Título: Bajo un árbol milenario
Autor: Vaddey Ratner
Publicación: Planeta, marzo de 2013
Páginas: 432
Camboya, 1975
Raami es un niña de siete años que vive en un palacio
en Phnom Penh. Su familia como descendiente de la realeza camboyana cuenta con
todas las riquezas y privilegios que su posición le otorga. Su padre, una
referencia muy importante para ella, se dedica a escribir poesía y ambos comparten
historias que pueblan su mundo de sueños.
Después de cinco largos años la guerra civil por fin
se ha terminado pero una mañana un jemer rojo entra de forma violenta en el
palacio y la familia de Raami, al igual que todos los camboyanos, debe
abandonar inmediatamente tanto su hogar como sus pertenencias. La organización
esta evacuando la ciudad para establecer un nuevo modelo de gobierno y régimen
social.
Prácticamente con lo puesto la familia, a partir de
ese momento, emprenderá un largo viaje con
destino desconocido. Serán trasladados a distintos campos de trabajo
para ser reeducados en la doctrina comunista. Sin alimentos, sin sus objetos
personales, sin un hogar y sin la seguridad de que al día siguiente verán la
luz tendrán que adaptarse una y otra vez a las nuevas circunstancias que se van
encontrando, perdiendo en el camino a sus seres más queridos.
Mi experiencia con la novela
Cuando me
encontré con este título no me di cuenta que aunque no deja de ser una novela y
sus personajes ficticios está basada en la experiencia real de su autora,
Vaddey Ratner, que cuando tenía cinco año vivió una de las experiencias más horribles
que pueden concebirse cuando los jemeres rojos tomaron el poder en Camboya.
Aunque la autora, que nos los explica en una nota al final del libro, se ha
tomado ciertas licencias literarias para adaptar la historia en el fondo la
historia se puede tomar como un auténtico testimonio de unas circunstancias y
un contexto real.
Bajo un árbol milenario es una novela conmovedora y emotiva que nos narra el
sufrimiento de una familia y su lucha por la supervivencia en unas condiciones
inhumanas. Muchos fragmentos del libro son especialmente duros y a pesar de
ello nos transmite cierta sensación de optimismo y esperanza.
El argumento
básicamente se centra en las miserias que tiene que pasar la familia de Raami
cuando la ciudad es evacuada y ellos deben abandonar su hogar. Los soldados de
la guerrilla comienzan a dirigir la población hacia las afueras sembrando la
ciudad de caos, de gente que corre sin saber a dónde empujada y apuntada con un arma. La familia consigue reunirse con unos
parientes cercanos para iniciar su nuevo camino. Un camino que les llevará por
vivencias espeluznantes, situaciones al límite y las visiones más crueles. La
Organización (como llaman los soldados al gobierno) les irá trasladando a
distintos puntos del país donde ellos se ven obligados a trabajar, sin un hogar
en donde establecerse, sin gran disponibilidad de alimentos y siendo
constantemente vigilados. Las personas relacionadas con la monarquía o la
republica anterior serán aniquiladas y otros muchos no soportarán esas
condiciones de vida.
“Y así seguí, atormentándome ante lo
inexplicable y lo incomprensible, mientras me aferraba a mi padre de la única,
forma que podía: convenciéndome de que su espíritu había subido volando hasta
el cielo y de que allí vivía, tan etéreo y escurridizo como los rayos de la
luna. Eterno y libre. Al fin.” (Página 191)
Uno de los
grandes aciertos en la novela es la confección de los personajes. Resultan
amables, cercanos y muy reales. La autora ha construido todo un mundo de
sentimientos y emociones a su alrededor, de forma que cada uno de ellos está
dotado de cuerpo y alma. Comprendemos su pesar, los acompañamos en su
sufrimiento aunque muchas veces sus sentimientos no sean amables, aunque sus
deseos sean censurables y actúen movidos por la rabia y desesperación. En
muchos ocasiones se ven tentados por la contraposición que presenta lo que les dicta
su mente y su corazón de forma que además de luchar por sobrevivir también
deberán hacerlo con su propia conciencia.
