lunes, 3 de diciembre de 2012

Seis peces azules - David Tejera

Andreas Kovac es un cazador de piedras preciosas que se gana la vida traficando con las alhajas que vende a los joyeros de Ámsterdam. Su vida transcurre entre esta ciudad y los numerosos viajes que realiza para conseguir mercancía. El último de sus encargos en un ambicioso proyecto que le llevará al corazón de la India en busca del codiciado diamante Jehangir. Se trata de una piedra excepcionalmente tallada en forma de lágrima de 83 quilates que fue encontrada en la India en el siglo XVI.

Elka es una joven que trabaja en Samoa, una tienda de té situada cerca de los canales de Ámsterdam. Su vida es bastante monótona y sólo desea tener una vida apacible junto a Andreas. Necesita que los viajes se terminen y establecer una familia junto a él. Cuando un cadáver aparece en el canal cercano a la tienda un extraño impulso le incita a robar un objeto que posee.

El viejo mercante Volcán Chiriquí se dirige a las costas de Madagascar para ser embarrancado en el cementerio de barcos. Entre los doce miembros de la tripulación se encuentra el griego Stéphanos. Un marinero que se ha embarcado en la travesía para superar su fobia al mar. En el último instante decide que ese viaje no será el destino final del mercante.

Un barco. Un cadáver. Un diamante ¿Qué pueden tener en común estas tres historias?

Mi experiencia con la novela

David Tejera es un conocido periodista que cuenta con una amplia trayectoria en el mundo de la información. Ha presentado informativos  en varias cadenas de la televisión. Aunque la verdad es que no lo reconocí hasta que leí unos breves datos sobre el mismo en el interior del libro.

“Seis peces azules” ha resultado ganadora este mismo año del XLIV Premio de Novela Ateneo de Sevilla. Este premio viene otorgándose anualmente desde que en 1969, José Manuel Lara, el fundador de la Editorial Planeta financiara la primera edición. La colaboración con esta editorial se mantuvo hasta el año 1996, tomando Algaida su relevo a partir de entonces. Y desde aquí le doy las gracias a la editorial por facilitarme y darme a conocer esta novela con cuya lectura he podido disfrutar ampliamente. Creo que se trata de una excelente novela.

El argumento entrelaza tres historias de forma magnífica. Tres historias encadenadas que aparentemente tienen poco ver y que terminarán por fundirse en un desenlace único. Por un lado tenemos la búsqueda de un diamante, por otro lado un cadáver  y finalmente un barco que en el último instante es salvado de un trágico final.  Cada una de ellas cuenta con los alicientes necesarios para hacer de ella una lectura interesante y original. No es quiero contar mucho más porque lo mejor de esta obra es ir descubriéndolo por uno mismo.

Uno de los mayores aciertos de esta novela y como parte de las distintas subtramas son sus personajes los cuales tienen una importancia vital en la historia. Todos ellos tienen un perfil muy definido y muy claro, muy ricos en matices y resultan la espina dorsal de la misma. El autor disecciona cada uno de sus caracteres de forma espléndida realizando un perfecto perfil psicológico de ellos. Incluso podemos llegar a imaginar perfectamente a los secundarios. Podríamos considerar que Andreas es el personaje central de la novela, el punto de partida y alrededor del cual gira todo lo demás.

El cazador de piedras es un hombre sin raíces ni recuerdos que necesita moverse, viajar y establecerse metas para sentirse vivo. Le gusta ser el hombre que consigue lo que los demás no pueden aunque para ello tenga que saltarse las normas o jugar sucio en algunos momentos.

En cambio al griego Stéphanos le queman los recuerdos de un pasado que no puede olvidar. Con el viaje en el mercante desea curar algunas de sus veteranas heridas, sobre todo el miedo que le tiene a la mar, una compañera en ocasiones peligrosa y una vieja conocida para él.

