Estela es un tanto desordenada. Tiene cuarenta y cuatro años, dos hijos, está
doblemente divorciada y vive una precaria situación económica sostenida por una
tienda de instrumentos musicales que no termina de despegar.
Casi
resignada a conformarse con lo que le ha tocado vivir su existencia no puede
ser mas anodina. Todo a su alrededor se presenta como un problema, la educación
con sus hijos, la distante relación con su hermana y la relación con sus anteriores parejas son su
principal motivo de frustración. Además vive condicionada por su baja
autoestima y su dejadez y abandono personal.
Pero dos
acontecimientos que aparecen de forma simultánea están a punto de cambiar su
vida. El mismo día que consigue vender un caro piano que le permitirá pagar algunas
facturas recibe la llamada de un amiga de la infancia que le lleva a revivir un
trágico acontecimiento que marcó su vida. Aquello sucedió cuando ella contaba
con solo años y ahora se presenta como una amenaza debido a un proceso judicial
abierto.
De esta
manera nos sumergimos en los recuerdos de la infancia de Estela junto a su familia
y conoceremos a su abuelo Rafael, un hombre que fue muy importante en su vida y
que siempre logró dar paz a la niña que fue.
Mi
experiencia con la novela
A todos los
que paséis de vez en cuando por la blogosfera seguro que os suena el nombre de
Mercedes Pinto Maldonado. Una autora española que vende sus libros en formato
digital a través de la web Amazon y que se caracteriza por estar muy presente
en las redes sociales.
Llevaba
varios meses leyendo reseñas muy positivas de sus libros y aunque mi intención
era, en un futuro, acercarme a sus novelas no terminaba de sacar el tiempo
necesario. Cuando en el blog Caminando entre libros se publicó un sorteo y una lectura
conjunta de Pretérito imperfecto encontré la excusa perfecta para ponerme con
ello. Preferí dejarlo en manos del destino y me apunté al sorteo (ya el precio
de libro de no es un condicionante para no comprarlo). El caso es que terminé
ganando el concurso y Mercedes muy amablemente no solo me regaló el ejemplar de
Pretérito imperfecto sino que añadió la novela Josué el errante. Así que desde
aquí le doy las gracias por su amabilidad.
“Pretérito
imperfecto” es una historia que destila sensibilidad, emoción y ternura. Bajo
un trasfondo de tristeza se esconde la importancia de la expiación de los
pecados y de cómo la culpa supone una carga que incluso puede destrozar una
vida. El presente no se puede comprender sin el pasado y cada uno de nosotros está
formado por las huellas que nuestras experiencias nos van dejando. Pero esta
también es una historia de amor y de cómo este puede llegar a salvar una vida. No
solo está el concepto de amor romántico sino la importancia del amor fraternal.
A veces no valoramos lo que las personas que nos rodean hacen por nosotros y
puede que nos demos cuenta de ello demasiado tarde.
Mercedes Pinto es capaz de captar tu atención
desde la primera página y atraparte con una lectura sencilla, emotiva y muy
sincera. Una historia que se nota que sale del corazón y llega al corazón. He
disfrutado muchísimo con esta lectura que en varios momentos no solo ha llegado
a emocionarme por la inmensa ternura que destila sino que además me ha devuelto
algunos recuerdos de mi infancia.
La novela
nos da a conocer a Estela, su protagonista, en dos épocas distintas de su vida.
Solo podremos comprender completamente
la persona en que se ha convertido si miramos hacia atrás y conocemos como fue
su infancia en la que un hecho determinante marcó su carácter de forma permanente.
En la
actualidad, fechada en el año 2009, Estela es una mujer que a sus cuarenta y
cuatro años ha tenido una vida llena de experiencias complicadas. Dos hijos de
dos matrimonios distintos, una economía a punto de naufragar y un día a día
absolutamente agotador es lo que Estela ha conseguido reunir en todos estos
años. Su existencia es abrumadora y Estela se ve desbordada por las situaciones
que le rodean. El comportamiento rebelde de su hijo mayor, la distante relación
con su hermana y la imposibilidad de encontrar el amor son solo la punta del
iceberg.
