Título: 39 cafés y
un desayuno
Autora: Lidia
Herbada
Publicación:
Espasa, septiembre de 2014
Páginas: 240
¿Qué sucede cuando el amor llama a todas las
puertas menos a la tuya?
Martina es una chica treintañera sin suerte en
la búsqueda del amor perfecto hasta que su hermana decide tomar cartas en el
asunto. Pero estamos en el siglo XXI y el amor ya no está en el aire, está en
la red. Para encontrarlo, sólo hay que armarse de una buena dosis de paciencia,
unas gotas de chispa y un ordenador con los megas suficientes para que no se
quede colgado en el momento cumbre.
Cuando el mundo virtual se convierte en
realidad, Martina pensará que sus citas son como los cafés: a veces cargados,
otras espesos, cortados o descafeinados. ¿Encontrará el café perfecto, el que
se sirve con un delicioso croissant y zumo de naranja?
Mis impresiones
Con una portada como esta una no puede equivocarse al
pensar que en su interior encontraremos una historia que se encuadra dentro del
género Chick-lit. En mi opinión es un género que como en otro cualquiera hay
todo tipo de novelas pero cada vez estoy
más convencida de que están dirigidas a un tipo de lectora (me parece obvio
que es para mujeres) muy definido en el que no siempre me encuentro.
Martina es una chica como otra cualquiera. Tiene un buen
trabajo como abogada, es independiente, lleva una vida tranquila y cuenta con un
grupo de amigas con quien divertirse pero a sus treinta y cinco años aún no ha
encontrado al hombre de su vida. Y el tema, con el reloj biológico avanzando,
comienza a preocuparle porque el cuerpo le pide cierta estabilidad emocional.
Esa es la razón por la que su hermana decide echarle un cable y ayudarle a
encontrar su príncipe azul.
Al método para seleccionar al candidato perfecto no le
falta cierta originalidad. Aprovechando que nos encontramos en la era de la
tecnología la hermana de Martina decide
abrirle un perfil en una página web de contactos en donde supuestamente existe
un amplio catálogo de hombres entre los que seguramente exista uno adecuado
para ella. Así es como comenzará una novedosa experiencia para las hermanas en
la que citas, cafés y la búsqueda del amor son los ingredientes principales.
39 cafés y un desayuno
está narrada por la hermana de la protagonista a modo de ensayo, estudio o guía
sobre las relaciones amorosas a través de la red ofreciéndonos información y
consejos sobre la complicada tarea de encontrar pareja en este medio así como
las experiencias que conlleva y lo que uno puede esperar. Mientras ellas busca
entre los cientos de perfiles disponibles (correspondientes a distintas formas
de entender la vida y, al final, las relaciones de pareja) será Martina quien experimente
en las diferentes citas. El objetivo es encontrar un hombre bueno con quien
compartir su vida. A cada cita acudirá esperanzada conociendo a cada uno de
esos hombres (que la autora va asociando a un tipo de café) con su correspondientes
desazones, chascos y decepciones, viviendo situaciones extrañas o incómodas en
ocasiones pero sin llegar nunca a perder la ilusión.
Al final, aunque no me sienta identificada con el tema
que en ella se nos plantea, creo que la novela tiene algo de realidad. Lidia
Herbada nos habla de situaciones fácilmente reconocibles en nuestro entorno,
que si bien personalmente no he vivido, algunas me resultan familiares al
verlas desde fuera. Y es que llega una edad en que el cuerpo y la mente
comienzan a cambiar. A algunos a partir de los treinta las salidas nocturnas
comienzan a darles pereza y hay ciertos locales en los que una simple mirada
alrededor basta con saber que ya no perteneces a un mundo que ha sido tomado
por los veinteañeros y en el cual tu grupo ha subido la media de edad, el humo
te deja ciego y los tacones cuando más lejos mejor.
Y es que a medida que crecemos se complican las
oportunidades de conocer gente nueva. Normalmente tenemos un grupo de amigos
fijo, nos relacionamos con la misma gente en el trabajo y nuestros horarios no
dan para mucho más. Es por ello que muchos recurren actualmente a las redes
sociales para conocer gente que se encuentra en una situación similar. Lidia
Herbada va diseccionado los perfiles de cada hombre que se va encontrando
mientras nos ofrece una serie de consejos o claves para movernos en este ámbito
y encontrar a la persona adecuada. Como se definen ellos mismos, sus hobbies, la
foto de perfil o incluso sus nicks son valiosas fuentes de información que al
final nunca pueden sustituir al cara a cara.
Al principio me costó algo entrar en la historia. El tema
“mujer busca desesperadamente hombre” siempre me deja algo fría pero también
tengo que reconocer que la novela tiene algunas situaciones que me han
resultado muy divertidas e incluso en un par de ocasiones me han provocado
alguna carcajada para mí sorpresa. Esperaba quizás más humor en la novela y
quitando estos momentos puntuales que os comento me ha parecido que lo aborda de
forma un tanto seria.
Con respecto a los personajes de esta historia no hay
mucho que destacar. Yo no me he visto reflejado en ningún tipo pero tampoco me
ha resultado complicado entenderlas. Cumplen su función en la historia sin
llegar a ser necesario que se profundice mucho en sus caracteres. Martina (una
persona alegre, a veces algo ingenua y un poco tímida) y sus amigas pertenecen
a un grupo estereotipado de mujeres que rondan la treintena y siguen buscando
el amor.
La novela está narrada de forma ágil, fluida y desenfada,
con un vocabulario sencillo, con la frecuente utilización de expresiones
coloquiales y de tú a tú. La narradora es la hermana de Martina, la
protagonista, que en primera persona focaliza la atención en la segunda y
cuenta por un lado con su valoración desde fuera y con lo que Martina le va
contado. Y este punto el que le da un toque original a la novela. En cuanto al
ritmo hay algunos altibajos en su desarrollo, con algún que otro momento que
cae en la monotonía, pero no cuesta llegar a un final que me ha sorprendido y
que por ello le agradezco a su autora no haberse dejado llevar y cerrar con la
solución más fácil que cualquiera de nosotros hubiese esperado. La novela se
estructura en veinte capítulos cuyos títulos se asocian de distintas formas al
café.
Conclusión
39 cafés y un desayuno
es un libro cuyo objetivo es el de entretener al lector sin mayores complicaciones
y yo creo que lo consigue. La autora nos habla de las relaciones entre hombres
y mujeres con optimismo, algunas veces con ironía, otras veces recuperando
ciertos clichés. A pesar de que no será el libro de mi vida ni haberme entusiasmado
se deja leer y me ha deparado algunos buenos momentos.