Enriqueta tiene un marido sin voz ni voto y dos hijas, Milagros y Rocío. Las dos hermanas son muy diferentes entre sí. Rocío, la menor de ellas, tiene un carácter extrovertido y ha estudiado en Madrid. Milagros, en cambio, es una chica limitada que nunca ha salido del pueblo.
Cuando Enriqueta decide buscarle un marido a Milagros toda la casa se trastoca. No solo aparecen redecillas y celos entre las dos hermanas sino que comenzarán a producirse una serie de desavenencias familiares que convierten la familia es un caos.
Enrique Cuartero es un abogado estatal afiliado al CEDA (La confederación Española de Derechas Autónomas) que se considera a sí mismo demócrata liberal. Con su llegada a la familia, todos sus miembros se introducen en el mundo de la política, una experiencia complicada en el contexto político del momento.
Mi
experiencia con la novela
Después de leer esta novela me he quedado con dos sensaciones diferentes como si la misma encerrase dos libros muy distintos entre sí. Pero vamos por partes para que podáis entender mi punto de vista.
La historia comienza presentándonos a Enriqueta Sánchez Muyeras, cabeza de una familia de terratenientes que, como sucedía en los años veinte con todo el que tenía dinero, maneja a todo el pueblo a su antojo. Los vecinos de la localidad temían encontrarse con ella para no ponerse en su punto de mira e incluso la llamaban “La pistolera”, un apodo que le viene como anillo al dedo.
Enriqueta es una mujer controladora, perfeccionista y autoritaria. De muy pocas palabras y mucha acción, vigila todo lo que sucede a su alrededor para, en caso necesario, intervenir. De su afición por registrar incluso el correo de sus vecinos saca un jugoso provecho que le permite conocer hasta sus más íntimos secretos. Así sabía, por ejemplo, que Rómulo, el tendero, tenía deudas de juego o que Francisca, la novia del hijo de su ama de llaves tenía un affaire en secreto.
Pero Enriqueta no solo se contenta con controlar además todas sus fincas y fábricas sino que tampoco se priva de tener bien controlada a su familia. Su marido, Pepe, es un pobre hombre que nunca le quita la razón y apenas se atreve a hablar por sí mismo. Juntos forman una pareja muy excéntrica. Él muy soso y ella muy decidida. Quizás por estas personalidades tan dispares formaban una buena alianza.
Sus dos hijas son muy diferentes entre sí. Milagros, la mayor de las hermanas, tiene diecinueve años y apenas había salido de la casa familiar. El parto había sido complicado y por mucho que Enriqueta intentara hacer de ella una persona normal, Milagros siempre sería una chica con ciertas limitaciones a quien le costaba aprender. A pesar de todo era una chica dulce, risueña y de trato fácil.
Rocío, en cambio, es harina de otro costal. Una muchacha, al igual que su madre, con mucho carácter. Ha estudiado en Madrid en los mejores colegios y pretende una vida mucho mas emocionante que la que la finca familiar le depara. Su única meta es alardear y verse bonita. Vestirse con los mejores vestidos, adornarse con elegantes sombreros y encontrar un buen marido que ponga todos sus antojos a su alcance.
Enriqueta conoce perfectamente la dificultad de encontrar un marido para la pobre Milagros así que decide comprarle uno. Así llega a la hacienda Enrique, el hijo adoptado de una de sus primas. Se trata de un abogado que trabaja para el estado y miembro del CEDA (La Confederación Española de Derechas Autónomas ). Cuando aparece en las vidas de la familia toda la organización familiar se ve trastocada porque Enrique será capaz de perturbar a todos sus miembros por distintas razones..
La novela se divide en dos partes. La primera se desarrolla entre el 1929 y 1932 y la segunda abarca desde 1933 al 1936. Pero estas partes son muy distintas entre sí. Mientras la primera podría considerarse como una comedia romántica de enredos familiares, la segunda se centra mucho más en recrear un contexto histórico dentro de la época en que sucede toda la acción.
