Agosto de 1945. Nagasaki
Dos jóvenes se han citado en una colina con la intención de besarse por
primera vez. La suya es una historia de amor inocente y excitante que ha
comenzado con los versos de un haiku que ambos van a leer juntos.
Mientras Kazuo, el joven de procedencia holandesa, espera a la bella Junko,
la hija de una diseñadora de arreglos florales, sucede algo que va a cambiar su
destino para siempre. La caída de una bomba atómica unos minutos antes del
encuentro destruirá toda la ciudad y causará muchos muertos a la vez que evitará que los jóvenes puedan unir sus
destinos.
Agosto de 2010. Tokio
Emilian Zach es un arquitecto que lleva toda su vida trabajando en un mismo
proyecto. Por fin su sueño se va a
realizar cuando el gobierno japonés le entregue una isla donde llevarlo a cabo.
Se trata de una ciudad ecológica, que se autoabastece, económica y que no
contamina pero que está diseñada para funcionar con energía nuclear.
Pero en el último momento todo se complica y Emilian deberá abandonar ese
proyecto al que ha dedicado todo su esfuerzo, dinero, sueños, e incluso por el
que ha abandonado a la mujer de su vida.
Ya está a punto de abandonar la ciudad cuando conoce a Mei, una galerista
que está obsesionada con encontrar un antiguo amor de su abuela para reunirlos
antes de que esta muera debido a una enfermedad que lleva tiempo arrastrando y
que terminará con sus días.
Mi experiencia con la novela
Cuando encontré esta novela la sinopsis me pareció muy atractiva al igual
que el diseño de su portada, una isla pequeña isla en blanco y negro sobre un
mar en calma. Me gustan las novelas ambientadas en dos épocas diferentes y dos
escenarios distintos que terminan por estar íntimamente ligadas. Y ese es el
punto fuerte de la novela dos historias que en principio tienen poco en común salvo
que ambas se desarrollan en Japón y que abordan el tema de la energía nuclear
de distintas maneras pero que al final terminan por unir sus caminos.
La primera línea argumental nos sitúa en Nagasaki en
el mes de Agosto de 1945. La II Guerra Mundial tiene atemorizada a la población
japonesa ya que las tropas aliadas están a punto de tomar el país. Una bomba
atómica ha destruido la ciudad de Hiroshima sembrando el pánico entre la
población. Aunque Nagasaki apenas ha sido tocada por el ejército debido a un
campo de prisioneros que evita los ataques del enemigo y mantiene la ciudad a
salvo.
Pero el día 9 de agosto se acaba su suerte cuando una bomba atómica
destruye la ciudad dejando a su paso además numerosos muertos y decenas de
heridos. La peor arma conocida por el hombre y que ha sido arrojada a esa
ciudad por simples cuestiones meteorológicas ya que no era el objetivo
acordado.
Entre ellos se encuentra Kazuo que instantes antes de caer la bomba va a
reencontrarse con su primer amor en una colina desde donde observa toda la ciudad.
La joven a la que espera en cambio no ha tenido tanta suerte y no ha conseguido
llegar al lugar de encuentro antes de que la bomba arrasase con toda la ciudad.
Instantes después Kazuo observa con miedo y desolación lo poco que ha quedado
en pie a la vez que comienza su desesperación por no saber nada de Junko a
quien comenzará a buscar desesperadamente.
Kazuo es un adolescente que aunque de procedencia holandesa se ha criado
con un matrimonio japonés que lo adoptó después de la muerte repentina de sus
padres. Durante su corta existencia se ha sentido perfectamente adaptado a su
familia de acogida y a su país adoptivo pero la guerra ha sembrado ciertas
dudas en su cabeza porque en el fondo sabe que él es distinto. La relación con
sus padres no está pasando su mejor momento y solo la bella Junko, la hija de
una vendedora de arreglos florales, es capaz de conquistar plenamente su
corazón. Una muchacha con quien ha iniciado una relación que comienza como un juego.
Con cuatro haikus (poemas de 17 sílabas) que la muchacha le entregará
diariamente hasta que culminen con un beso el último poema.
La segunda historia nos sitúa casi
en la actualidad. Se trata del año 2010 donde el arquitecto suizo Emilian Zach
vive con ilusión la puesta en marcha de un proyecto en el que lleva años
trabajando. Es un experto y defensor de la energía nuclear y asesor de Naciones
Unidas en ciertas cuestiones ecológicas.
