lunes, 12 de enero de 2015

La Santa - Mado Martínez



Título: La Santa
Autora: Mado Martínez
Publicación: Algaida, noviembre de 2014
Páginas: 379

Nadie está a salvo cuando la procesión de los muertos inicia su andadura El colegio para señoritas Rosas del Cares —al que todo el mundo llama Manderley— siempre ha guardado un secreto atroz, especialmente desde la muerte de su fundadora, Rebeca de las Nieves. Ella había conseguido convertir aquel internado, situado en un remoto paraje de Asturias, junto a los Picos de Europa, en una de las instituciones educativas más prestigiosas del continente. Pero cuando algunas niñas empiezan a desaparecer, el oscuro secreto de Manderley se convierte en una inequívoca amenaza. ¿Qué hay detrás de las desapariciones de las internas? ¿Simples accidentes en medio de la nevada que asola la región? ¿Alguna clase de venganza urdida por la difunta Rebeca, o acaso algo más terrible? En el pueblo ya hablan del regreso de la temible Güestía, la Santa Compaña.

Mado Martínez reivindica en esta novela la larga tradición del terror victoriano, al que incorpora los miedos antropológicos más atávicos. La Santa es un apasionante relato de terror psicológico que mereció el XIX Premio Ateneo Joven de Sevilla.

Mis impresiones

Con La Santa, Mado Martínez, se ha hecho ganadora del XIX Premio Ateneo Joven de Sevilla. Se trata de una novela encuadrada en el género del terror psicológico que está cosechando muy buenas opiniones. Aunque últimamente no me prodigue demasiado en el género siempre me han gustado las historias paranormales que ponen los pelos de punta. Así que este título parecía perfecto para volver al género.

“Matar despacio, como matan las nubes al sol. Así se deslizaba ella, una sombra y nada más, sobre el rostro de su víctima. Violar una vida. Cortar el árbol tierno, comerse la flor que jamás llegará a ser fruta. Ni siquiera tuvo que ir a buscarla, ni utilizar ningún truco para que la siguiera hasta el río. La encontró en mitad del bosque, como una oveja perdida en busca de su pastor.” (Comienzo)

La historia se sitúa en los años cincuenta en paraje perdido de Asturias donde se erige el internado para señoritas  Rosas del Cares, más conocido en la zona como Manderley puesto que su fundadora, Rebeca de las Nieves, se obsesionó con la novela de Daphne Du Marier que llevaba su nombre por título.

Rebeca de las Nieves hace algunos años ya que murió en un dramático accidente pero antes logró hacer su sueño realidad y convirtió su proyecto en uno de los colegios más prestigiosos de Europa. Ahora el encargado de dirigir el internado es su viudo, Antonio Lucero, que lleva la organización del centro como una pesada carga que comparte junto a Esther, la gobernanta, y donde también están sus tres hijas.

Manderley parece esconder demasiados secretos en sus paredes y durante las noches algunas niñas sienten que algo poderoso las acecha. Cuando una de ellas desaparece misteriosamente pocos son conscientes del peligro que les acecha.

La novela comienza con una imagen potente que nos deja pegados a la historia y ya nos ofrece una idea de lo que vamos a encontrar en su interior. La Santa entra en materia de forma inmediata produciendo escalofríos en el lector. El principal motivo es la Güestía o como se conoce en tierras asturianas a La Santa Compaña. Es la procesión de ánimas que recorre con velones por las noches los caminos cercanos a una parroquia deteniéndose en aquellas casas en las que habrá una próxima muerte. Una figura aterradora que tanto los que creen en ella como los que no, temen. Y es que hay cosas que mediante la razón no se pueden explicar.

Una de las cosas que más me ha sorprendido en esta novela es la maravillosa ambientación que consigue la autora y lo hace con descripciones muy concisas pero bastante precisas. Un acierto ya es el contexto espacial de la misma. En un paraje perdido y alejado de la civilización en Asturias donde a menudo el fuerte temporal en invierno aísla a sus habitantes sin poder establecer contacto con el exterior. Un lugar que cuenta con un folclore propio con respecto a supersticiones e historias legendarias en las que no todo el mundo cree pero que se transmiten con el paso de las generaciones . El internado lo podemos imaginar como un edificio frío, oscuro y siniestro, el lugar perfecto para esconder cualquier secreto y que ya de por sí, deja correr nuestra imaginación. Junto a sus habitantes nosotros mismos nos sentiremos encerrados sin poder escapar y al mismo tiempo respirando esta atmosfera que nos crea inquietud.

La santa es una novela coral donde cada uno de los personajes que tienen aparición en la misma están bien definidos y tienen algo que contar. El perfil de cada uno de ellos es muy distinto pero todos son capaces de transmitir sensaciones en el lector. Y la principal es de desconcierto. El estricto y descorazonado Antonio Lucero, sus hijas Alicia, la rebelde Isabel o la dulce Azucena, Esther la gobernanta, el vicioso Daniel Hallen, la loca de Marta o la misteriosa Valvanuz del Prado me desconcertaron. Cada uno de ellos está construido con muchas capas bajo las cuales será el lector el encargado de indagar la verdadera naturaleza del mismo. Está ambigüedad en su construcción me hizo sospechar continuamente de unos y otros, intentando descifrar si alguno de ellos sería el culpable de las desapariciones.

Con estos protagonistas su autora aprovecha para ofrecernos pinceladas de muchos temas sin detenerse demasiado en ninguno de ellos. La educación de las muchachas jóvenes en España en los años cincuenta, los abusos sexuales, la lealtad y el enfrenamiento de la razón y las creencias entre otros.

Mado Martínez utiliza un estilo muy plástico pero a la vez cuidando los detalles al máximo incluso con cierto lirismo en ocasiones. El narrador es una voz en tercera persona omnisciente que es capaz de cambiar de registro según la escena requiera y sobre todo adaptando muy acertadamente los diálogos al personaje del que pertenecen. Su estructura en capítulos muy cortos hacen que su lectura se agilice mucho. Ya desde el inicio en la novela comenzaran a suceder cosas, sin llegar a perder el ritmo en ningún momento hasta el punto final. Estos misterios que se nos proponen intrigarán al lector de forma que son una clara invitación a continuar avanzando con el objetivo de desvelar que se esconde entre sus páginas. Con respecto a su final este llega a complacer al lector aunque confieso que esperaba alguna sorpresa mayor.

Anoche soñé que volvía a Manderley…” es la frase que abre La Santa. Una de las muchas referencias que existen a la intrigante historia de Rebeca, la novela de Daphne Du Maurier y con a que existe una fuerte conexión. A parte existen en ella constantes guiños a diversas obras de la literatura de todos los tiempos, incluso los encontraremos si nos fijamos en los títulos de los capítulos.

Conclusión

Gracias a la excelente ambientación, la atmosfera de tensión recreada, la construcción de los personajes, el generoso ritmo de la historia así como las intrigas que propone he disfrutado mucho de La Santa, una novela que pone los pelos de punta y que yo recomiendo.