La primera parte logró captar mi atención desde la primera página porque tenía muchos ingredientes de los que me gustan en las novelas. Protagonistas femeninas con mucho carácter que viven enredos familiares pero la segunda parte me decepcionó un poco. No es exactamente que no me gustara, sino que yo esperaba encontrarme lo mismo que en la anterior y una continuidad en la historia. Los hechos de la segunda mitad son interesantes pero dan un poco de lado a unas protagonistas que habian logrado conquistarme. Me hubiese gustado que la novela siguiera la misma tónica. Creo que no he sabido entender bien el objetivo de realizar esta transición tan evidente de una parte a otra. Es inevitable que cuando lees dos cosas muy diferentes una te atraiga más que la otra y eso es lo que me ha pasado a mí.
La segunda parte nos relata la incursión de Enrique en el mundo de la política como diputado en Cuenca para la CEDA. En ella nos narra la situación inestable en España con todos los movimientos políticos de izquierdas y derechas. Los intentos y reformas para renovar el país, la oposición, las artimañas electorales, el pucherazo y los conflictos entre el partidos o incluso entre los ciudadanos.
Me gustaría resaltar que el contexto histórico se nota se que está muy bien documentado y que la autora ha trabajado y cuidado mucho este aspecto. Recrea perfectamente el ambiente que se debió vivir en España en la II República. Una época de gran inestabilidad en la que los ciudadanos vivían los cambios, que tenían miedo y donde la contraposición de ideas suponía un verdadero problema.
Esta es una época que está muy poco vista en la literatura española. Por ella circulan personajes muy conocidos y que ocupan un lugar muy importante en la historia de nuestro país. Aparecen Fanjul, Goicoechea, Mendizábal, Tomas Sierra o Lerroux por citar algunos entre muchos otros.
Respecto a los personajes me han parecido que estaban muy bien dibujados. Desde el principio eres capaz de imprimirles su personalidad porque ellos nos transmiten perfectamente todos sus caracteres. Me ha gustado especialmente que los personajes tengan “malicia”. No son personas ideales con comportamientos ejemplares sino que tienen sus mas y sus menos, se equivocan, tienen una parte diablesca, y se mueven por sus intereses. Rocío es egoísta, arrogante y pretenciosa. Solo piensa en sí misma y aunque a menudo se queja de tener que cuidar a su hermana mayor en el fondo siente un gran cariño por ella y siempre está a su lado. Milagros es un personaje que infunde mucha ternura y es capaz de conquistar tu corazón. Sabe que es diferente a los demás e intenta que se note lo menos posible. Enriqueta es uno de los personajes que más atractivos me ha parecido con sus manías y sus impertinencias. Dueña y señora de todo es capaz de cualquier cosa con tal de ver sus objetivos cumplidos. Destaca por su fuerza y garra.
El estilo de Almudena navarro es muy natural y fluido e inmediatamente hace que te sientas atraído a continuar la lectura de la novela. El lenguaje alegre y desenfado imprime a esta novela cierto toque divertido. Sobre todo en la primera parte porque en la segunda aunque sigue siendo agradable su lectura se torna bastante más seria.
Me parece un acierto haber situado la novela en un pequeño pueblo donde todo el mundo se conoce y donde es más fácil que unos pocos controlen a la mayoría. Además las cosas se hacen mucho más evidentes y se pierde toda capacidad de pasar desapercibido. El uso de palabras y expresiones típicamente rurales ayuda a recrear la historia y que a la vez sea mas creíble. Los personajes usan voces como pos´, enciscao´ y otras locuciones que nos permiten recrear mejor la historia.
Respecto al final de la novela, cuando la leí quedaba totalmente abierto y daba lugar a una segunda parte pero después se colgó en su blog una ampliación de dos capítulos para cerrarlo. En estos se precipitan los acontecimientos y aunque resuelve muchos de los asuntos pendientes sigue siendo un final que no resulta redondo. Además la autora ha aprovechado para cambiar algunas cosas ente ellas el apellido de uno de los protagonistas y corregir algunas de las faltas de ortografía que abundan en la novela.
Conclusión
“La papeleta en blanco” es una novela que recomiendo. No puedo negar que la primera parte me ha gustado mucho más que la segunda y que me he quedado un poco a medias en el cambio de tercio de una a la otra pero a pesar de todo es una lectura que considero muy amena y entretenida. Un libro sin pretensiones y muy sencillo.