Su proyecto trata de crear una ciudad que mediante un reactor nuclear sea
capaz de funcionar por si misma de forma efectiva, barata y limpia, sin
contaminación ni emisiones de dióxido de carbono. Lleva toda su vida
invirtiendo tiempo y esfuerzo en obtener los mejores resultados pero finalmente
el gobierno desautorizada su ejecución y Zach lo pierde todo. Tanto su sueño
como su dinero como su esfuerzo.
En medio de este vendaval que le
provoca la desesperación conoce a Mei, una joven galerista japonesa que
le pide ayuda para encontrar al hombre de quien su abuela estuvo siempre
enamorada.
Con este libro he tenido sensaciones muy dispares pero al final me quedo
con la impresión de que no me ha llegado la historia y no he sabido conectar
con ella. A priori la sinopsis me parecía muy sugerente tanto por el contexto
como por la temática pero una vez leído el libro no me ha gustado tanto como
esperaba y me ha dejado bastante indiferente.
Los acontecimientos que suceden en
Nagasaki sí que han captado mi atención y despertado mi interés. Desde todo lo
que supuso la caída de la bomba en la ciudad con sus terribles consecuencias
hasta la historia de Kazuo y Junko que sin ser demasiado emotiva si se puede
decir que merece la pena considerar. Dos jóvenes que a pesar de ser muy
distintos han logrado establecer un lazo afectivo en común sin importarles lo
que les rodea ni lo que sucede a su alrededor. Además se trata de un primer
amor, con todo lo que conlleva.
En cambio, la parte referente a Emilian, el arquitecto, me ha decepcionado
bastante porque no lograba hacerme con la historia ni con el personaje. Incluso se me ha hecho un poco cuesta arriba.
El planteamiento de la cuestión del uso de la energía nuclear me ha resultado
demasiado monótono y para avivar el debate lo contrapone con las consecuencias
del estallido de una bomba atómica. Dos personajes con motivos muy concretos
para darnos de forma sutil las claves de sus posiciones. Uno que apuesta firmemente
por ella como forma de energía a pesar de que su manejo es complicado y otros
que sufrieron las consecuencias de la radiactividad durante años e incluso que
siguen manifestándose en las siguientes generaciones. El autor no intenta
posicionarnos ni ofrecernos su propia opinión. Simplemente pone las cartas
sobre la mesa y que cada uno saque sus propias conclusiones.
Respecto a su historia con Mei, no ha logrado despertar en mí ningún
sentimiento. Me ha parecido demasiado aséptica, sin forma ni color. Una
relación amorosa que no destaca ni por la pasión, ni por emotividad ni tiene
nada que llame la atención.
Tampoco he llegado a entender completamente la forma de actuar de los
protagonistas principales. Había puntos muy interesantes como los sentimientos
de Kazuo respecto a sus padres adoptivos. El sentirse un extraño en la casa de
las dos personas con las que se ha criado y su obsesión por vigilar a los
prisioneros europeos que se encuentran en el campo de concentración y con quien
Kazuo se identifica pero otras muchas cuestiones no las he comprendido. El
porqué se marchó sin tener la certeza de donde estaba Junko y porque no la
buscó mas, por ejemplo.
La historia se nos narra en tercera persona y va alternado mediante
capítulos las dos líneas argumentales. La historia está muy bien narrada
haciendo gala de un estilo muy cuidado, elaborado y rico en detalles. Abundan
las buenas descripciones tanto de los personajes como de los escenarios así
como imágenes muy concretas de hechos y lugares además de darnos a conocer
muchas tradiciones de la cultura japonesa.
El desenlace de la novela me ha parecido demasiado previsible y le hubiese
venido bien una buena dosis de originalidad o algún elemento que sorprenda.
Quizás demasiado dulzón para lo que es el resto de la historia.
Conclusión
“El haiku de las palabras perdidas” no me parece una mala novela sino todo
lo contrario. Esta muy bien narrada, muy bien contextualizada pero en mi
opinión le falta algo, quizás acción, quizás profundidad o quizás sea más
fuerza. Se que el libro tiene excelentes reseñas y la mía va a ser de las mas negativas.