martes, 17 de marzo de 2015

Un paraguas - Wilf Self



Título: Un paraguas
Autor: Wilf Self
Publicación: Siruela, enero de 2015
Páginas: 328

El heterodoxo psiquiatra Zack Busner llega en 1971 al Friern Hospital, un gigantesco manicomio victoriano situado en el norte de Londres, en medio de una tormenta profesional y matrimonial. Pretende evitar las polémicas, pero allí conoce a Audrey Dearth, una mujer de clase trabajadora que lleva decenios encerrada en Friern en estado de coma profundo, y decide intentar despertarla a la vida con un revolucionario tratamiento. Los recuerdos que conserva Audrey de un Londres anterior a 1918, el año en que cayó enferma, de sus amantes, su participación en tempranos movimientos socialistas y feministas y, en especial, su trabajo en un taller de paraguas, se alternan con los intentos de Busner por tratar su enfermedad y llevar la luz a su mundo entre tinieblas. Ya retirado, en 2010, el doctor Busner recorre el norte de Londres en busca de las claves de aquel tumultuoso verano en el que logró despertar a sus pacientes afectados de postencefalitis con una nueva y poderosa droga.

Mis impresiones

Hay lecturas que no representan un camino de rosas, que para concluirlas hay sudarlas pero aportan historias tremendamente enriquecedoras a muchos niveles y que te premian con una enorme satisfacción. Me costó entrar en la historia y sus primeras páginas tuve que releerlas de forma concienzuda pero cuando comencé a comprender que estaba leyendo me quedé muy sorprendida. Es el caso preciso de Un paraguas del escritor británico Will Self, considerado uno de los autores actuales más ingeniosos a la par que extravagante.  

La historia abarca tres líneas argumentales que se desdibujan constantemente entre sí. Una de ellas se sitúa en 1971, año en el que el psiquiatra Zack Busner acaba de incorporarse a la plantilla del Hospital Mental Friern. Allí tiene una paciente que le suscita un interés especial. Una mujer que lleva medio siglo encerrada entre los muros del sanatorio aquejada de una grave enfermedad mental. Pero Busner tiene en mente un revolucionario tratamiento para combatir la demoledora dolencia. Se trata de una potente droga con la que intentará despertarla y minimizar las consecuencias de la encefalitis letárgica que contrajo tras la Primera Guerra Mundial

La paciente es Audrey Dearth a quien nos encontraremos en estado catatónico pero también conoceremos sus vivencias anteriores a 1918 en Londres. Ese fue el año que contrajo la enfermedad que la sumió en estado vegetativo. La epidemia se produjo a nivel mundial dejando millones de muertos y numerosos afectados. También seguiremos las historias de sus dos hermanos, Albert y Stanley para quien la guerra no pasa en balde. Cada uno seguirá un camino muy distinto. Mientras uno se marcha a las trincheras a luchar en la guerra, el otro intentará hacer carrera como funcionario en el ministerio.

Por último en el año 2010, Busner ya se ha retirado y su mente comienza a fallar. Antes de que la depresión senil borre todos sus recuerdos recorre las calles del norte de Londres, reflexionando y tratando de encontrar las claves sobre aquel experimento que llevó a cabo en un grupo de pacientes del Friern con la L-DOPA y los resultados que obtuvo. 

“Un hermano se olvida tan fácilmente como un paraguas” (James Joyce)

Es una frase extraída de Ulises y la misma que nos vamos a encontrar antes de comenzar la novela. Es tremendamente significativa en la historia. Self utiliza en muchas ocasiones un simple paraguas de forma metafórica y con múltiples significados. Ese objeto que nos protege y arropa en ciertas ocasiones pero del que nos acordamos solo cuando lo necesitamos, que dejamos en cualquier lado y apenas le damos valor.

Siempre me han interesado los entresijos de la mente, el mecanismo que rige nuestro comportamiento, que crea recuerdos o incluso que sucede en ella cuando comienza a fallar. ¿Qué ocurre cuando el cuerpo no responde? ¿Dónde se esconde la conciencia? La mente va y viene por distintos caminos.

Uno de los principales personajes de la novela es Audrey Dearth a quien conoceremos siendo niña, una joven adulta y una anciana con unos tics muy particulares.  La hija de un borracho que frecuentaba lugares y gentes poco convenientes, una muchacha que creció a la sombra de sus hermanos varones y por ello contaba con menos privilegios. Una mujer que creía en el amor libre, en el socialismo, en el sufragio femenino y en la independencia de la mujer. Primero trabajó como administrativa en una fábrica de paraguas, después tuvo que hacerlo en una fábrica de municiones en condiciones abusivas. El otro personaje central de la novela es Zack Busner. Un psiquiatra de buen corazón al que el excesivo entusiasmo en su trabajo le había reportado serios problemas por lo que fue alejado de su empleo y derivado al inmenso y laberintico manicomio victoriano que es el Frien. En su matrimonio tampoco van muy bien las cosas y su mujer le somete a constantes humillaciones.

La novela recorre el siglo XIX, una época turbulenta de cambios sociales, conflictos políticos y una drástica evolución en el pensamiento. Así mismo Self vierte su propia critica en el relato sobre el sistema. Entre otras cosas nos habla del socialismo, de la diferencia de clases, del sufragio y la independencia femenina. También aprovecha esta historia para desvelar el desmerecido trato al que se han visto sometidos los enfermos mentales hasta hace muy pocos años. Quizás la ignorancia, el rechazo, la escasez de conocimientos sobre estas enfermedades cuyos síntomas no son tan visibles o la falta de interés lo que ha llevado a diagnósticos erróneos, desastrosos historiales clínicos, despreocupación por el estado del paciente, tratamientos incorrectos o muy agresivos, sedaciones innecesarias o incluso abusos sexuales.

Dos de las dificultades principales que entraña la lectura de Un paraguas es su construcción y su estilo narrativo. Will Self prescinde de capítulos al uso e incluso de separación por párrafos de forma que tenemos una historia que se narra de forma continuada y en la que no existe una clara línea divisoria entre las tres líneas principales. Dentro de una misma frase y en tan solo una palabra cambiamos de escenario o de momento pasando del Londres sumido en la guerra a los años setenta en el sanatorio. De primeras este estilo impacta, desorienta y confunde al lector pero una vez llevas unas cuantas páginas y te amoldas al texto no resulta tan extraño. Eso sí, exige una lectura en estado de alerta, minuciosa y lenta.

Con respecto a su estilo narrativo el autor opta por una narración con muchas metáforas, frases con dobles sentido que también es desordenada, densa, recargada, caótica. En ella  los escasos diálogos no están señalizados con guiones, los pensamientos de los protagonistas se introducen de forma forzada en el texto y se acompañan de fragmentos de canciones que parecen no tener nada que ver o distintas expresiones. Además se incorporan al texto algunos términos médicos que pueden suponer una dificultad extra. Pero en esta novela nada parece producto del azar. Cada palabra, cada gesto de sus personajes o cada situación parecen medidos al milímetro y con un claro objetivo.

Conclusión

No creo que Un paraguas sea una lectura recomendable para cualquier tipo de lector. Muchos de ellos la abandonarían en la primera página. Creo que podrían disfrutarla los amantes de los retos y a quien interese su temática en concreto. Es una novela desconcertante, anárquica, diferente, ingeniosa, extravagante…