martes, 30 de junio de 2015

El ermitaño - Thomas Rydahl



Título: El ermitaño
Autor: Thomas Rydahl
Publicación: Destino, mayo de 2015
Páginas: 656

En una árida playa de la isla de Fuerteventura aparece, en el maletero de un coche, el cuerpo sin vida de un bebé. No hay restos del conductor, no hay huellas, no hay denuncia, no hay, pues, caso. La policía quiere cerrar la investigación para evitar otro escándalo Madeleine. Pero no cuentan con Erhard, al que todos conocen como «el ermitaño»: tiene setenta años, nueve dedos, lleva casi veinte años de taxista en Fuerteventura, es afinador de pianos en sus ratos libres, un loco del jazz, algo bebedor, vive con dos cabras y, en sus momentos de relax, se sienta en una sillita plegable que lleva en el maletero del taxi a devorar novelas. Es peculiar, solitario, muy observador y tiene un pasado oculto.

Como la policía quiere dar carpetazo al caso sin apenas indagar, Erhard decide tomarse la justicia por su mano y honrar al bebé descubriendo lo que ha sucedido en realidad. El hombre mayor, ya de vuelta de todo, desaparece: ahora Erhard sólo quiere justicia y no se doblegará ante nada ni ante nadie para llegar al fondo de la cuestión.

Mis impresiones

El ermitaño es la primera obra publicada del danés Thomas Rydahl. Se trata de un thriller que inmediatamente se ha colocado entre las novelas más vendidas de su país obteniendo además diversos premios entre ellos a la Mejor Novela negra del año. Quizás tal reclamo es un poco excesivo en mi opinión aunque me ha parecido una novela muy buena entre las de le género y con algunos puntos que la distinguen del resto.

Erhard es un taxista que vive en la isla de Fuerteventura. Es una persona solitaria a la que le apasiona la música, le interesa demasiado el alcohol y vive en una casa bastante descuidada con dos cabras. La aparición de un coche abandonado en la playa de Cotillo con el cadáver de un bebé en el maletero dentro en una caja de cartón le remueve las entrañas. Pero la dificultad para resolver el caso al no encontrar pistas ni ninguna huella ni siquiera la denuncia de la desaparición del bebe y la prisa por calmar los ánimos y evitar un escándalo que afecte de forma negativa al turismo de la isla llevan a la policía a cerrar el caso de forma precipitada poniendo una tapadera y dejando impune al verdadero culpable.

Decidido a llegar al fondo de este asunto tan turbio y encontrar al responsable, Erhard comienza a desarrollar su propia investigación y ejercer la justicia de su propia mano. Una investigación que no pasará desapercibida para nadie.

Una de las primeras cosas que me gustaría comentar es que comencé la novela con una idea un poco equivocada sobre lo que me iba a encontrar. Quizás es que estemos demasiado acostumbrados a los frenéticos ritmos de los thrillers que habitualmente se desarrollan a una velocidad vertiginosa. Pero El ermitaño es una novela diferente en este sentido. Avanza con tranquilidad lo cual no quiere decir que su trama sea por ello menos intensa. Rydhahl nos va introduciendo en la historia poco a poco contándonos cosas e introduciendo otras subtramas (una organización que opera al margen de la ley, un ambicioso empresario, una mujer en coma, un joven desaparecido, una prostituta…) que pensamos que poco o nada tienen que ver con la trama principal (la cual tarda un poco en aparecer) para llegar a un final bien resuelto y muy coherente (sobre todo con el desarrollo de la novela) en el que vemos que cada detalle de la historia tiene una razón de ser.

Cuando me acerco a este tipo de libros, en los que la víctima es un bebé o un niño  siempre lo hago con cierta cautela ya que no me gustan las imágenes morbosas en ellos y en este sentido creo que El ermitaño es bastante respetuoso en este aspecto. Hay algunas escenas que resultan más duras pero en general no es una novela en que la violencia gratuita tenga demasiada presencia. Lo cual yo agradezco.

Erhard Jorgerson, a quien todo el mundo conoce como el ermitaño, es un personaje muy interesante por su psicología y que resulta muy complejo. En mi opinión no le puede poner pegas a su construcción porque el autor despliega totalmente la esencia del personaje. Conocemos sus obsesiones, complejos, deseos y pasiones y al final un pasado que le persigue. Un pasado que habrá de recordar para siempre cuando al mirar sus manos encuentre la ausencia de uno de los dedos. También es un investigador algo atípico. A sus setenta años está a punto de jubilarse de un trabajo como taxista en el que lleva más de veinte años y cuyos ingresos van a parar en su mayor parte a su exmujer que se ha quedado en Dinamarca. Como complemento afina pianos, algo que hace más bien por gusto que por necesidad. Es una persona solitaria y algo rara que ha decidido vivir a su manera. Me llama la atención la doble moralidad del personaje que por un lado tiene un férreo sentido de la justicia y por otro lado es capaz de cometer acciones censurables para lograr sus objetivos.

Al final El ermitaño nos habla de las ansias de poder, de todo lo que mueve el dinero y lo que el ser humano es capaz de hacer por él. Pero también nos habla de las consecuencias que tienen nuestras acciones y de la justicia. En la trama vemos los conflictos de intereses que se aplican a cualquier ámbito de la sociedad incluso aquellos que pueden permitir que ciertos delitos de sangre queden impunes. La corrupción, las injusticias y el fraude son temas de completa actualidad.

También me ha llamado la atención que la trama se desarrolle en un emplazamiento nuestro como es la isla de Fuerteventura. Al escritor se le ocurrió mientras estaba allí de vacaciones. Esta localización ya nos condiciona el desarrollo de la trama. Los exuberantes paisajes, las playas, sus lujosos hoteles y casinos y los turistas contrastan con lo que se mueve en la ilegalidad y de forma oculta en la isla. Un lugar paradisíaco pero a la par limitado, casi aislado por el agua que la rodea que transmite cierta sensación de asfixia. Cada escenario, muy bien descrito, tiene importancia en la historia y nos causa un estado de ánimo.

La novela está narrada en presente a través de una tercera persona con una prosa más bien descriptiva y detallista donde también tienen cabida las propias reflexiones del protagonista por lo que, como os dicho antes, el ritmo es medio. Aunque esto no llega a ser un hándicap en la historia ya que su autor mantiene este ritmo constante y la estructura en capítulos cortos imprime agilidad en la lectura.

Conclusión

En El ermitaño encontraremos una novela de trama compleja y muy bien hilada, con un protagonista con más fondo del habitual en la novela negra, con una ambientación que nos resultará cercana y se aleja de los fríos parajes nórdicos y que además toca temas que están de actualidad.