lunes, 4 de febrero de 2013

Me encontrarás en el fin del mundo - Nicolas Barreau



Jean-Luc Champollion es un treintañero muy atractivo que cuenta con mucho éxito entre las mujeres. Él se deja querer y se permite disfrutar de los pequeños placeres de la vida.  La única compañía perenne que permanece a su lado es la de su perro Cézanne, un dálmata con el que se entiende perfectamente.
En el plano laboral a Jean-Luc tampoco le va nada mal. Es el propietario de una galería de arte en Paris  la cual le reporta los suficientes beneficios para vivir en uno de los mejores barrios de la  ciudad y permitirse ciertos lujos. Sin duda, la vida le sonríe.
Pero un pequeño acontecimiento está a punto de trastocar su tranquila existencia. Una mañana Jean-Luc recibe un sobre azul que esconde una carta de amor en su interior. Nada indica la identidad de la misteriosa desconocida que firma como “Principessa” y que le propone un delicioso juego a través el cual se establece una comunicación entre ellos vía email.
A través de las cartas el protagonista descubre que la misteriosa escritora lo conoce muy bien pero que no pretende desvelar su nombre. Mientras, Jean-Luc está completamente decidido a averiguar quién es.
Mi experiencia con la novela
Después de conseguir un notable éxito con La sonrisa de las mujeres, su primera novela que consiguió un gran éxito de ventas en Francia y Alemania, el jovencísimo escritor Nicolas Barreau nos presenta una nueva novela joven, actual y ligera.
Me encontrarás en el fin del mundo es una novela fresca y entretenida que entra por el ojo por su preciosa portada (la cual además se corresponde con el estilo del autor). Después de leer varios libros bastante intensos necesitaba una lectura justo de este estilo. Una historia entretenida y fácil de leer. A veces aunque un libro no tenga una excesiva calidad literaria llega justo en el momento oportuno y te hace disfrutar. No siempre necesitamos lecturas profundas, complicadas o muy formales.
Quizás el argumento no sea extremadamente original pues últimamente y con el avance de las nuevas tecnologías muchas historias de amor se han fraguado vía redes sociales y hemos podido conocerlas gracias a la literatura y el cine. Pero considero que es más importante el desarrollo de la misma que el planteamiento inicial. Buenas historias a menudo crean malos libros y al contrario también sucede. Esta en concreto comienza cuando Jean-Luc recibe una carta de amor anónima protegida por un sobre azul. En ella una misteriosa dama le confiesa estar enamorada de él pero, por el momento, no pretende desvelar su identidad. Además le propone iniciar un juego en el que ambos podrán comunicarse vía email.
Jean-Luc no muy ávido en elaborar cartas de amor, pero si intrigado en conocer la identidad de la dama en cuestión responde inmediatamente a la carta recibida con el objetivo de desenmascarar a la “Principessa” que firma las misivas. A medida que la correspondencia va aumentando, su curiosidad aumenta casi rozando la obsesión y evaluando la posibilidad de hallar a la mujer misteriosa entre cada una de sus conocidas.
La “Principessa” revela muy pocos datos sobre sí misma y podría ser cualquier mujer de las que se encuentran a su alrededor.  Jean-Luc comienza a observar celosamente a Soleil, una de sus artistas preferidas, a sus amigas, vecinas, clientas de la galería e incluso a  la hija del panadero. 

Jean-Luc es joven, atractivo y con dinero. Es el dueño de una galería de arte y comparte su vida con su inseparable dálmata Cezanne. No es el típico mujeriego que aprovecha cualquier excusa para ligar sino un hombre que tiene un atractivo especial para las mujeres y él, por su parte, es consciente de ello y se deja querer.
En cuanto a los personajes la historia se centra única y exclusivamente en su protagonista quedando los demás dibujados por meros trazos. A través de sus reflexiones y su modo de actuar vamos conociendo poco a poco  a Jean-Luc. Aunque no explore en profundidad su interior, si que al terminar la novela nos quedamos con una imagen bastante precisa de él. Casi todos los secundarios son personajes femeninos que predominan claramente sobre los escasos protagonistas masculinos que aparecen en la historia, cuya actuación es muy concreta.  Hay personajes que me han parecido muy interesantes y quizás me hubiese gustado conocerlos un poco más, como Soleil, una artista desquiciada en busca de la inspiración.  
Pero desde aquí mi tirón de orejas al autor. Y es en todo lo que rodea a la historia existe un clara superficialidad. Jean-Luc es un amante de la belleza y casi todas las mujeres que lo rodean así lo son. Incluso se plantea la posibilidad de que la autora de las cartas sea una mujer poco agraciada y en ese caso se plantea rechazarla. En realidad mientras leía la novela me venía a la mente que si existiera el género, la novela podría encuadrarse dentro del Chick lit masculino.
La historia está narrada en primera persona a través de su protagonista. Con un lenguaje muy claro, sencillo y actual está salpicado de numerosas expresiones en francés que no impiden la comprensión del texto y ayudan a situar el relato a la vez que aporta cierto atractivo. A través de la prosa se nota que el autor es joven, le imprime cierto toque de humor y sarcasmo aunque no por ello está exento de ciertas reflexiones por parte del personaje.
Algo que me ha gustado y me ha divertido ha sido el tono de las cartas que se intercambia el protagonista con la bella misteriosa.  Representan lo mejor de la novela y me hubiese gustado incluso que al autor incluyera mayor cantidad. En contraposición con la fresca y actual narración de la novela para redactar las cartas el autor conserva un tono deferente,  y casi de una época anterior pero a pesar de ellos no están exentas de coquetería y cierto toque pícaro. Además conforme se van escribiendo las cartas se va notando que la relación evoluciona mostrando de forma cada vez más clara sus sentimientos. Cada vez se sienten más seguros para mostrar los celos, los enfados o sus deseos.

Y para que surja el amor que hay  mejor que la historia se desarrolle en las calles de París, la ciudad del amor.  Con su ambiente siempre bohemio, encantador, los cafés, las calles y ese ambiente tan chic que vive en sus calles.
 A pesar de que mientras leía pensaba que el final estaba cantado me resultó inesperado.  No por la resolución final sino por  identidad de la “Principessa”. Cuando se descubre quién es la misteriosa dama (el objetivo final del libro) aunque coherente con las pistas que nos da el autor yo ya había puesto mis miras en la persona equivocada. El autor sabe jugar una doble baza y aunque todo indica un camino si uno echa la vista atrás encontrará que todo indicaba en otra dirección.
Conclusión
Me encontrarás en el fin del mundo es una comedia romántica ideal para aquellos lectores que desean algo entretenido, ligero y fácil de leer. No es apta para exigentes pero cuenta con cierta chispa y frescura.