miércoles, 10 de junio de 2015

Los niños - Carolina Sanín



Título: Los niños
Autora: Carolina Sanín
Publicación: Siruela, 2015
Páginas: 154

Laura Romero, antigua locutora de comerciales de muebles y del servicio telefónico que da la hora y rentista de la mina de sal familiar, vive con su galgo Brus y es asidua de los supermercados. A la casa de esta mujer solitaria llega, una noche, un niño de seis años llamado Fidel. No se sabe de dónde viene ni quién es, habla siempre misteriosamente y parece no estar familiarizado con los usos del mundo. Mientras trata de asignarle significados a su presencia, Laura lo pierde y lo recobra intermitentemente, pasando por varios estadios en los que encuentra personajes y situaciones que todos conocemos: el vendedor de mercancías en un bus, el lenguaje burocrático del hogar de paso, la señora parlanchina. A través de la historia central de una pareja insólita —la de un niño y una mujer que no es ni pretende ser su madre—, y en un tono de fábula clásica, y con visos de terror psicológico, Los niños explora los límites del aislamiento y la intimidad y hace una reflexión, en ocasiones humorística, sobre la compasión, la maternidad, la hospitalidad, el abandono y la infancia.

Mis impresiones

Curiosa y extraña son los adjetivos que primero se me ocurren para definir esta novela, el segundo trabajo de Carolina Sanín, una autora colombiana. Esto ocurre a primera vista porque profundizando en el libro encontramos una lectura inquietante en la que se abordan muchos temas de forma muy sutil y sobre todo diferente. Tanto su historia como su forma de conducirla son muy originales.

La historia transcurre en Bogotá en la actualidad. Laura Romero es una mujer solitaria que comparte una existencia anodina con un galgo llamado Brus. Sus días transcurren con mucha tranquilidad mientras hace la compra semanal en un supermercado cercano a su hogar y acude a trabajar como limpiadora a la casa de unos ancianos. Un trabajo que realiza más bien por ocupar su tiempo que por necesidad ya que la salina en la montaña de su familia le deja suficientes ingresos como para mantenerse de forma desahogada.

Una noche aparece misteriosamente frente a su casa un niño de seis años llamado Fidel y su comportamiento es muy extraño. Parece como si acabase de nacer y no conociese el mundo. Tampoco responde sus preguntas El primer instinto de Laura es entregarlo a las autoridades y desprenderse del problema. Pero cuando se separa de él se da cuenta de que quizás su presencia quiera decirle algo y trata de recuperarlo por todos los medios…

Los niños es una novela en la que flota un ambiente de irrealidad, quizás por ello nos recuerde a una fábula. Su desarrollo es un tanto etéreo y  marcado por las situaciones que inquietan y perturban al lector con escenas de gran tensión que rozan el terror psicológico. Su protagonista se ve inmersa en extrañas situaciones mientras ella está entregada a la búsqueda de respuestas y encontrarle un significado a todo lo que ocurre. ¿Quién es realmente Fidel? ¿De dónde ha aparecido? ¿Qué quiere decirle el niño?

Al final Los niños nos habla de la maternidad pero dándole una vuelta de tuerca y presentándola desde otra perspectiva. Laura es una persona solitaria cuya única compañía es un perro. Es una persona obsesiva que otorga a cualquier circunstancia o hecho tanta importancia que le da vueltas y vueltas hasta encontrarle un sentido o lograr interpretarlo a su manera. Vive como un gran acontecimiento cualquier situación cotidiana buscando algo más y está ofuscada en que le ofrecen un niño las mujeres que a la puerta del supermercado cuidan las pertenencias a cambio de unas monedas. ¿Quizás sea que ha aparecido el instinto maternal? ¿O quizás el deseo de compartir su vida con alguien y tener a alguien a quien cuidar? Cuando el niño aparece tiene la oportunidad de romper esta soledad pero su primer instinto es negarse a acogerlo, quizá como parte del propio conflicto que se produce en ella.

Pero  la novela también nos habla de la indigencia, el abandono y la mendicidad al mismo tiempo que realiza una crítica sobre la administración colombiana o la despreocupación de la sociedad por el tema. En este caso en concreto sobre el Instituto de Bienestar Familiar que asila a los niños desamparados y que hace toparse a la protagonista con la negligencia, la desinformación y una carta de errores.

La relación entre Laura y Fidel (los dos únicos personajes de esta novela) es tensa, marcada por la distancia y el silencio, por el querer estar cerca pero no demasiado implicados. Laura es un personaje apático, al menos cuando comienza la historia, que parece desvinculada del mundo y de las relaciones con los demás con el cual el lector difícilmente podrá empatizar. La aparición del niño es para ella una especie de revulsivo, un ser que parece colocarla de nuevo en el mundo. Al mismo tiempo Fidel (o Elvis Fider)  supone todo un misterio que necesita desentrañar, más aún cuando poco después de su cumpleaños comienza a dar signos de un extraño comportamiento y parece entrar en una especie de trance. Conversaciones unilaterales sin sentido, visiones, extraños sueños marcan un estado de ánimo de inquietud en el lector.

Los niños es una obra en la que el lector pasa por distintas sensaciones. Desde la inquietud, la tensión, lo surrealista o lo absurdo, con algún momento tragicómico hasta preguntarse qué es lo que quiere contar la autora en diversos fragmentos. Con un estilo narrativo muy personal sugiere más que cuenta, otorga una participación activa al lector y resulta en momentos muy ambigua. Estoy segura que la novela admite tantas lecturas y conclusiones como lectores la tomen porque además el final queda un poco a la libre interpretación. Las referencias al libro Moby Dick (Herman Melville), el libro que la protagonista lee y es incapaz de terminar, son constantes durante toda la novela, estableciendo una especie de metáfora o juego literario de obsesivas y quiméricas búsquedas.

En una entrevista realizada a Carolina Sanín afirma que la novela se inspira en la película Gloria, que vio la luz en 1980, de John Cassavetes de la cual además extrae el epígrafe de la misma.

Conclusión

Los niños es una lectura que te sumerge en un estado de tensión e inquietud por la atmósfera asfixiante que la autora crea en torno a unos personajes misteriosos cuyas reacciones y pensamientos se pueden interpretar de diversas maneras. Por tanto creo que es una novela muy abierta a la subjetividad del lector.