La otra
línea argumental se remonta al año 1973 cuando Estela tenía ocho años. Una
pequeña feliz y despreocupada que como a cualquier otra niña de su edad le gustaba
jugar con otras niñas y pasar todo el tiempo posible con sus abuelos. Sobre
todo con Rafael el abuelo que cariñosamente la llamaba Gorrión y con quien
mantenía una relación muy especial. Pero siempre llega un momento en la vida en
que todo el candor y la inocencia desaparecen para siempre.
Pretérito
imperfecto es una novela de personajes, una de las grandes riquezas de esta
obra y lo que la hace muy atractiva. La autora profundiza sin reparos en ellos,
los desnuda y nos muestra su interior. Sin su esplendida caracterización no
podría existir la historia. No hay héroes ni villanos, no se comportan siempre
de forma ejemplar y no son perfectos por lo que a través de su lectura se
sienten muy cercanos y muy reales, como si fueran de carne y hueso.
Estela es
una mujer que resulta imposible que no conquiste tu corazón. Es una persona muy humilde y muy humana con una baja
autoestima que aunque no tiene muy claro que es lo quiere en la vida sabe
perfectamente lo que no quiere. Una mujer que a pesar de no contar con mucha
suerte lucha por mantenerse a flote, por salir adelante y que representa una de
esas tantas mujeres con las que nos cruzamos a diario, con las que
frecuentemente hablamos o que podría ser cualquier persona de nuestro entorno. Una mujer a la que un trágico suceso le
convirtió en una persona que no debería ser, porque Estelina no fue concebida
para vivir atormentada y su destino bien podría haber sido otro.
Rafael, el
abuelo y personaje que atrae toda mi atención, es un hombre que transmite
ternura y cariño. La forma de tratar a su nieta, cuidarla y enseñarle a
comprender ciertos aspectos de la vida le convierten en un personaje que rebosa
humanidad. Sumamente ahorrativo en la economía pero inmensamente dadivoso en el
amor. Aunque también llegaremos a comprender que ha cometido errores, que vive
con una culpa y que él mismo intenta redimirse por todos los medios. Todos nos
equivocamos pero lo difícil es dar marcha atrás y enderezar el camino.
Aunque
considero estos dos los personajes principales terminan dando forma y
completando la historia otros cuya presencia es imprescindible y aunque
secundarios siguen estando bien perfilados de forma que se entiende
perfectamente su punto de vista. Son Chari,, Miguel Ángel, Lucas, Elías, José
María o el Guarro por citar algunos de ellos.
Muy lejos de
utilizar una prosa artificiosa y enrevesada está narrada de forma cercana, fluida
con amplia presencia de diálogos y bastante parca en descripciones de
ambientes. Como he dicho es una obra que puede definir con la palabra
sencillez, lo que no quiere decir que sea una historia simple. En esta novela
no encontraremos giros imposibles ni gran acción pero consigue mantener la
intriga hasta el final.
A lo largo de la novela iremos viendo cómo
evolucionan psicológicamente los personajes, el porqué de cómo actúan y gracias
a un narrador omnisciente en tercera persona conocemos a fondo todos los
matices de la historia. A pesar de su poca extensión la novela ahonda
profundamente en los temas que trata y ni falta ni sobra ni una sola palabra.
Nada es gratuito y si tenemos paciencia todo terminará encajando.
La historia
alterna pasado y presente a través de los diferentes capítulos que la componen
para llegar a un final que siguiendo la tónica de la novela emociona y deja un
sabor de boca muy agradable y que en el fondo invita a reflexionar sobre muchas
cuestiones.
Conclusión
Pretérito
imperfecto es una novela hermosa. Narrada con mucho gusto sus dos pilares
básicos son la sencillez y cercanía que junto a la maravillosa creación de
personajes consigue entretener y cautivar.
Lo que más
me ha gustado de la historia es la capacidad que tiene la autora de transmitir
sentimientos y emociones a través de pequeños detalles, de historias que te
tocan el corazón y te infunden inmensa ternura.