“Las palabras le daban alas, eso
había dicho papa.” (Página 190)
Raami es una
niña criada en el amor, la cultura y el bienestar económico. La polio la obliga
a usar un aparato ortopédico de metal para corregir las diferentes longitudes
de sus piernas. Sabe que es una niña diferente y su sueño es poder andar como
su madre, Aana. Su padre es un príncipe sisowath, descendiente de la familia
real camboyana, un poeta que le transmite a su hija la importancia de las
palabras, la libertad y la cultura. Su
relación es muy íntima y especial. También están su hermana, la pequeña Radana,
el tío Grandullón, la tía India, Tata y la reina abuela con quién compartir las
desventuras. Todos estos personajes saben que deben mantenerse unidos para
sobrevivir.
La novela está
narrada en primera persona por Raami, la protagonista de la historia. Con una
prosa delicada, envolvente y emotiva resulta casi un relato intimista. A pesar
de todo aquello por lo que sus personajes pasan, en la novela no hay mucha
acción en el sentido estricto de la palabra, se trata más bien de ensalzar
sentimientos, reflexiones y estados de ánimo. La visión que nos aporta la historia es la de
una niña de siete años que ve y siente lo que ocurre, que comprende ciertas
cosas pero no llega a intuir el porqué ocurren esas cosas tan horribles.
Me gustaría
resaltar lo excelentemente ambientada que está la novela, tanto en espacio como
en tiempo. La autora recrea perfectamente los paisajes rurales de Camboya, los
arrozales, los bosques densos, las sencillas cabañas de paja donde viven sus
habitantes pero no resulta un aspecto amable porque a través de estas escenas
consigue transmitirnos un ambiente asfixiante, empobrecido y desalmado en el
que los protagonistas viven e intentar salir hacia adelante.
En la novela
también encontraremos ápices de la forma de vida y la cultura camboyana y sobre
todo de sus creencias religiosas. El budismo y su íntima relación con el plano
espiritual (a quienes llaman tevodas) está muy presenta muy presente en ella.
Conoceremos los templos de adoración, las estupas, que guardan reliquias de
buda, las ofrendas, la costumbre de los ancianos de raparse la cabeza como
gesto de devoción pero también algunos otros aspectos de su vida como la forma
típica de saludo entre camboyanos con las manos unidas frente a la cara, algunos
de los alimentos que toman u otros aspectos. Además la historia está salpicada
de cuentos y leyendas que nos transmiten parte de las creencias camboyanas.
Me ha parecido
especialmente interesante el contexto político en el que se desarrolla la
historia que abarca desde 1975 hasta 1979 en Camboya. Después de una guerra
civil que duró cinco años finalmente las guerrillas de los jemeres rojos
consiguen hacerse con el control de la ciudad de Phnom Penh. Mientras sus
habitantes esperaban la llegada de un periodo de tranquilidad y democracia se
encontraron con una organización que estableció un gobierno totalitario. Su primera
actuación se centró en la evacuación de ciudades enteras y el traslado de la
población al campo. Su objetivo era destruir las clases burguesas y establecer
una economía basada en la agricultura. Entre los principales enemigos del
régimen se encontraban los intelectuales, diplomáticos, médicos, ingenieros,
etc… que fueron reclutados en campos de trabajo y asesinados. Durante este periodo se cometieron verdaderas barbaridades.
Conclusión
Bajo un árbol milenario es una obra por la que es difícil sin pasar sin sentir
ni involucrarte con las emociones que sus páginas recogen. Se trata de una
historia amarga, difícil pero también de una belleza indiscutible donde el amor
es un tema fundamental.
** Gracias a Planeta por facilitarme su lectura.