Madrid, 2009
Bernardo Soto es un escritor que ha perdido la inspiración desde que su esposa muriera debido a una enfermedad terminal. Cuando conoce a la joven Sandra Limonero se embarca junto a ella en la aventura de su vida.
Sandra perdió a su novio hace dos años en un brutal asesinato y se niega a aceptar que la investigación del caso se encuentre cerrada. Según la policía todo sucedió por un ajuste de cuentas relacionado con las drogas pero ella está segura de que hay una mano negra encubriendo la realidad.
Ambos comienzan una peligrosa y complicada investigación que sacará a la luz una oscura trama relacionada con la eugenesia.
Berlín, 1939
Lorenz Hackenholt, un oficial de las SS es reclutado por un alto mandatario del ejército alemán para llevar a cabo un nuevo proyecto en el castillo de Grafeneck. Se trata del programa Aktion T-4 que pretende mejorar la raza aria a través de la eliminación de todos los individuos que presenten deficiencias psíquicas o físicas.
Lorenz se ocupará de la construcción y mantenimiento de las primeras cámaras de gas así como el procesamiento de todos los cuerpos. Este proyecto es pionero y sembraría el inicio de las matanzas masivas realizadas por los nazis en el Holocausto.
Mi experiencia con la novela
Esta novela llegó a mis manos gracias al blog Los libros de Eva, que ha organizado una lectura conjunta. Había leído ya muchas y buenas reseñas sobre la misma pero como suele ocurrir apuntas una novela, va pasando el tiempo y la novela sigue en la misma lista sin que encuentres un lugar para ella.
Cuando recibí el libro comencé a leer sus primeras páginas por curiosidad y ya me quedé atrapada en la lectura. En primer lugar porque este periodo de la historia me interesa mucho y en segundo lugar porque el autor sabe como engancharte a través de su narración.
Se trata de una obra que mezcla una historia ficticia con uno de los episodios más negros y aterradores de la historia, el holocausto. Félix Jaime no nos cuenta la guerra, no trata la tan manida visión del lado de las victimas sino que se centra en cómo vivieron y ejecutaron los nazis esta matanza. Explora el origen de tamaña crueldad y lo hace de una forma desnuda y cruda, sin encubrir pero sin adornar.
La novela está narrada en dos espacios temporales íntimamente relacionados. En una de las líneas argumentales la acción se sitúa entre los años 1939 y 1942, en plena II Guerra Mundial y por un lado nos da a conocer cómo se inició el concepto de genocidio masivo a través del uso de las cámaras de gas y por otro lado nos presenta a un protagonista que no solo ejerce de verdugo sino que llega a disfrutar con ello y sentirse poderoso.
Victor Brack, médico de las SS |
Uno de los lugares elegidos para desarrollar el
programa es el castillo de Grafeneck y para llevar a cabo su objetivo recluta a
Lorenz Hackenholt, un hombre perteneciente a las SS que tiene conocimientos de
mecánica y albañilería. Su labor será construir y gestionar las primeras
cámaras de gas que permiten acabar de forma rápida y eficaz con muchas
personas.
La otra trama paralela está situada en el año 2009
y protagonizada por dos personajes bien distintos. Ella es Sandra Limonero, una
joven dependienta de una tienda de ropa y él es Bernardo Soto, un escritor que
se encuentra bloqueado desde que la inspiración desapareciese de su vida. Son
dos personas que se unen en una causa común. Ambos tratarán de esclarecer las
circunstancias reales que rodean al asesinato del novio de Sandra y que la
policía ha dado por zanjado sin aclarar nada.
Estos tres personajes tienen un buen desarrollo y
evolución a lo largo de la novela. El autor trata en profundidad diversos
aspectos de sus caracteres. No los vamos a conocer simplemente por sus
descripciones o lo que el autor nos cuente, sino que su forma de actuar nos
mostrará mucho más de ellos mismos. Lorenz es un personaje muy complejo. En un
principio cuando es captado para la labor no sabemos cómo será su reacción. Sus
reparos iniciales son evidentes y consigue sorprender al lector convirtiéndose
cada vez en una persona mucho más fría y visceral, incapaz de sentir lástima o
pudor antes las atrocidades que se están cometiendo.
Como ya he dicho, Bernardo y Sandra son personajes
opuestos. Ella es una mujer temperamental y decidida capaz de remover cielo y
tierra y arriesgar su propia vida para conocer la verdad. El escritor frustrado
es una persona atrapada en un pozo oscuridad, incapaz de aclarar sus ideas y
sumido en una absurda rutina de la nada. A pesar de ser un personaje un tanto
serio e incluso malhumorado tiene unos momentos en que saca a la luz cierta chispa e ingenio provocando
situaciones hilarantes.
Castillo de Grafeneck |
Una de las cosas que destaca en la novela son los
espeluznantes lugares en que transcurre la historia ambientada en el
holocausto. Todo comienza en el castillo de Grafeneck uno de los lugares junto
a Hartheim, Hadamar y Sonnestein donde comenzó la matanza masiva de personas
que no cumplían con los ideales de la política nazi. Estos fueron los primeros emplazamientos
donde se construyeron de forma secreta las primeras cámaras de gas.
Instrumentos que les permitían no agilizar y mecanizar el proceso y que contaban con su
propios hornos crematorios para deshacerse de los cuerpos. En Grafeneck
llegaron a morir 9.839 inocentes sin importar su edad, su raza o su condición.
Lorenz no sólo debe trabajar en Grafeneck sino que
será trasladado a Belzec, Treblinka (Polonia) y San Sabba (italia), lugares que
funcionaron a una velocidad asombrosa y que fueron cementerios de vivos y
muertos. Todos estos escenarios que aparecen en la novela están muy bien
descriptos por lo que resulta muy fácil imaginar su aspecto, su día a día e
incluso su nauseabundo olor.
En cuanto al estilo narrativo, el autor, utiliza
una prosa muy cuidada y un estilo propio marcado por un amplio
vocabulario. La novela va alternando capítulos
centrados en cada una de las épocas. La parte histórica o real de la novela
resulta muy dura. Es imposible que durante su lectura no provoque diversos
sentimientos. Infinita lástima por las victimas y profunda repulsión hacia los
nazis. Pero con gran maestría, Felix Jaime, rompe la tensión del relato dando
paso en la actualidad a una narración más ligera, desenfadada con incluso algunos
toques de humor. Un parada necesaria en muchos capítulos para retomar de nuevo
la historia ya que hay ciertos momentos en que el relato se torna especialmente
duro. El autor no se recrea en ellas ni busca el sentimentalismo extremo pero
las narra con claridad y rigor.
Camara de gas |
A la vez se nota que la obra está exhaustivamente
documentada. Son muchas fechas, lugares o cifras concretas las que el autor
introduce pero lo hace de forma tan natural que no llega a agobiar al lector ni
suponen una carga a la hora de leer. Me ha resultado especialmente instructiva
ya que conocía el programa Aktion T4 pero no tenía mucha información acerca de cómo
se desarrolló.
Quizás el punto más débil de la novela, en mi
opinión, sea el final. No resulta un final malo porque el autor enlaza de forma
excelente ambas historias pero me ha dado la sensación de tener un estilo
demasiado cinematográfico.
Conclusión
El hombre de
Grafeneck supone una lectura extraordinaria. Con un argumento interesante,
unos personajes atractivos y un ritmo narrativo muy bueno. Dura en algunos
momentos, hilarante en otros es una novela que atrapa al lector.
Imágenes tomadas de:
http://www.epilepsiemuseum.de/espanol/geschich/grafeneck.htmlhttp://www.deathcamps.org/gas_chambers/gas_chambers_grafeneck_es.html