Título: Todo queda
en casa
Autora:
Alice Munro
Publicación:
Lumen, noviembre de 2014
Páginas. 1072
La selección de los mejores cuentos de Alice
Munro, Nobel de Literatura en 2013, hecha por ella misma.
Cuando, una mañana
de octubre de 2013, sonó el nombre de Alice Munro como ganadora del Premio
Nobel de Literatura, no eran muchos los lectores que conocían su obra, que
habían andado con ella por las ciudades y pueblos canadienses donde se
despliega su mundo y habían descubierto el placer y el dolor que se esconden a
menudo debajo del mantel de hule de una mesa de cocina cualquiera.
Muchos se preguntaron por dónde empezar a leer, y la respuesta está en Todo queda en casa, una selección de los mejores cuentos de Alice Munro realizada por la misma autora como feliz despedida a la tarea de la escritura, un recorrido que abarca toda su carrera literaria. En estos veinticuatro cuentos se resume el trabajo de una vida entera dedicada a hurgar en las emociones y los sentimientos de una manera que sorprende y entusiasma porque ahí, en esos parajes tan lejanos, encontramos lo mejor y lo peor de nosotros.
Mis impresiones
Todo queda en casa
es la recopilación de veinticuatro relatos escogidos por la propia autora entre
toda su producción y que originalmente se han ido publicando en distintos
volúmenes (El amor de una mujer generosa,
Mi vida querida, Demasiada felicidad, Escapada...).
Supongo que con cada elección la autora habrá determinado los cuentos más
relevantes o aquellos que considera imprescindibles para el lector. En sus
propias palabras:
"Quiero que mis cuentos conmuevan a las
personas; no me importa si son hombres, mujeres o niños...quisiera que el
lector, al terminar un cuento, sintiera que es una persona distinta."
La escritura de Alice Munro, en líneas generales, me ha
parecido muy poco convencional. Con un estilo muy marcado, muy íntimo y
diferente a todo lo que he leído hasta ahora. Los relatos no se rigen bajo
ninguna norma o regla predeterminada y parece que en cualquier punto pueden
cambiar en cualquier sentido. Y quizás esta característica, que los hace tan
imprevisibles es lo que más me ha gustado de ellos. Lees y lees y no sabes a qué
atenerte. Pueden comenzar con un personaje, un momento determinado o un sitio
concreto pero se irán modelando y cambiando de punto de vista, personaje o
escenario según la historia avance. Son historias dentro de otras historias,
como las matrioskas, esas muñecas
rusas que cuando abres una otra de menor tamaño se esconde en su interior.
Lo único que estos relatos tienen en común es que giran
en torno al universo femenino. Son las mujeres las protagonistas absolutas de
estas micro historias. Mujeres de diferentes edades, con diferentes caracteres,
distintos sueños y al final con vidas muy distintas. Pero todas ellas destillan
humanidad y realismo. Las vemos enfrascadas en sus vidas, cobijadas en el calor
de la rutina o deseando escapar al día a día. No son heroínas un en sus vidas
hay grandes hecatombes. Son esposas,
madres, hijas o amigas. Mujeres conformistas y tradicionales o transgresoras y
luchadoras. Enfermeras, poetas, pintoras o amas de casa. Infieles a sus hombres
o a sí mismas, amorosas, vengativas, desquiciadas, generosas o mezquinas. Cualquier
tipo de mujer puede protagonizar una de estas historias.
Y Munro sabe explorar con certeza y profundidad sus sentimientos
y emociones y a su vez transmitirlas al lector. Uno de los temas más
recurrentes son las relaciones de pareja y las familiares que cada una de ellas
concibe de un modo propio como sucede en la vida de la calle. Quizás desde
fuera pueda resultar complicado entenderlas porque cada familia se rige por sus
propias reglas. Además creo que es importante tener en cuenta y es un aspecto
muy positivo en mi opinión el hecho de que Muro plantea cuestiones para
reflexionar pero ella lo hace de forma tan sutil que solo nos ofrece el pie, de
forma que ha de ser el propio lector el que llegue a sus propias conclusiones.
La autora no juzga ni opina sino que propone.
Y así, por ejemplo conocernos a Johanna en Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio
que viaja convencida de que va a casarse con un hombre sin ni siquiera imaginar
que ha sido víctima de un cruel engaño, a Pauline capaz de abandonar a su
marido y dos hijas en Las niñas se quedan
o a Enid, El amor de una mujer generosa,
que ha consagrado su vida al cuidado de los demás pero que por primera vez
encuentra una persona con quien no quiere hacerlo. En Yakarta Sonja se encontrará con un hombre que le hará revivir el
pasado. En El sueño de mi madre, no
es una mujer sino tres, Ailsa, Jill e Iona, quienes viven una experiencia muy
dramática con el bebé que años más tarde nos contará su propia historia. En Madera un restaurador de muebles ve como
su mujer va perdiendo el interés por vivir. Demasiada
felicidad nos habla de una matemática rusa, Sofia Kovalevski, que fue la
primera profesora en la universidad. Juego
de niños explora el declive de una amistad. En Amudsen una maestra llega a un sanatorio de tuberculosos y allí
conoce a un médico un poco peculiar. En Los
muebles de la familia una niña nos habla de una relación un poco especial
con un familiar.
Esta edición comienza además con un interesante
entrevista que nos acerca a la figura de Alice Munro y nos ofrece algunas
claves para que lleguemos a comprender mejor a la autora. Su forma de concebir
el mundo, sus objetivos a la hora de contar historias y donde encuentra la
inspiración.
Su estilo narrativo es muy refinado, casi intimista y
extraordinariamente detallista por lo que es una lectura que exige calma. No
hay en ellos demasiada acción en favor de la cotidianidad de la vida. Los
cuentos de Munro suelen tener una extensión generosa y aunque sean historias
aparentemente sencillas la estructura interior resulta muy compleja. Su autora
se mueve en diferentes planos temporales de forma que conocemos varios momentos
en la vida de sus personajes y los cambios que en ellas suceden con el
transcurso de los años. En ocasiones los cambios son tan bruscos que el lector
no los comprenderá hasta pasados unos párrafos. Estos personajes no siempre son
los protagonistas de un mismo relato de principio a fin porque el punto de
atención puede cambiar.
Conclusión
Todo queda en casa
me ha parecido una recopilación de cuentos tan compleja como original que
destila sensibilidad, buena literatura y que desde mi punto de vista podrá
disfrutar de ella un lector algo especial.