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viernes, 27 de septiembre de 2013

La abuela Lola - Cecilia Samartin



Título: La abuela Lola
Autora: Cecilia Samartin
Publicación: Booket, junio de 2013
Páginas: 411

Sebastian sueña con ser un niño igual que los demás, con ser capaz de correr como el viento en el campo de fútbol, chutar la pelota de tal manera que dibuje una perfecta parábola y marcar un gol. Pero su corazón tiene un defecto desde que nació, lo que significa que no puede cumplir sus deseos. No obstante, Sebastian ha logrado encontrar su lugar en el mundo gracias a su excéntrica abuela Lola y al amor que esta siente por la cocina. Ambos preparan juntos riquísimos y exóticos platos puertorriqueños, el país de origen de su abuela. La complicidad que crece entre ambos (un niño enfermo y una anciana) se convierte pronto en un fuerte vínculo que logra unir de nuevo a una familia desestructurada, pues, como siempre dice Lola, «una comida preparada con amor no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma».

Esta es la historia mágica de un niño que aprendió a bailar con la muerte y de cómo las pequeñas victorias de una familia pueden servir para reconstruir corazones heridos de muy diversas maneras. La abuela Lola nos enseña que la diferencia entre la alegría y la tristeza a veces pende simplemente de un hilo frágil, casi invisible. Una historia conmovedora que te emocionará.

Mi experiencia con la novela

La abuela Lola llevaba tiempo esperando en mi lista de pendientes. Prácticamente desde que el año pasado fuera publicada por la editorial Martínez Roca y de inmediato surgieron  reseñas muy positivas sobre ella. Ahora, cuando lo he cogido de la estantería para leerlo lo hice con algo de temor, pues en muchas ocasiones grandes expectativas terminan en grandes decepciones. 



Tras su lectura no sólo ha cumplido mis expectativas con creces sino que me ha parecido una novela realmente sensitiva, emotiva y delicada que me ha provocado un aluvión de sentimientos. La novela intercala de forma magistral momentos de ternura, con otros de tristeza e incluso algunos divertidos que te hacen disfrutar con cada una de sus páginas.

Sebastian sueña con ser un niño como otro cualquiera. Correr, jugar al futbol, marcar un gol y ser la estrella del equipo pero debido a la malformación en su corazón que padece desde su mismo nacimiento no puede realizar esfuerzos y se conforma con mirar como otros niños se divierten mientras él pasa el tiempo solo jugando a un juego que él mismo ha inventado y que permite descansar a su corazón. Es un niño despierto y el colegio le gusta pero cada día teme encontrarse con el matón de la clase que le humilla y es consciente de que es más fácil aprovecharse de un niño débil.

Después de clase le encanta ir a casa de su abuela Dolores, a quien llama la abuela Lola, para disfrutar de su compañía. Pero una tarde al regresar como cualquier otro día encuentra a su abuela tumbada en el suelo y casi sin vida. En el hospital Lola lucha por salir del coma mientras toda la familia muy preocupada se congrega a su alrededor y planifica ingresarla en un centro donde puedan cuidar de ella. Finalmente Lola consigue salir del coma pero cuando se despierta se ha convertido en una mujer totalmente diferente. No sólo rechaza la ayuda que le proponen sus hijos sino que decide irse a su propia casa en Bungalow Haven, se tiñe el pelo de rosa y decide que es momento de volver a entrar en la cocina y olvidarse de esas insípidas comidas que reparten los de ayuda social.

Sebastian no sabe muy bien como aceptar esta situación y ver en su abuela a otra nueva mujer. Pero mientras comparten su tiempo en la cocina elaborando jugosos platos y escuchando historias antiguas sucedidas en Puerto Rico, lugar de origen de la familia, en su propia casa un nuevo acontecimiento amenaza con destruir su estabilidad.

Como veis La abuela Lola se basa en una historia sentimental, sencilla que nos habla sobre la vida de un niño y las intimidades de una familia que inmediatamente se gana nuestra simpatía y llega a nuestro corazón. Las relaciones familiares, a veces complejas, son el eje alrededor del cual gira su trama. Las desavenencias, los malos entendidos, las disputas entre sus miembros, las rivalidades son temas universales y casi cotidianos. Además explora estas relaciones en diversos planos como el matrimonial, el fraternal, entre la familia política, destacando la relación abuela-nieto entre todas ellas. Es cierto que hay en ella momentos verdaderamente tristes pero la autora sabe manejar con maestría la dosis de dramatismo ofreciendo al lector escenas de alivio.

