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lunes, 29 de julio de 2013

El pantano de las mariposas - Federico Axat



Título: El pantano de las mariposas
Autor: Federico Axat
Publicación: Destino (Áncora y Delfin), junio de 2013
Páginas: 484

Las desapariciones de personas en confusos episodios se suceden año tras año en Carnival Falls. Pero donde algunos ven tragedias sin conexión, otros aseguran que existe un patrón común, y que detrás de ellas hay algo más oscuro que simples accidentes. 

En 1985, Sam y Billy tienen doce años y se preparan para lo que suponen será un verano grandioso: excursiones por el bosque, largos paseos en bicicleta y la postergada construcción de la casa del árbol. Sin embargo, la llegada a la ciudad de una niña de clase alta llamada Miranda, cuya belleza no les dejará indiferentes, lo trastocará todo. Juntos transitarán ese intrincado paso de la niñez a la adolescencia, un camino de aprendizaje y revelaciones, y se embarcarán, casi sin proponérselo, en una aventura que podría llevarlos a conocer la verdad detrás de las desapariciones. 

Un pacto de amistad los guiará en un verano imborrable, un tiempo de metamorfosis que marcará el inicio de muchas cosas, y también el final de su infancia. Novela de crecimiento y suspense con sugerentes incursiones en lo fabuloso, El pantano de las mariposas sumerge al lector en una rara fascinación para conducirlo con hábil pulso hasta un sorprendente giro final. 

Mi experiencia con la novela

Hay libros en cuya última página el autor suelta un pequeño párrafo y la historia cambia de forma inesperada de modo que ese inciso da la vuelta a todo lo leído con anterioridad dejando al lector perplejo. En El pantano de las mariposas sucede algo parecido pero no exactamente igual. Aunque no es habitual en mí, comienzo comentando su final porque a pesar de que hace un par de días que he terminado su lectura sigo dándole la vuelta al párrafo que pone el broche final y que me cogió totalmente desprevenida. Federico Axat, autor de la misma, aprovecha ese pequeño espacio final para descubrir un pequeño detalle que yo había obviado durante la lectura de la novela –y que él seguro que lo ha esquivado de forma magistral- y que aunque no cambia el sentido de ninguno de los hechos que sucede en la novela da una vuelta de tuerca en torno a uno de los personajes.

Además de sorprenderme este final me ha hecho reflexionar en las veces que nos dejamos llevar por las apariencias y atribuimos cualidades o damos por hecho aspectos que pueden no ser exactamente como los hemos concebido. No siempre las cosas son lo que parecen.

La historia transcurre durante el verano de 1985, cuando Sam tiene doce años y su mundo gira en torno a las excursiones en bicicleta junto a su amigo Bill y la secreta construcción de una casa en un árbol. Pero cuando Miranda, una niña de su edad, se muda junto a su familia a un gran mansión que hasta ese momento estaba abandona en Carnival Falls, la vida de ambos cambiará de forma definitiva.

En Carnival Falls, una pequeña ciudad estadounidense, se producen demasiadas desapariciones lo que ha dado lugar a que circulen numerosas leyendas y conjeturas sobre el paradero de estas personas. Hay quien piensa que existen algunas presencias que las propician e incluso se ha marcado un cordón alrededor del bosque que sus habitantes no deben sobrepasar por seguridad.

Durante ese verano entre los tres amigos se produce una fuerte alianza salvaguarda por la amistad y quizás por sentimientos más poderosos porque juntos darán el paso definitivo que les llevará a abandonar definitivamente la infancia y comenzar otra etapa en su vida. Además se verán involucrados en una oscura trama relacionada con las desapariciones.

Sam vive en una granja de acogida junto a otros doce niños huérfanos, entre los que tiene algún peligroso enemigo, donde los Carroll les proporcionan algo parecido a un hogar con unas disciplinadas normas de obligado cumplimiento y cobijado en la fe de Dios.  Sam perdió a su madre cuando sólo tenía un año y el coche en que viajaban se estrelló en la carretera. Del incidente guarda sólo guarda algún recuerdo inconexo. Nunca llegaron a encontrar el cuerpo de la madre y existen diversas teorías sobre cual pudo ser su paradero. Unos piensan que despareció arrastrado por las aguas del río y otros que alguien pudo apropiarse del cuerpo con un morboso fin.

