Título: Hacia los mares de la libertad
Autora: Sarah Lark
Publicación: Ediciones B, 2014
Páginas: 720
Irlanda, 1846. Kathleen y Michael se aman y planean en secreto abandonar su tierra natal, la humilde y hambrienta Irlanda, en busca de una vida mejor en el Nuevo Mundo. Pero todos sus sueños se ven truncados cuando Michael es condenado como rebelde y desterrado a Australia. Kathleen, embarazada, se verá obligada a casarse con un comerciante de ganado y emigrar con él a Nueva Zelanda. Entretanto, Michael, con la ayuda de la audaz Lizzie, intentará escapar de la colonia penal para reencontrarse con su primer amor.
Mis impresiones
Sarah Lark se ha convertido en una de mis autoras
favoritas cuando busco literatura “de
evasión”. De esta prolífica escritora (que parece escribir a mayor ritmo
del que yo puedo leer) leí anteriormente tanto la trilogía de los maoríes como
la bilogía del Caribe, volúmenes que cada uno de ellos me han ofrecido cosas
distintas.
En esta ocasión os presento su última publicación
titulada Hacia los mares de la libertad,
que supone el primer volumen de la Trilogía del árbol Kauri. Con esta saga Lark
regresa a Nueva Zelanda y permanece fiel al estilo marcado por el resto de sus
novelas de paisajes. De nuevo cuenta con una excelente ambientación capaz de
trasladarte por completo a paisajes exóticos y unos personajes muy definidos que
viven aventuras de distinta índole.
La historia comienza en Irlanda en el año 1846. Mary
Kathleen O´Donell es una criada de origen humilde que trabaja para los
Wetherby. Su padre, convencido de que ha llegado el momento de casarla, ha
encontrado el hombre perfecto para ella que ha de asegurar su estabilidad
familiar y económica. Pero Kathleen no está de acuerdo con él ya que solo tiene
ojos para el joven Michael Brury, que trabaja en los campos, con quien ha
planeado escapar al Nuevo Mundo con la esperanza de encontrar la fortuna de la
que todo el mundo habla que es posible encontrar allí y abandonar por fin, la
vida de escasez y miseria que llevan en Irlanda.
Sin embargo, los acontecimientos se precipitan cuando la
joven se queda embarazada y casi al mismo tiempo Michael es acusado de robo y
desterrado por diez años a Australia. En el barco que le llevará a la isla
conoce a Lizzie Owens, una prostituta también condenada por robo y una aliada
perfecta para llevar a cabo sus pesquisas. Mientras Kathleen sola, embarazada y
al borde de la desesperación se ve obligada a casarse con un granuja, un comerciante
de ganado con quien tiene que emigrar a Nueva Zelanda y empezar una nueva vida.
¿Volverán a
encontrarse Kathleen y Michael? ¿Alguno de los dos olvidará al otro?
Este es, a grandes rasgos, el argumento inicial de Hacia los mares de la libertad, una novela
que como el resto de las de Sarah Lark nos envuelve en una historia cargada de
aventuras, tierras por descubrir donde no pueden faltar los amores imposibles, los
encuentros y desencuentros, los sentimientos frustrados o la imposibilidad de
sus personajes de enfrentarse a su propio destino.
Como ya he dicho en otras ocasiones uno de los aspectos
que más me hacen disfrutar de estas novelas es la maravillosa ambientación que
te traslada por completo a otros paisajes y tierras por descubrir. En esta
ocasión Lark ha vuelto a Nueva Zelanda, la tierra con que nos conquistó a muchos
lectores y la cual queda patente que conoce muy bien por su manera de describir
tanto los exóticos y emblemáticos paisajes de este lugar como de ampliar la
información sobre la tribu maorí (que ya conocimos en la primera trilogía) a
través de sus costumbres, ritos y forma de vida en la isla de la que es
originaria.
Pero no solo nos habla de la cultura maorí a mitad del siglo XIX sino que también nos
habla de los colonos irlandeses que se establecieron allí buscando prosperidad a
la vez que huían de la hambruna europea y
como tuvieron que adaptarse a un lugar aún sin desarrollar con una orografía y
un clima totalmente distinto al suyo de origen. Allí se ocuparon de cazar ballenas, se
dedicaron a la cría de ovejas o incluso buscaron oro mientras las primeras
infraestructuras daban vida a la zona. La historia, que abarca desde los años
1846 al 1864, no solo nos lleva por Irlanda y las ciudades que ya conocimos en
Nueva Zelanda (como Christchurch, Queenstown o Dunedin) sino que también nos
hace viajar hasta la Tierra de Van Diemen en Australia el lugar donde
desterraban, deportaban en barcos de prisioneros y penaban a trabajar a los
condenados por robar, ofreciéndonos algunas imágenes de las cárceles
australianas y el comercio que llevaban a cabo con las mujeres que solo podían
ser perdonadas si accedían a casarse. Obviamente la autora se toma algunas
licencias literarias para adaptar la historia.
En cuanto a los personajes volvemos a encontrarnos con
figuras muy definidas que posicionan al lector a favor o en contra ya que su
naturaleza y objetivos quedan plasmados a la perfección. La autora ha sabido
solventar con respecto a la primera trilogía el desequilibrio entre sus
protagonistas principales y crea una novela prácticamente coral en la que no es
exclusiva la presencia femenina y el plano masculino se encuentra representado
por algún que otro personaje. Cada uno de ellos participa en distintas
subtramas que pueden ir entrelazándose o cruzándose a lo largo de la novela
creando diferentes focos de atención y ofreciendo cierta variedad al lector.
Aún manteniéndose el mismo estilo marcado por la
sencillez y fluidez en la narración, Hacia
los mares de la libertad parece tener este aspecto algo más trabajado y
depurado, estableciendo un justo equilibrio entre las descripciones y la
cantidad de diálogos que se introducen en la historia. La historia está narrada
por una voz en tercera persona omnisciente que va focalizando la acción en los
distintos personajes a quienes conoce tan bien como todas aquellas
circunstancias que les rodean. Si la novela comienza de forma algo estática en
Irlanda cuando los personajes salen de allí se torna muy dinámica por la gran
cantidad de cosas que suceden y el casi constante cambio de escenario en que se
mueven sus personajes.
En cuanto al formato estructural se divide en seis
grandes partes que aglutinan acciones sucedidas en un mismo intervalo de tiempo
y los cuales se dividen a su vez en capítulos interiores numerados. Su final no
sorprende pero nos deja tranquilos.
Conclusión
Hacia los mares de
la libertad es un libro al más puro estilo de la autora que nos concede
amor y aventuras en escenarios exóticos y con un trasfondo histórico que
completa la historia. Una lectura que hará disfrutar tanto a aquellos que ya
conocen y siguen a la autora como aquellos que se acerquen por primera vez.