Título: Un otoño en California
Autora: Noemí Rivera
Publicación: Carena, septiembre de 2014
Páginas: 301
Irene es una
estudiante vasca que aterriza en California para cursar el primer trimestre de
su último año de carrera. Desde que pone el pie en ese desconocido país, que
irá descubriendo poco a poco, no dejarán de sucederse todo tipo de situaciones
divertidas e hilarantes en compañía de su peculiar grupo de amigos europeos.
Fiestas, alcohol,
drogas, sexo y estudios serán los pilares del día a día de Irene, una chica con
una poderosa capacidad para meterse en líos. Pero ojo, esta no es una típica
historia más de jóvenes universitarios, porque Irene no es una chica como las
demás.
Numerosas
situaciones fantásticas e irreales formarán parte del mundo de Irene: retretes
parlantes, apariciones satánicas, vampiresas, alienígenas, brujas… Una vuelta
de tuerca al realismo mágico.
Mis impresiones
Me gusta tener a mano ese tipo de novelas que una coge sin
demasiadas pretensiones y con el único objetivo de pasar un rato despreocupado
y entretenido. Este tipo de historias me relajan cuando tengo en la mente
demasiadas cosas. Y para cumplir este objetivo Un otoño en California es una buena novela. Su autora, Noemí
Rivera, ha construido una historia ligera, entretenida en la que incluye
divertidas ilustraciones, anécdotas reales que ella misma ha vivido (y en las
que se inspira esta novela aunque supongo que algo exageradas) y lo combina con
una imaginación desbordante.
La historia arranca en el año 2008 cuando Irene, una
joven estudiante vasca, llega a California para cursar el último año de la carrera
de Comunicación en la Universidad de Santa Clara. Allí, a diez mil kilómetros
de su hogar y un viaje de más de diez horas, emprenderá una nueva etapa en su
vida y se sumergirá por completo en la cultura norteamericana. Acompañándola en
sus aventuras y desventuras encontrará un grupo de estudiantes europeos que
serán cómplices de sus travesuras.
Mientras se adapta a su nueva vida comenzará a vivir todo
de tipo de situaciones sin renunciar a las fiestas, el alcohol, las drogas y el
sexo. Pero Irene tiene una forma muy particular de hacer frente a las circunstancias
comprometidas o embarazosas y es que Irene tiene una gran capacidad para
mezclar la realidad con la ficción.
La novela no es más que una sucesión de escenas más o
menos divertidas y desenfadadas que vive la protagonista. Si en principio están
basadas en el proceso de adaptación que debe sufrir Irene cuando llega a un
país de costumbres tan distintas en todos los aspectos como las relaciones
humanas, el idioma, la alimentación o el propio ambiente universitario con el transcurso
de las páginas la novela se va tornando un poco más seria tocando incluso
algunos temas más delicados. Y es que Irene, como cualquier otra persona,
también ha sufrido por amor. Hay veces que justo cuando una está más tranquila,
el destino nos hace enfrentarnos de nuevo a historias que casi teníamos
olvidadas.
Si el comienzo de esta novela es muy típico y nos puede
recordar a otras del estilo, conforme avanzaba en la lectura me resultó muy agradable
ver que la trama abandonada el camino que yo esperaba para sorprenderme con
algunos acontecimientos y giros que hacen la historia más atractiva. Noemí Rivera
hace gala de humor muy ácido, que a mí en particular no me ha hecho sonreír a
carcajadas pero que en muchas ocasiones me ha sacado una sonrisa. Y es que hay
situaciones que son algo exageradas pero que en el fondo tampoco distan tanto
de la realidad.
Quizás lo mejor del libro es la gran imaginación con la
que está construida la historia que hace a la protagonista vivir situaciones
completamente surrealistas. Bueno más que una vivencia se trata de sus propias
percepciones o la imaginación con que afronta las misma. Sus conversaciones con
retretes, con el Fantasma del Adiós o su Caballero blanco se mezclan con la
presencia de Cupido, alguna que otra bruja o el mismo Demonio.
La protagonista de esta historia es Irene, una joven vasca
de veintiún años que tiene una predisposición especial para meterse en diversos
líos. Nunca se había alejado demasiado de su hogar hasta el momento en que
decide cruzar el charco para olvidarse de algunos temas pendientes y renacer. Me
gusta el optimismo con que afronta los problemas y su capacidad de sacarle punta
a todo lo que se va sucediendo. Y ella se deja llevar. Como nos pasa a todos
incurre en contracciones y cambios de opinión. Entre las fiestas, el alcohol,
las resacas, los estudios también tendrá tiempo de pensar en el sexo contrario
pero al final tendrá que tomar una decisión que marcará su vida para siempre.
A su alrededor existen una serie de personajes
secundarios que complementan a la protagonista y que irán generando distintas
sensaciones en el lector. No hay que esperar en este tipo de historias
caracteres muy complejos porque no son necesarios aunque sí que sean fácilmente
identificables.
Un otoño en
California está narrada con un estilo sencillo, ágil y fluido donde a
menudo su autora echa mano de expresiones coloquiales que reflejan bien las características
del personaje, una chica joven que utiliza las mismas muletillas que la gente
de su edad. La novela se estructura en dos partes divididas en dieciocho
capítulos. La historia además resulta muy dinámica porque insertadas en la
historia existen viñetas, ilustraciones en blanco y negro muy desenfadadas que
representan sobre todo la forma en que la protagonista imagina las situaciones
que vive. Tampoco es difícil encontrar correos electrónicos o mensajes de
móvil. La voz narrativa es en primera
persona a modo de diario en la que Irene va anotando todo lo que sucede datando
con fechas (transcurre en 2008) cada mueva anotación. El final me ha
sorprendido un poco.
Conclusión
En mi opinión Un
otoño en California es una novela entretenida que va de menos a más. Una
novela que desborda imaginación y en la que conoceremos la aventuras de una
joven española en California.