Junto al indiscutible protagonista de la historia encontramos a Billy, un muchacho creativo, inteligente e ingenioso que siempre tiene algún plan rondando en la cabeza y Miranda, hija de un hombre de negocios que ha regresado a la ciudad después de que despareciera de forma repentina y misteriosa diez décadas atrás. Una muchacha rica pero desdichada muy diferente a Sam y Billy que recién que llegada no tiene ningún amigo en la ciudad. A ambos amigos les deslumbra con su belleza y trastocará el mundo que conocen hasta ese momento.

Estos tres personajes están muy bien conseguidos mostrándonos una maravillosa y especial relación entre ellos. Sam y Billy se quedan prendados inmediatamente de Miranda y deciden aceptarla y formar un trío en que la amistad, la lealtad, las confidencias e incluso el amor son una sólida base en la que apoyarse.

Otros personajes indispensables en la historia, aunque esto se descubre a su debido tiempo son el matrimonio Meyer, una pareja de ancianos a quien Sam tiene muchísimo afecto, Orson, un matón que también vive en la granja de los Carroll, Preston Matheson, padre de Miranda, un hombre rico  que no se lleva muy bien con su mujer y tras diez años desaparecido regresa con una familia de la que nadie había oído hablar o Philip Banks, un maniático obsesionando con la existencia de los ovnis que defiende a capa y espada que se encuentran entre nosotros.

El pantano de las mariposas es una novela que reúne de forma magistral diversos géneros con un resultado fantástico. Podría ser una novela de aventuras, de suspense y con un toque romántico.  A medida que la trama avanza encontramos que la intriga va en aumento planteando una serie de incógnitas que invitan a leer y descubrir que pasa en la ciudad pero todo este suspense se va dosificando de forma muy acertada porque algunos puntos se resuelven antes de llegar a su final dejando otros en el aire. ¿Qué ocurrió en el accidente en que desapareció la madre de Sam? ¿Dónde está su cuerpo? ¿Qué oculta  Preston Matheson?

Entre todo este suspense la vida de tres niños, una infancia de recuerdos, anécdotas entrañables, el despertar de la adolescencia, el primer amor pero también los primeros conflictos y los primeros desengaños. Ese punto en el que todos dejamos de ser niños y descubrimos que unos nuevos sentimientos que a veces no comprendemos aparecen en nuestro interior. El sabor de los años ochenta queda impregnado en cada una de sus páginas con una ambientación maravillosa. Cuando el mundo parecía girar de otra manera y la infancia se disfrutaba entre amigos, excursiones, bicicletas y aventuras diarias. 


Además en la novela hay un cierto toque de fantasía que complementa toda la historia y genera intriga pero no temáis porque no hay nada paranormal en ella. Es cierto que toca el tema de los ovnis pero sin ser un elemento principal y lo hace con el concepto clásico que se tenía en aquella época de este fenómeno.

Aunque el desarrollo de la trama sucede de forma lineal, su autor también introduce algunos saltos en el tiempo que nos cuentan por un lado, sucesos pasados y por otro nos da información sobre el futuro. El libro comienza con un sorprendente y emotivo prólogo fechado en 1974 cuando se produce el accidente para contarnos lo que sucedió esa noche. Después comienza a narrar en 1985, año en el que se desarrolla la historia propiamente dicha cuando los protagonistas tienen 12 años. Y un nuevo viaje al año 2010 nos asoma al futuro para conocer como se ha desarrollado la vida de los personajes 25 años después y su percepción de lo que ocurrió en el pasado desde un punto de vista adulto y con la distancia de por medio.

Federico Axat nos sorprende con una prosa increíblemente fluida que se adapta al lector sin problemas pero cuidada y dotada de mucho atractivo a través de la cual podemos visualizar perfectamente cada escenario y construir los personajes en nuestra cabeza. A pesar de la facilidad y agilidad con que la historia se lee la estructura me parece no exenta de cierta complejidad porque es capaz de hilvanar distintos acontecimientos, mezclar diversos personajes y muchas subtramas con gran habilidad de forma que al final todo encaja de forma coherente.

Conclusión

Sin duda, os recomiendo El pantano de las mariposas, una historia que me ha sorprendido muchísimo y que mezcla la intriga con las emociones de forma magistral. Es un homenaje a la infancia, la amistad y el amor.