Elka es una mujer joven que trabaja en una tienda de té. Vive angustiada porque lo único que ella desea en la vida es compartirla junto a Andreas. Sueña con que ambos puedan olvidarse de viajes, de aventuras y quimeras. Odia la soledad y las despedidas, la incertidumbre de no saber y sus silencios.

Aunque estos son los personajes principales hay algunos otros que tienen una importancia decisiva en la novela. El viejo Neron Staufman, un joyero sucio y sin escrúpulos, Cloé es la dueña del Samoa, una mujer que ha luchado durante toda su vida o el Hombre Azul que se busca a sí mismo.

A pesar de que podríamos considerar este un libro de aventuras lleva una carga emocional tremenda. El autor explora el interior de los personajes de forma exhaustiva haciéndonos partícipes de sus inquietudes, de sus  ambiciones y sobre todo esa búsqueda de la felicidad que tanto inquieta a los seres humanos. Pero también explora los límites de la naturaleza humana, esas cuestiones que nos hacen detenernos y pensar en qué precio hemos de pagar para lograr nuestros objetivos.

Con un estilo muy ágil, una prosa atrayente y bastante descriptiva el autor va alternando estas tres historias a través de sus distintos capítulos. Sin ser una novela de eoas  cuyo ritmo resulta vertiginoso es capaz de mantener un ritmo constante durante toda la misma, crear cierto misterio y provocar situaciones muy tensas. Se nos narra a través de un narrador omnisciente en tercera persona que tiene acceso a todos los personajes. Puede hablarnos de dónde se encuentran, que hacen y como se sienten de forma que la novela se ve enriquecida en muchos aspectos. En ella vamos a encontrar aventuras, intriga, sentimientos, viajes, traiciones, intereses, dolor, entrelazados de forma muy inteligente.

Javier Tejera es un buen creador de ambientes. Sabe recrear perfectamente desde el ambiente viciado de un despacho hasta la libertad que uno puede sentir en el mar. La acción transcurre en distintos escenarios. Una parte de ella transcurre en Ámsterdam, la ciudad donde viven Andreas y Elka y que el traficante abandonará poco después para comenzar la búsqueda del diamante. Esta nos llevará hasta la India donde conoceremos el ambiente marcado por la pobreza y el miedo. Un lugar exótico y cálido lleno de olores y colores donde algunos están dispuestos a morir por un puñado de piedras. Los recuerdos de otros viajes realizados por el protagonista nos llevarán a lugares como Siberia y Angola en donde conoceremos algunas de sus anécdotas vividas durante la búsqueda de tesoros.

Me ha gustado mucho la historia de la ciudad Fatehpur Sikri y la de su fundador Akbar, un emperador Mongol que me ha resultado una figura muy curiosa y cuya existencia desconocía hasta haber leído la novela.

Pero además esta novela está muy bien documentada y nos ofrece la información en su justa medida. Hace un acercamiento bastante interesante al mundo de las piedras preciosas. Algunos tipos de piedras, su colorimetría, sus facetas, sus inclusiones y su tallaje que determinan el precio final. Pero más interesante aún la forma de conseguirlas, el mercado que hay detrás de ellas, los intereses económicos que esconden y la manipulación de las grandes empresas que se aprovechan de la necesidad de muchos hombres para ganar dinero a su costa.

Su sólida construcción cuenta con un final no digo sorprendente pero si inesperado que deja en el lector un buen sabor de boca y complementa una lectura sólida, sin sobresaltos, narrada sin prisas y recreándose en los detalles. Un final agridulce no diseñado para contentar al lector pero consecuente en su forma.

Conclusión

“Seis peces azules” es una novela de rotunda calidad capaz de captar nuestra atención con una trama interesante en la cual no solo tienen interés los incógnitas propuestas sino que su carga sentimental es un factor determinante en su desarrollo. Considero que esta es una lectura más que recomendable.
 ** Gracias por el ejemplar a: