martes, 14 de marzo de 2017

Un lugar a donde ir - Maria Oruña



Título: Un lugar a donde ir
Autora: María Oruña
Publicación: Destino, febrero de 2017
Páginas: 512

Han transcurrido varios meses desde que Suances, un pequeño pueblo de la costa cántabra, fuese testigo de varios asesinatos que sacudieron a sus habitantes. Sin embargo, cuando ya todo parecía haber vuelto a la normalidad, aparece el cadáver de una joven en La Mota de Trespalacios, un recóndito lugar donde se encuentran las ruinas de una inusual construcción medieval. Lo más sorprendente del asunto no es que la joven vaya ataviada como una exquisita princesa del medievo, sino el objeto que porta entre sus manos y el extraordinario resultado forense de la autopsia.

Cuando hasta los más escépticos comienzan a plantearse un imposible viaje en el tiempo, comienzan a ocurrir más asesinatos en la zona que parecen estar indisolublemente unidos a la muerte de la misteriosa dama medieval.

Mientras Valentina Redondo y su equipo investigan los hechos a contrarreloj, Oliver Gordon, ayudado por su viejo amigo de la infancia, el músico Michael Blake, buscará sin descanso el paradero de su hermano Guillermo, desaparecido desde hace ya dos años, y descubrirá que la verdad se dibuja con contornos punzantes e inesperados.

Mis impresiones

Un lugar a donde ir es la tercera novela de la escritora gallega María Oruña y a la vez la continuación de Puerto escondido, la cual leí en su momento y disfruté mucho. En este caso la novela de la que os voy a hablar presenta un nuevo caso policial que nada tiene que ver con el que se desarrollaba en la anterior que quedaba complejamente cerrado. A pesar que no es necesario haber leído la anterior para disfrutar de esta creo que es de esas series que te gusta leer en orden ya que las vidas de sus personajes sí que tienen cierta continuidad.

“Nuestro mundo es solo un envoltorio, una cáscara delgada y fina que esconde un enorme útero de piedad donde se guarda el secreto de lo que somos. El interior de la Tierra es húmedo, caliente e incognito, como otro planeta en el que retorcidas venas huecas y pétreas perfilan caminos hacia el misterio, el origen y la verdad.”

La novela arranca seis meses después de lo sucedido en Suances, un pequeño pueblo de la costa cántabra, en la novela anterior cuando en una casa aparecieron los restos de un cadáver momificado. En un lugar llamado La Mota de Trespalacios, que es un yacimiento arqueológico del medievo, aparece el cadáver de una joven. Nada indica violencia en ella. Ha sido cuidadosamente colocada, peinada, perfumada y vestida de forma que parece a una auténtica princesa medieval.

Este hecho pone en jaque a la policía y será Valentina Redondo, teniente de la Guardia Civil, quien se encargue de la investigación oficial. Pero el caso resultará más complicado de lo que ella piensa ya que deberá empezar sin apenas pruebas ni indicios y además se sucederán otras muertes por la zona. Todos los cuerpos aparecidos portan un objeto similar por lo que parece que hay un asesino en serie en la zona.

Mientras todo esto sucede, Oliver Gordon busca desesperadamente a su hermano Guillermo que lleva ya dos años desparecido. Lo último que supo de él fue una llamada que no llegó a coger.

Este es el punto de partida de una historia que mezcla, aunque no en la misma proporción, una investigación criminal con las subtramas personales de sus protagonistas que tienen un cariz familiar. A mí esta mezcla me encanta porque siento los personajes más humanos y cercanos además de que hay varios puntos que generan intriga. Y la trama va ganando conforme pasamos las páginas. Gana en complejidad y en interés.

Un lugar donde ir me ha resultado una novela muy entretenida en la que, como ya sucedió en su predecesora, tenemos una parte de la historia que se remonta al pasado. En este caso no lo hace tanto tiempo atrás y nos lleva a una temática completamente diferente. La arqueología, la espeleología, la geología... se convierten en una parte fundamental de la misma. Sin embargo María Oruña no se detiene en darnos pesadas descripciones de cosas relacionadas con estas ciencias sino que nos lleva a lugares emblemáticos que resultan fascinantes y que son los que van a transitar sus personajes. Muchos de estos escenarios son los que ya pisamos en la primera novela como Suances, Comillas, Hinojeda o Santilla del Mar los cuales podremos visualizar perfectamente gracias a las descripciones que nos aporta la autora y que recrea con mucho detalle.  Otros sin embargo nos llevan a lugares más lejanos situados en Alemania o México.

A algunos de los personajes de la novela los conocidos en Puerto escondido. Oliver Gordon es un inglés que tras la muerte de su madre heredó una casa en Suances y decidió convertirla en un hotel. Ya han pasado seis meses desde que se mudó y Oliver hace su vida allí. Sin embargo la desaparición de su hermano es un tema que no puede dejar de lado y conserva la esperanza de dar con él. A Valentina Redondo, teniente de la Guardia Civil, la conoceremos en el ámbito profesional y en el personal y es el personaje estrella de Un lugar a donde ir. Es una mujer que necesita controlarlo todo y se muestra obsesiva con el orden y la limpieza. Es rigurosa, racional y perfeccionista. Aunque parte de la dureza que tiene se pierde cuando se refiere a asuntos del corazón. Hay lógicamente más personajes y cada uno de ellos correctamente dibujados en la medida que lo requiere la historia.

En cuanto a la narración es fluida y de ritmo pausado pero constante que se va acentuando a medida que nos acercamos al final. A lo largo de la novela son muchas veces lasa que cambiamos de perspectiva y de contexto espacio-temporal. Si el presente de la novela transcurre en un periodo tan corto de tiempo como son tres días, el originen de la historia nos retrae cinco años atrás en el tiempo. Y aunque en principio estas diferentes líneas argumentales parece que poco tienen que ver con el paso de las páginas veremos cómo se dirigen hasta un final en el que todo queda bien entrelazado y resuelto.  

Me gustan las novelas negras que te dan la información muy clara sobre los procesos que desarrollan sus investigadores, ya sean forenses o policiales. Y en este punto Maria Oruña lo hace muy accesible y en todo momento sabemos porque llegan a las diferentes conclusiones. Aunque quizás en algún momento la explicación queda un poco forzada dentro de la historia yo lo agradezco porque no me  da la sensación de que se saca las cosas de la manga.

Si ya os dije en la reseña de Puerto escondido que me encantó descubrir el porqué de su título, Un lugar a donde ir no se queda atrás. Pero para descubrirlo hay que leerlo porque yo no voy a decir nada.

Conclusión

Un lugar a donde ir es una buena novela que entretiene e intriga al lector. Me gusta como Maria Oruña entrelaza muchas historias y como las va desarrollando para crear una historia no exenta de complejidad que vas leyendo sin percibir toda esa arquitectura interior.  
Puedes descargar Un lugar a donde ir aquí: