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martes, 5 de marzo de 2013

Una canción casi olvidada - Katherine Webb




Título: Una canción casi olvidada
Autor: Katherine Webb
Editorial: Lumen
Páginas: 560
Zach Gilchrist es un cuarentón que observa de forma impasible como su vida se va desmoronando sin poder ejercer ningún control sobre ella. Es propietario de una galería de arte que está al borde de la quiebra y su ex mujer pretende llevarse a su única hija a vivir a otro continente.

Tan sólo le queda una pasión frustrada por la pintura y sus amados cuadros del pintor Charles Aubrey. Un artista por el que tiene obsesión y del cual sospecha ser descendiente desde que su abuela lo conociera en 1939.

Con el fin de recabar información para escribir un libro sobre su figura se traslada al pueblo de Blacknowle situado en la costa de Dorset. El lugar donde el pintor pasó sus últimos veranos junto a su familia antes de morir en la guerra y donde pintó algunos de sus mejores lienzos.

En el pueblo cierto mutismo recae sobre la figura del pintor Aubrey y muy pocos están dispuestos a ofrecer la información de la que disponen. Tan sólo Dimity, un anciana que lo conoció cuando sólo era una niña y que frecuentemente aparece en sus cuadros, parece estar en disposición de arrojar luz sobre los últimos años del artista.  Aunque para acceder a sus recuerdos deberá ganarse antes su confianza pues la anciana no es demasiado sociable con la gente del pueblo.

Sin darse cuenta Zach se hará participe de un relato estremecedor donde nada es lo que parece y donde hay secretos que quizás sea mejor que nunca vean la luz.

Mi experiencia con la novela

Después de leer El legado, la opera prima de esta autora británica y con la que ha cosechado un éxito considerable, no quería dejar de leer esta novela. Aunque hubo algunos aspectos en la anterior que no acabaron de convencerme (sobre todo su final) disfruté muchísimo con su lectura y me apetecía seguir descubriendo a esta autora.

Una canción casi olvidada es una novela llena de misterio y suspense  que hará las delicias de los lectores aficionados al género. Una historia que engancha de principio a fin y cuyas páginas vuelan entre las manos. Ya sabéis los habituales del blog que me encantan las sagas familiares.

La trama se desarrolla a través de dos líneas argumentales. Por un lado tenemos la parte que se ubica en la actualidad y a través de la cual acompañaremos a su protagonista, Zach Gilchrist, por los acantilados de Blacknowle buscando información sobre el famoso pintor Charles Aubrey para elaborar un libro que aporte una nueva visión sobre sus últimos años de vida. Casi por casualidad se entera de la existencia de Dimity, antigua musa del pintor, una anciana retraída que puede aportarle una nueva faceta del pintor. Simplemente tiene que encontrar la manera de que la mujer confíe en él.

La otra línea argumental se remonta a finales de los años treinta cuando Dimity tenía tan sólo catorce años y se vio fascinada por la familia de un pintor que la acogió de forma muy cariñosa. Su madre fue una curandera que ejercía la prostitución y la gente del pueblo evitaba relacionarse con ellas por lo que la muchacha pasaba la mayor parte del tiempo en la más absoluta soledad. Pero lo que comienza como una historia maravillosa termina por convertirse en un infierno para cada uno de los protagonistas.

En cuanto a los personajes no he podido evitar sorprenderme con la aparición de un personaje principal masculino. Habitualmente en este tipo de historias son las figuras femeninas las que acaparan todo el protagonismo relegando a un segundo plano las figuras masculinas que suelen quedar medianamente dibujadas.

Cada uno de los personajes que aparecen en la novela están conformados con cierta profundidad, incluso algunos de ellos son bastante complejos. Salvo Dimity, a la que conoceremos como adolescente y anciana, cada trama cuenta con sus propios protagonistas. Son figuras sólidas capaces de mostrarnos tanto su lado más amable como sus aspectos más oscuros. Los personajes no actúan de forma arbitraria sino que cada uno de sus hechos está debidamente justificado. Entendemos perfectamente sus sentimientos y además son capaces de generarnos distintas sensaciones.

Uno de los personajes que más atractivo me ha parecido y resulta imprescindible en el desarrollo ha sido Dimity y a quien conoceremos con mayor amplitud. Una niña insignificante casi invisible a los ojos de los vecinos del pueblo pero cuya vida es casi un infierno. Maltratada por su madre y humillada por otros chicos ha aprendido a desaparecer cuando debe hacerlo y a no quejarse. Sabe que la mejor manera de actuar es pasar desapercibida a los ojos de los demás aunque está deseosa de ser amada y complacer. En la última etapa de su vida se ha convertido en una mujer apática y solitaria, los recuerdos le atormentan y los fantasmas del pasado le persiguen. A lo largo de la novela comprenderemos fácilmente como se produce esta evolución, todas esas vivencias que ha asumido y la han transformado.

Cuando la familia Aubrey aparece en su vida encuentra una oportunidad de sentirse querida y valorada, de por primera vez en su vida sentirse parte de algo. Charles, Celeste, Delphine y Elódie serán ese padre, madre o hermanas que nunca conoció.

También destacable el protagonista de la historia, Zach, un hombre descorazonado que se ve a sí mismo como un perdedor. Busca algo pero no tiene la certeza de qué es. Sueña con pintar pero no encuentra la inspiración. Estos dos personajes son en cierto modo antagonistas. Zach un hombre abierto, sencillo y transparente mientras Dimity es una mujer extraña, cerrada e inquietante.

Mucha importancia tienen en la novela la creación de ambientes y escenarios. La costa de Dorset es un lugar que cuenta con un paisaje evocador. Un entorno rural donde la vista se puede perder entre las praderas, los acantilados y el mar. Un lugar apacible que se vuelve turbio por momentos, donde sus habitantes guardan secretos y los forasteros no son bienvenidos. Un paraje que en ocasiones se oscurece por las brumas y la lluvia. Además viajaremos a Marruecos, un lugar colorido y exótico que contrasta con el panorama gris de las costas inglesas.

El estilo narrativo de Katherine Webb es muy cuidado y a la  vez sencillo con una prosa envolvente incluso elegante a la par que agradable. Hace un buen uso de descripciones de ambientes y personajes y combina a la perfección narración con dialogo de forma que imprime agilidad en la lectura. La narración se lleva a cabo a través de un narrador omnisciente en tercera persona con constante uso del flashback para moverse entre las dos épocas en que se desarrolla la historia. Esta transición ocurre de forma muy sutil y casi sin que nos demos cuenta pero sin confundirnos.

La historia comienza de forma algo lenta, deteniéndose en multitud de detalles y haciéndonos esperar hasta entrar en materia pero las últimas páginas, en las que se van descubriendo todos los secretos, son totalmente adictivas. No hay forma de dejar apartada la historia en la que hay constantes descubrimientos impactantes, diversos giros y muchas sorpresas. Se trata de un final vibrante que pone una buena guinda a la historia.

Temía llegar al final porque en El legado la resolución me pareció tan rocambolesca y rebuscada que en cierto modo me dejo insatisfecha y algo decepcionada pero en esta ocasión la autora ha sabido encontrar un final coherente, ingenioso y atractivo aunque no exento de ciertas situaciones de nuevo un tanto forzadas.

Conclusión

Una canción casi olvidada es una novela de secretos inconfesables, amores enfermizos, pasiones, celos, mentiras… narrada con mucho gusto, con una gran dosis de intriga y un final apasionante e imprevisible.