martes, 9 de junio de 2015

Salvar a Mozart - Raphaël Jerusalmy



Título: Salvar a Mozart
Autor: Raphaël Jerusalmy
Publicación: Navona, mayo de 2015
Página: 176

Otto J. Steiner, austriaco, con algún ascendiente judío, está recluido en un sanatorio de Salzburgo, víctima de la tuberculosis, mientras que en el mundo exterior tienen lugar graves acontecimientos políticos. En verano de 1939, poco tiempo después del Anschluss, Steiner, melómano y hombre de gustos refinados, empieza a relatar en un diario su humillante vida de enfermo, solo y en precarias condiciones materiales, a la vez que en sus palabras se va manifestando no sólo un intenso amor por la música, sino un profundo conocimiento de ella. Se acerca el 17 de julio de 1940, día de la inauguración del Festival de Música en el Mozarteum, con la presencia de altas jerarquías nazis. Karl Böhm figura como director de la orquesta y Schneiderhan, como solista. Pero este día también es el de la venganza de Steiner, preparada con minuciosidad, solapada, sutil, contra la brutalidad y la incultura nazis. Una gratificante venganza.

Mis impresiones

Salvar a Mozart es el último título que la editorial Navona ha publicado dentro de su colección Los ineludibles, con la que pretende (y consigue) poner a disposición del lector obras de destacada calidad. Ya os he comentado en ocasiones anteriores lo mucho que me llama la atención el formato en que nos presenta este libro con su encuadernación en tela tan sobria y elegante a la vez.

Salvar a Mozart contiene en su interior el diario de Otto J. Steiner que comienza en julio de 1939 y nos narra su día a día recluido en un sanatorio de Salzburgo y aquejado de tuberculosis. A medida que pasan los días ve como su enfermedad empeora mientras intenta soportar el asco que le produce todo lo que le rodea. El trato despectivo y deshumanizado de las enfermeras y la decrepitud y el sufrimiento de los propios pacientes.

Pero en estas condiciones Steiner ha encontrado una vía de escape. Se trata del amor a la música a quien ha dedicado su vida como crítico y la que alivia su espíritu ofreciéndole algunos momentos de paz. El nazismo avanza inexorablemente y se hace patente la velada incultura del régimen. El 17 de julio de 1940 se inaugurará un Festival de Música en el Mozarteum al que acudirán altas personalidades del régimen nazi. Es el día que Otto, a quien se le ha pedido que colabore en la elaboración del programa, indignado por el uso propagandístico del legado que dejó el músico austriaco ha elegido para llevar a cabo una dulce venganza….

Aquí tenemos una historia intensa condensada en pocas páginas que bien se puede leer del tirón y que deja mella en el lector. Podríamos pensar que es otra novela más que nos habla de la barbarie nazi y aunque es un tema primordial en ella no vamos a encontrar guetos ni campos de concentración ni genocidios masivos. Salvar a Mozart nos deja constancia de las contradicciones del régimen de Hitler y del vacío que promulgaban sus acciones. Porque entre una de sus directrices, el régimen intentaba salvaguardar y apostar por la cultura a través de la música y el arte pero rechazando y demonizando a importantes artistas por su condición u origenes. Una obsesión por la cultura que solo denota la más profunda incultura.

Pero en ella también vamos a sentir la humillación, la vergüenza y la desesperación de un hombre que aquejado de una enfermedad se ve obligado a vivir recluido, a soportar condiciones precarias provocadas por los recortes que conlleva la escasez de medios. La misma comida cada día, la falta de higiene, la carencia de medicamentos y el aislamiento se unen al trato deshumanizado del personal sanitario que realiza su trabajo de forma desapasionada sin considerar a los pacientes como seres humanos. A todo ello se le suma la posibilidad de perder el privilegio de mantenerse en una habitación privada (y con ello perder su intimidad y sentir más cerca la enfermedad de otros) cuando no llega el cobro del alquiler de su casa. Pero a Otto el protagonista le queda la música, su gramófono donde suena Caruso, la que siempre le ha acompañado durante toda su vida. Y por ella está dispuesto a elaborar un sutil plan para vengarse del gobierno aunque arriesgue su propia vida. Sus únicos momentos de esparcimiento y placer consisten en asistir a conciertos y elaborar las criticas pero no puede aceptar que Mozart sea interpretado y manipulado a gusto de los adeptos al régimen.

Salvar a Mozart es una historia que se va endureciendo con el paso de las páginas. Nos narra la última etapa en la vida de un hombre que se produce entre julio de 1939 y julio de 1940, con la segunda Guerra Mundial a punto de hacer acto de presencia. Un último año en que le da para reflexionar, recordar, para examinar como ha sido su vida y para contarle sus últimas vivencias a su hijo Dieter que se encuentra en Palestina. Nadie sabe que Otto asciende de judíos por una parte de su familia aunque en realidad no llega a preocuparle tanto esta situación. No llega a conocer que es lo que está sucediendo fuera. Quizás también porque en  el momento en que se encuentra ya no tiene importancia, no hay demasiado que perder. Es demasiado consciente de que su propia muerte se acerca, de hecho no le resultaría tan descabellado acabar con ella.

Mientras nos sumergimos en las cotidianidades de Otto de fondo vemos los acontecimientos político-sociales que marcan la época del Tercer Reich. Las referencias son breves y no hacen falta más explicaciones. Como os he dicho antes no trata sobre guetos ni campos de concentración pero en el sanatorio se produce a menor escala los mismos hechos. Las denuncias a judíos, la eliminación de individuos indeseados, los registros, el control por parte de los militares.

El estilo narrativo de Raphaël Jerusalmy es bastante austero. El diario (en el que se incluyen dos largas cartas a su hijo)  es redactado como si se tratase de unas notas breves para dejar constancia de lo que ocurre y aún así nos deja un dibujo exacto del protagonista, del personal sanitario o de los enfermos que se mueven en escenarios decadentes y desesperanzadores. Una novela que se lee con gran agilidad, que trata el nazismo desde otra perspectiva y que de igual manera nos emociona. La angustia de un hombre, medio judío, asediado por el nazismo.

Conclusión

Salvar a Mozart es una novela breve e intensa en la que la música y la condición humana son sus dos grandes protagonistas y nos habla del valor y de la defensa de los ideales. Una novela que admite cualquier tipo de lector.