015
Páginas: 300
Una historia de amor al límite en el marco del conflicto palestino en Gaza.
Sólo el amor y la tolerancia pueden trazar rutas entre la violencia, la desolación y el odio.
Lucía acaba de terminar su carrera y viaja a Palestina como cooperante de una ONG. Está llena de ilusiones, de buenos propósitos, pero lo que encuentran en los Campos de refugiados rompe todas sus ideas preconcebidas. Las carencias rozan el límite de la supervivencia y nadie les espera, ni espera nada de ellos. En los campos de refugiados no sólo hay intereses altruistas, las facciones político-religiosas mantienen una lucha de poder constante entre sí y contra su enemigo Israel y por extensión Occidente.
Lucía se encontrará con los dos polos humanos que imperan en los Campos: quiénes lo dan todo, como Fathia y Hamid; y con el Halcón, un palestino de padre inglés, educado en diferentes países, y con un magnetismo y atractivo que subyuga perdidamente a la joven cooperante. Descubrir quién es este hombre en realidad le va a costar muy caro a Lucía. Su pasión le alcanzará la gloria y la arrastrara al abismo.
Mis impresiones
Promesas de arena es la primera novela de Laura Garzón con la cual ha conseguido el Premio Internacional de Narrativa Mont-Marçal 2015. Se trata de una novela completamente ficticia que nos narra una historia de amor que se desarrolla dentro del contexto del conflicto que existe en la Franja de Gaza. Desde mi perspectiva este detalle la hacía más atractiva ya que es la primera novela que he leído enmarcada en esta situación.
“Dicen que lo que no mata te hace más fuerte. Tú casi nos matas a mí y a tu hijo, pero eso no me hizo más fuerte, solo más insensible. Acoracé esa vida que milagrosamente había salvado para protegernos a los dos, a Ismael y a mí.
Si no hubiera vuelto a escuchar tu voz, ese timbre profundo y a la vez susurrante que removía todas las células de mi cuerpo y despertaba sensaciones sepultadas bajo miles de palabras y gestos ensayados, yo habría seguido encadenando momentos anodinos, instantes cotidianos que, en ocasiones, incluso llegaban a parecerse a la felicidad.”
Así comienza esta historia, justo cuando Lucía recibe inesperadamente la llamada de teléfono de una persona del pasado que creía muerta. En ese momento todo cambia e inmediatamente su mente viaja hacia el momento en que todo empezó.
Fue en julio del año 2005 cuando Lucía llegó al campamento de refugiados palestinos en Rafah (en la Franja de Gaza) como cooperante de una ONG. Por delante tenía seis meses de voluntariado y prácticas en los que podría trabajar para cumplir con sus ideales humanitarios. Desde el primer momento se dio cuenta de que no iba a ser una tarea tan fácil como ella había pensado. Aún así, las precarias condiciones de vida y el trabajo duro no mermaron sus ilusiones y ganas de trabajar.
Pero en un lugar así mientras hay personas que lo dan todo por las demás hay otras que luchan por conseguir el poder y hacer imperar sus ideas. Esto lo descubre Lucía cuando conoce a un hombre llamado el Halcón. A pesar de que todo el mundo intenta advertirle del peligro que supone estar cerca de él no puede evitar caer rendida ante su magnetismo.
La literatura da la oportunidad de crear historias románticas de muy diversos tipo ya sean amores platónicos, imposibles o marcados por la ternura pero en Promesas de amor nos encontramos con amor pasional que reúne a dos personas que se imantan entre sí. Dos personas muy diferentes cuyos mundos están regidos por intereses casi opuestos. Pero ¿Traicionará Lucía sus propias convicciones? ¿Se dejará llevar por sus sentimientos?
A parte de la historia de amor también encontraremos en esta algunos tintes de thriller o suspense. Toda la novela se localiza en un campo de refugiados palestinos situado en la Franja de Gaza. Un lugar que lleva años en conflicto, en el que se alternan la guerra y las treguas pero en el que la población sufre y muere constantemente. Mientras hay organizaciones humanitarias, médicos, enfermeras y otros muchos voluntarios que se juegan su propia vida hay personas para quien la vida de los demás no vale nada y sin escrúpulos contribuyen a que la guerra continúe proporcionando información al bando enemigo.
A pesar de que la autora nos sitúa y nos da unas nociones que nos ayudan a entender la situación allí no profundiza en las razones políticas del conflicto entre palestinos e israelíes ni nos describe las acciones bélicas por lo que la novela no se hace pesada en ningún momento. En cambio vemos el día a día en el campamento, las consecuencias en la vida de los pequeños poblados y nos hace una idea bastante definida de la vida en asentamiento de la ONU. Lo cual me parece mucho más interesante porque la otra información la podemos encontrar en cualquier lado. Las calles sin asfaltar, las tiendas y chamizos elaborados con cualquier material y dispuestas en calles de cualquier manera, los piojos, el control y la presión militar pero sobre todo la escasez de alimentos, de medicinas, de las mininas condiciones en las que un ser humano puede vivir con dignidad.
Lucía es el personaje principal de la historia y en quien veremos una clara evolución. No creo que ninguna persona que pase por semejante situación pueda mantenerse indiferente. Cuando comienza la novela es solo una joven que acaba de terminar sus estudios de asistente social con muchos ideales que quiere dedicar su vida a algo útil, a ayudar a los demás. Pero la realidad será mucho más dura de lo que ella había imaginado y por primera vez en su vida descubrirá el horror y el auténtico miedo. En Rafah encontrará personas comprometidas como Hamid y Fathia, médico y enfermera del campamento, o como Sofía otra joven estudiante que abandona el proyecto incapaz de amoldarse a esas circunstancias. Pero sin duda es Hayzam, un beduino a quien todo el mundo llama el Halcón, la persona que va a trastocar su mundo personal en mayor medida. Es un hombre soberbio, arrogante, dominante y peligroso pero también un hombre atractivo que ejerce sobre ella un poder indescriptible capaz de hacerla perder la razón.
Laura Garzón tiene un estilo narrativo ágil y directo pero muy cuidado con el que no me ha costado nada conectar. La novela es muy fluida con diálogos y las descripciones precisas de forma que nos sitúan sin introducir grandes párrafos descriptivos. A lo largo de su desarrollo nos encontraremos con algunas sorpresas que cambian el rumbo de los acontecimientos y que nos dejarán pegados a la historia.
Conclusión
Promesas de arena me ha resultado una muy buena lectura con una historia de amor y un toque de suspense que me atrapó desde sus primeras páginas situándola en un contexto muy real y muy crudo que te hace reflexionar y valorar lo que tienes alrededor.