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jueves, 19 de enero de 2012

En el pais de la nube blanca - Sara Lark



La historia comienza en Londres en el año 1852 donde dos jóvenes de muy distinto origen parten en un barco llamado “El Dublín” hacia Nueva Zelanda en una larga travesía que durará aproximadamente tres meses. Ambas tienen el mismo objetivo y es que allí les esperan sus futuros esposos a quienes no conocen.

Durante el viaje ambas forjaran una relación de amistad a pesar de lo diferentes que son, no solo por su posición social sino también por lo opuesto de su carácter. Mientras Gwyneira es un joven de alta cuna a quien le espera una casa acomodada, sirvientes y dinero, Helen es solo una institutriz y apenas tiene datos de cómo va a ser su vida a partir de ese momento ni cómo es el hombre que la espera.

Comenzar su vida en un nuevo hogar tan alejado de lo que hasta ahora conocen y alcanzar la felicidad no va a ser tan fácil como habían pensado puesto que sus maridos no son exactamente lo que ellas habían soñado. A partir de ese momento se enfrentarán a todo tipo de situaciones desconocidas para ellas conservando a pesar de todo su amistad.

Personajes

En esta novela encontramos dos personajes principales que son Helen y Gwyneira, sobre todo es la última quien acapara mayor participación en la novela. Aunque sean los personajes femeninos quienes marcan la historia, existen algunos personajes masculinos que son imprescindibles en el desarrollo. Si bien la historia no se centra en ellos están bastante bien perfilados y llegamos  a conocerlos bien.

Gwyneira Silkham es una de nuestras protagonistas. Cuando se embarca en el viaje tan solo tiene diecisiete años pero las cosas muy claras. Es una mujer de carácter decidido y aventurero con una larga cabellera rojiza y unos ojos cristalinos. Su familia que pertenece a la alta nobleza se dedica al comercio lanar. Debido a su origne se espera de ella que actúe en consecuencia de su estatus social, con decoro y siguiendo unas normas de comportamiento y apariencia. Pero a pesar de haberse educado de forma exquisita a ella le gusta montar a caballo, pasear al aire libre con su perra Cleo y participar en la cría de ganado. Las convecciones sociales, los adornos florales, la administración de la casa son tareas insoportables para ella.

Su padre pierde una apuesta a manos de Gerald Warden un hombre afincado en Nueva Zelanda que se dedica a la cría de ovejas. La apuesta era la mano de Gwyneira aunque no para él sino para su hijo Lucas un chico muy guapo, educado y culto cuya única aspiración es la estudiar y dibujar algo que supone todo lo que su padre detesta. Gerald es un hombre brusco y maleducado, aficionado al juego y la bebida. Para Gwyn este hecho supone una nueva aventura en la que embarcarse y tras dudar decide ir buscando nuevas experiencias.

Para Gwyneira, Lucas no es el hombre de sus sueños porque son totalmente opuestos. Mientras ella esperaba un compañero con quien compartir aventuras se encuentra alguien con quien no tiene nada en común, una persona cerrada y opaca.

Helen Davenport en cambio, es una institutriz de veintisiete años hija de un párroco cuya oportunidad de encontrar marido es casi nula en la sociedad donde se mueve. No tiene dote porque todo el dinero que gana lo dedica a sus hermanos, dos holgazanes que se dedican a enredar y no ocupan su tiempo en nada serio. Trabaja dando clases a dos niños que pertenecen a una familia aristocrática, los Greenwood y aunque le gusta el trabajo que desarrolla desea formar su propia familia y cuidar de sus propios hijos.

Si Gwyneira es todo carácter, Helen es una mujer apacible, romántica y con buenos modales que solo desea encontrar un buen marido con quien conversar y hacerse compañía mutuamente.
Cuando descubre en una hoja parroquial que en Nueva Zelanda se solicitan mujeres cultas y educadas para contraer matrimonio con hombres respetuosos percibe que esta es su última oportunidad de cumplir su sueño. Poco después recibe una bella carta de su pretendiente, un granjero que aunque ofrece muy pocos datos sobre sí mismo logrará enamorar a Helen con sus cuidadas palabras.

Para costear el viaje, Helen tendrá que embarcarse con la custodia de seis niñas huérfanas que
trasladan para trabajar como doncellas en el país.

En su nuevo hogar se encontrará con Howard O´Keefe, un hombre muy distinto al que había conocido por carta, un hombre rudo, huraño y taciturno. Con una granja que apenas les da dinero para subsistir y en la cual Helen tendrá que ocuparse de todos los trabajos domésticos, tareas para las cuales no ha sido instruida.

Contexto, estilo y estructura

El libro tiene 746 páginas dividas en cuatro partes, cada una de ellas se divide a su vez en varios capítulos que más o menos marcan diferentes etapas en la vida de las mujeres. La novela abarca desde 1852 hasta 1877 situada la acción en Nueva Zelanda. El estilo narrativo es sencillo y natural, sin utilizar grandes técnicas literarias ni complicadas descripciones o reflexiones.

El ritmo de la novela es variable a lo largo de su extensión, mientras el principio es lento y se suceden los acontecimientos de forma pausada, el final tiene gran velocidad y los hechos se suceden de forma continua.  Si en sus comienzos nos hace esperar para que sucedan ciertas cosas el final viene rodado y los años transcurren más rápidamente.

