miércoles, 29 de marzo de 2017

Jardín de invierno - Kristin Hannah



Título: Jardín de invierno
Autpra: Kristin Hannah
Publicación: Debolsillo, febero de 2017
Páginas: 457

Una madre. Dos hijas.
Un secreto que cambiará sus vidas para siempre. 

URSS, 1941. Leningrado es una ciudad sitiada, aislada de toda posibilidad de ayuda por la guerra y la nieve que entierra los edificios con su blancura. Pero en Leningrado también hay mujeres sumidas en la desesperación, capaces de cualquier cosa para salvar a sus hijos y a sí mismas de un final trágico. 

Estados Unidos, 2000. La pérdida y los años han causado estragos en Anya Whitson. Finalmente ha conseguido contactar con sus hijas, Nina y Meredith. Y con una voz vacilante e insegura, empieza a entretejer la historia de una bella y joven rusa que vivió en Leningrado hace mucho tiempo... 

En una cruzada en busca de la verdad oculta tras la historia, las dos hermanas se enfrentarán a un secreto que hará tambalear los cimientos de su familia y cambiará para siempre la imagen de quiénes creían ser.

Mis impresiones

De Kristin Hannah ya he leído con anterioridad El ruiseñor y El baile de las luciérnagas. Dos novelas que me gustaron mucho por la emotividad que había en ellas a pesar de contar dos historias muy diferentes. Por esta razón quise leer Jardín de invierno, que me ha parecido más cercana a la primera por trama.

“En las riberas de poderoso río Columbia, en esta estación en la que todo está cubierto de hielo y se vuelve visible hasta el más leve alieno, la huerta que llamaban Belye Nochi estaba en silencio. Los manzanos durmientes, con las raíces robustas enroscadas en lo profundo del suelo frío, fértil, llegaban hasta más allá del donde alcanzaba la vista. A medida que la temperatura se desplomaba y que la tierra y el cielo perdían el color, el paisaje blanqueado causaba una especie de ceguera de invierno: un día se volvía indistinguible del siguiente. Todo se congelaba, se tornaba frágil”

La historia comienza con un prólogo fechado en 1972 en el que vemos el momento justo en el que se rompe la relación definitivamente de Anya con dos sus hijas Meredith y Nina. Aprovechando la fiesta de Navidad las niñas han decidido escenificar uno de esos cuentos que su madre les relata cada noche antes de irse a dormir pero en el que nunca llega hasta el final. Sin embargo lo que era un regalo para sorprender a una madre fría y arisca termina por resquebrajar su frágil relación de forma que las pequeñas encuentran la forma de convivir sin esperar nada de ella.

Algunos años después, en el año 2000, Meredith trabaja llevando la empresa frutícola familiar y Nina es una fotógrafa que viaja por el mundo buscando la imagen perfecta. Antes de morir su padre este les hace prometer que harán lo posible por acercarse a su madre y conocer su pasado. Ese del que nunca quiere hablar y la razón por la que se ha convertido en una mujer lejana e inaccesible. De esta forma la autora nos traslada a Leningrado en 1941. Una ciudad aislada por la Guerra y la nieve en la que sus habitantes viven en la más absoluta desesperación…

Jardín de invierno es una saga familiar conmovedora en la que no solo nos habla del pasado traumático de una mujer sino que además nos habla de una relación complicada entre madre e hija. ¿Qué puede llevar a una madre a comportarse de forma tan arisca con sus hijas? La respuesta nos llevará por el más absoluto horror y resulta sobrecogedora.

Si hay algo en lo que se esmera Kristin Hannah a la hora de construir historias es en la elaboración de sus personajes. En todas sus novelas son capaces de traspasar el papel y presentarse al lector como si fueran de carne y hueso. Además sus relaciones se exploran con muchísima profundidad. Algo que también ocurre en Jardín de invierno. Meredith y Nina son dos hermanas muy diferentes. La primera es una mujer practica y prudente que se ha quedado al lado de sus padres trabajando en el negocio familiar mientras su aventurera hermana ha viajado por todo el mundo con su cámara buscando esa imagen que refleje la realidad de los más desgraciados. Aquellos que sobreviven entre guerras, catástrofes naturales y hambrunas.  Meredith no pasa por uno de sus mejores momentos porque su matrimonio hace aguas.

Con la muerte de Evan, padre de ambas, se quedan a la deriva. Él siempre les dio todo lo que necesitaban siendo su apoyo principal. Incluso Anya, su madre, parece haber perdió la cabeza y hace y dice cosas extrañas. Pero también encuentran el momento de acercarse a una madre fría y distante que nunca les ha dado cariño. Y que ellas hace ya tiempo que dejaron de esperarlo. Sin embargo Anya tiene una historia muy dura a sus espaldas que nunca ha querido contar. Cada invierno la depresión se apodera de ella por los recuerdos que le trae. A parte de descubrir los orígenes de su madre también las dos hermanas tendrán la ocasión de acercarse la una a la otra y conocerse realmente ya que algo hasta ahora las tenía distanciadas.

La novela tiene una estructura lineal que se desarrolla en Estados Unidos en el año 2000 en la que vemos ese intento de acercamiento entre una madre y sus dos hijas. Nos va narrando cómo evoluciona esa relación y como son sus vidas. Intercalados hay muchos fragmentos que van a construir la historia del pasado. La que nos lleva a conocer a la pequeña Vera en Rusia en los años cuarenta. Una historia muy dura que se nos cuenta en forma de cuento infantil. Me ha gustado este recurso porque aunque ciertas palabras se sustituyen (por aquellas propias de un ceunto de hadas) la historia es perfectamente reconocible.

Y estas hacen referencia a Leningrado en 1941 cuando Rusia estaba sitiada debido a la guerra. Veremos cómo se vivió allí pero también la crueldad del régimen Estalinista que dejó miedo, muerte y horror. Sin embargo antes viviremos la Gran Purga del gobierno que encerró a muchísimas personas en los gulags y otras muchas fueron ejecutadas. Las temperaturas extremas también fue otra de las dificultades que junto al hambre y la enfermedad tuvieron que soportar.

Tal y como sucede en sus novelas la trama sucede con tranquilidad, prestando especial atención a los detalles y profundizando en sus personajes. Su estilo es sencillo y cuidado y la narración transcurre con cambios de una tercera persona (para la parte más actual) a una voz en primera persona. A mí me parece muy agradable y envolvente la forma en que esta autora te cuenta sus historias.

Conclusión

Jardín de invierno es una historia que me ha emocionado mucho. Una novela para leer con tranquilidad, que tiene un maravilloso dibujo de sus personajes y de las relaciones humanas.


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