A pesar de que las relaciones familiares son el tema principal hay otros temas que se tocan en la novela como el acoso escolar, la soledad, la amistad o el destino.

El protagonista de la novela es Sebastian un niño de diez años curioso, inquieto  a quien le gustaría ser como el resto de los niños pero comprende perfectamente sus limitaciones, las acepta e intenta volcarse en las pequeñas alegrías y satisfacciones diarias como la compañía de su abuela. Me ha gustado mucho la construcción de este personaje porque su autora logra formar su figura con realismo, dotándole de inocencia en su justa media y a la vez un poco de rebeldía creando un comportamiento adecuado para un niño de su edad. Ni demasiado ignorante ni demasiado maduro.  Es capaz de comprender lo que sucede a su alrededor pero interpretándolo y explicándolo a través de sus ojos y sus reducidas vivencias.

Aunque Sebastian es un personaje con el que simpatizar desde el principio y la historia está narrada siendo este el punto central, otro personaje que resalta y comparte el protagonismo casi a partes iguales es Lola, la abuela. Una mujer a la que es imposible no querer, por su generosidad, por sus consejos, su fuerza, su forma de ver el mundo y su amor por la familia a quien intenta reunir delante de un buen plato de comida y solucionar todos sus problemas. Un personaje que tras sufrir el ictus llega a sorprendernos y en un acto de valentía decide vivir sus últimos años de otra manera.

Si Sebastian y Lola resulta dos personajes, sólidos, creíbles y carismáticos no podemos obviar el resto de la familia que aunque dibujada en menor medida también despiertan ciertos sentimientos en el lector. Gloria es la madre de Sebastian, una mujer que ha sufrido mucho desde que a su bebe recién nacido tuvieron que operarle del corazón y está dispuesta a protegerle a cualquier precio, Dean, el padre, un hombre cariñoso y sociable que se encuentra un poco desplazado o Jennifer, hermana de Sebastian conforman una familia a punto de venirse abajo porque sus miembros soportan una pesada carga, cada uno a su manera. La enfermedad de Sebastian no ha dejado indiferente a ninguno de ellos.

Cecilia Samartin nos narra la historia con sencillez y armonia, sin muchos artificios ni adornos sino de forma cercana, cálida y envolvente de manera que te hace sentirte parte de la familia de Sebastian. No es una historia que destaque por su acción o que enganche por el suspense sino que se trata de enfatizar sentimientos, deseos, sueños y esperanzas. A pesar de ello su lectura resulta ágil y fluida además de adictiva. Una vez que te sumerges en sus páginas no puedes parar de leerlo. La narración transcurre en tercera persona omnisciente enfocando la acción principalmente en Sebastian cediendo el turno narrativo en distintas ocasiones a Lola que nos contará anécdotas o historias que sucedieron en su familia antes de llegar a Estados Unidos cuando vivían en Puerto Rico y que a mí personalmente es una de las cosas que más me ha gustado del libro.

Quizás la trama tarda un poco en coger vuelo, pues no es hasta la página cien aproximadamente que comienza a definirse y comenzamos a comprender hacia donde se dirige la historia. Pero desde luego merece la pena esperar porque la historia va in crescendo y no pierde atractivo ni interés en ningún momento.

Un aspecto que me ha encantado es la introducción en la novela de ciertos elementos mágicos que aunque rompen un poco el duro realismo que presenta a la vez que aportan una dosis de imaginación y magia que me ha gustado mucho.

Mofongo de Lola
La novela se estructura en treinta y dos capítulos tras los cuales hay un recetario con las indicaciones para elaborar los platos que Lola cocina junto a Sebastian mientras le habla de ella misma o de sus familiares y que a menudo le traen recuerdos de su pasado. Los alimentos, los sabores y olores juegan un papel esencial en la historia y tienen su objetivo concreto. La autora va describiendo los platos de forma tan sugerente y detallada que incluso puede abrir nuestro apetito.

Conclusión

Si tuviera que definir en una sola palabra esta lectura diría que La abuela Lola es una lectura deliciosa. Con una trama cálida y envolvente y unos personajes inolvidables irradia ternura y saca nuestros sentimientos a flor de piel. Pero también nos enseña una valiosa lección y es que hay que afrontar los problemas, superarlos y que con amor cualquier cosa se puede conseguir.

Una lectura para saborear, al igual que los platos de Lola, despacito y sin prisas.