Un punto negativo es la traducción como suele pasar en otros muchos libros. Existen frases cuyo sentido es complicado de entender, que están mal redactadas, alguna falta de ortografía e incluso he detectado un fallo a la hora de tratar un personaje. Hay un pasaje en que aparece Gerald cuando debería decir George.

Toda la novela se desarrolla en la mitad del siglo XIX en un país muy exótico como es Nueva Zelanda. Una tierra virgen de reciente colonización donde habían vivido pacíficamente los maoríes, una tribu que había viajado en canoa desde Hawai y se había asentado en esta tierra.

Al llegar los colonos ingleses toda su paz se había acabado porque estos habían ocupado la mayoría de sus tierras pagándoles una miseria.

No es que ahonde demasiado en sus costumbres y forma de vida de los maoríes pero se dejan ver unas pinceladas que aportan un extra a la novela sin llegar a aburrir si no te interesa demasiado el tema.

También toca el tema de la fiebre del oro o la matanza de focas con la que los hombres intentaban hacerse ricos.

Mi opinión

“En el país de la nube blanca” es una historia que te atrapa desde la primera página, tiene un comienzo que constituye un gancho perfecto de forma que cuando te das cuenta estas totalmente inmersa en la historia de las dos mujeres. Y es que este libro cuenta con tres pilares fundamentales: una historia atrayente, un escenario exótico y unos personajes bien formados.

El argumento en líneas generales no podemos decir que sea novedoso o extremadamente original porque historias parecidas (me refiero a mujeres y hombres que se casan sin amor) ya existen pero es la multitud de tramas que se desarrollan lo que hace que la novela no aburra. Algo complicado en un libro tan extenso.

Se van intercalando las historias de las dos mujeres y sus dos vivencias. Al principio del libro cuando las dos mujeres van a conocer a sus maridos consigue tenernos en vilo porque estos encuentros se van postergando en el tiempo ante la impaciencia de las jóvenes y del lector. Me ha gustado mucho este comienzo.

En el libro hay amor, desamor, desengaños, odio, venganza, esperanza, toda una serie de sentimientos que se van desarrollando paralelos a la historia.

Al comienzo de la novela ambos personajes tienen el mismo protagonismo y se nos va contando su historia de forma paralela pero a medida que avanza la novela, el personaje de Helen pierde fuelle y se centra más en la historia de Gwyneira. Me he quedado con las ganas de conocer mejor a Helen porque aunque es cierto que Gwyn es un personaje más atractivo por su fuerza a Helen se le podía haber sacado mayor partido. Parece que a la autora consumió demasiado pronto su historia y la dejó un poco de lado para recurrir a ella solo cuando la necesitaba.

Los personajes femeninos no pueden ser mas contradictorios mientras a Helen le gusta conversar y leer a Gwyniera en cambio lo que más le gusta es estar en el campo, rodeada de sus perros y sus caballos. Helen ama las letras, Gwyn la libertad. Y ambas mujeres no pueden acabar con unos maridos mas inadecuados para ella.

Helen es una mujer muy culta que pasa de vivir en una ciudad donde tener con quien conversar, pasar el día leyendo y dando clases a estar sola en una cabaña muy tosca y tener que realizar todas las tareas diarias y convivir con un hombre rudo que apenas sabe comunicarse porque apenas le salen palabras y que la trata de forma muy cruda.

Gwyneira en cambio es todo pasión y mientras ella esperaba un hombre valiente y fogoso como ella, se encuentra con un marido que prefiere dedicarse a diseñar unas cortinas que montar a caballo.
Ambas mujeres ante su desgracia deciden unir sus fuerzas y servirse de apoyo mutuamente. En estas circunstancias surge una bonita y entrañable amistad entre ellas de forma a pesar de la enemistad de sus dos familias.

Porque entre Gerald y Howard tienen un pasado en común por el que están enfrentados y por el que se odian. Esas redecillas entre vecinos que duran para toda la vida, que salpican a distintas generaciones familiares y que al final suelen  acabar en desgracia.

A pesar del claro predomino de los personajes femeninos, los masculinos tienen mucho peso e  importancia en el desarrollo de los acontecimientos. Cuando acaba la novela, se puede decir, que conocemos muy bien todos los personajes, su carácter y forma de actuar están muy marcados.

Los escenarios no pueden ser mejores ni estar mejor definidos. Cuando las protagonistas llegan a la isla no me costaba trabajo en absoluto imaginar las montañas, los verdes prados, los accesos riscosos y la dificultad con se movían los personajes. De hecho nunca me ha interesado demasiado Nueva Zelanda pero cuando los protagonistas se mueven a través de sus tierras la escena se me aparecía claramente gracias a las descripciones de la autora.

El final me ha parecido lógico aunque la última escena demasiado almibarada. De todas formas hay algunos puntos en que la historia se ve venir. Y aunque forme parte de una saga creo que si uno quiere únicamente leer esta novela no echará la continuación en falta porque el final es bastante redondo.

Pese a sus pequeños “inconvenientes” he disfrutado mucho de la historia, de los personajes y la ambientación. Es una novela que te atrapa y te transporta a otro tiempo.

Lo mejor sin duda alguna, el arranque de la novela. Lo peor es que Helen quede un poco en segundo plano.