Título: Dos húsares
Autor: Lev Tolstói
Publicación: Hermida Editores, enero de 2014
Páginas: 90
Considerada por la crítica como una de las mejores obras de Tolstói, Dos húsares (1856), traducida ahora al castellano por Olga Korobenko, es un “canto” a las licencias indecorosas y descaradas de la aristocracia militar rusa de la primera mitad del siglo XIX, cuya ejemplaridad fue perdiendo fuerza de generación en generación, aproximándose cada vez más hacia un ocaso que vivía de la exaltación de las medallas heredadas y de la gloria de tiempos pretéritos.
El conde Turbín es un oficial de húsares al que le gustan las mujeres, el juego, la bebida y los duelos. Aunque se deje llevar por sus gustos, no es esclavo de sus pasiones sino dueño de ellas. Dotado de un gran sentido del humor, sensibilidad y humanidad, une a su temperamento impetuoso y arrogante la elegancia de un carácter dominante y sobrio.
Un salto temporal de veinte años. El conde ha muerto. Tolstói hace aparecer en escena a su hijo, también oficial de húsares, que no puede vivir sino bajo la sombra de la fuerte e imponente personalidad de su padre, como un Hamlet desheredado. Hábilmente, el escritor ruso logra construir, a través de un juego de espejos entre la personalidad del padre y la del hijo, una historia de dos vidas cruzadas por el destino de las afinidades consanguíneas y por el deseo racional de destruirlas. Toda una obra de arte.
Mi experiencia con la novela
Hay obras que
alcanzan tal trascendencia en el mundo literario que llegan a ensombrecer por
completo el resto del trabajo de un determinado autor, llegando en muchos casos
a existir buenas novelas que pasan totalmente desapercibidas por el público. La
dimensión que han alcanzado algunas de las novelas de Tolstói como Anna Karenina o Guerra y paz, por citar las dos más significativas, es tal que esta
obra que hoy os traigo aun siendo considerada por la crítica profesional como
una de las mejoras obras de su producción es muy poco conocida.
La novela es uno
de los primeros trabajos del autor y fue publicada originalmente en 1856. Tal vez para que no se pierda en el olvido la
editorial independiente Hermida la ha acoplado a su colección amarilla con la
que pretende recuperar clásicos de la narrativa. La traducción corre a cargo de
Olga Korobenko.
Dos húsares transcurre en dos épocas distintas. A principios del siglo XIX, conocemos
al conde Turbín, un oficial de los húsares. Apuesto, alegre, aficionado al
juego y seductor pero también un hombre amable y de gran corazón. Durante un viaje,
y según cuenta él mismo, es atracado y le roban todo el dinero de forma al
llegar a la ciudad de K. se encuentra sin posibilidades de pagar el hotel donde
ha de descansar una noche por lo que se ve obligado a solicitar ayuda
económica. Allí se relacionará de distintas maneras con la gente de lugar.
Veinte años
después el conde Fiódor Turbín ha perdido la vida en un duelo de honor con un
extranjero. Su hijo de veintitrés años, también convertido en oficial de los
húsares, llega a la misma ciudad de K. cuando su regimiento de camino al frente
se detiene en el lugar para pasar una noche. Allí se encontrará con algunos
viejos conocidos de su padre en los que dejó un recuerdo imborrable.
La novela se
hace eco de dos situaciones similares
que se producen con veinte años de diferencia. A pesar de que sus personajes físicamente son
idénticos, no en vano son padre e hijo, en su interior guardan suficientes
diferencias como para que las historias concluyan de formas bien distintas. Como
el mismo Tolstói nos hace notar al
principio de la novela los tiempos cambian y evoca en una especie de prologo un
tiempo pasado en que faltaban muchas cosas por descubrir.
Es esta una
novela de personajes en la que todo gira en torno a su psicología. El conde
Turbín es un hombre abierto, alegre que sabe ganarse la simpatía de todos los
que le rodean con su desparpajo y buen humor. A pesar de ello el conde tiene
muchos vicios. Le apasionan las mujeres, el juego y la bebida y siempre está
dispuesto a defender su honor mediante un duelo entre caballeros, aspectos que
lo han convertido extrañamente en una persona que levanta admiración en su
entorno. En cambio, el hijo es una persona mucho mas juiciosa, inteligente y
prudente, aunque si bien su amor al decoro le impiden cometer ciertos actos e
incluso desprecia todo lo que la figura de su padre representa. Pero existe además una diferencia sustancial
entre ambos mientras uno de ellos se deja llevar por la pasión (capaz de
mentir, conquistar el favor de una dama pero también de impartir justicia y
derrotar al tramposo) el otro actúa por pura mezquindad.
La obra nos da
unas breves pinceladas sobre la vida militar y burguesa en la época. Sus
distracciones y sus intereses pero también el respeto hacia las apariencias. En
ella se nos habla del libertinaje, del engaño, los vicios, el honor y las
formas.
Cuando nos
acercamos a un clásico escrito con tanta distancia a menudo podemos observar cómo
ha evolucionado la sociedad, como cambian los valores y lo esencial se ha
transformado. Pero hay algo que permanece inmutable a lo largo del tiempo y no
son más que los cambios en sí mismos. Dos
húsares nos habla de ese cambio generacional que se produce de forma
constante y la diferencia en la mentalidad que normalmente existe entre padres
e hijos.
La novela de
muy corta extensión, se desarrolla en un par de días, los necesarios para que
estos dos personajes dejen sus huellas por donde pasan. Estructurada en
dieciséis capítulos cortos y narrada por una voz omnisciente en tercera persona
tiene un estilo claro y conciso pero con cierto regusto a antiguo donde queda claro
en qué época fue escrito pero a la vez fácilmente compresible por el lector.
Aunque los diálogos no son despreciables predomina la narración con
descripciones muy precisas sobre personajes y escenarios que nos ayudan a
visualizar la acción.
Conclusión
Personalmente
no puedo afirmar si Dos húsares es
una de las mejores obras de Tolstói pues mi experiencia con el autor se limita
a Anna Karenina, una obra que por
supuesto recomiendo. Lo que yo os puedo contar es que me ha resultado una buena
novela, que se lee de forma gustosa, con personajes muy significativos y escenas
muy representativas.