domingo, 2 de septiembre de 2012

La ciudad de los ojos grises - Félix G. Modroño


Nos encontramos en el año 1914, en un café de la plaza Saint Germain des Prés en París. En él, Alfredo Gastiasoro, un profesor de arquitectura afincado en la ciudad de la luz, mientras lee el periódico descubre que la mujer a la que siempre ha amado acaba de morir.
La inesperada noticia le hace tomar inmediatamente un tren hasta su ciudad natal, Bilbao,  para enfrentarse no solo a la muerte de un ser querido sino también a un pasado del que ha huido durante los últimos años.
Una vez en la ciudad descubre que Izarbe podría haber sido asesinada y se embarca en la gran aventura de investigar qué es lo que ha pasado realmente. Esta investigación desvelará secretos que llevaban muchos años ocultos y que harán que Alfredo se cuestione muchas cosas que han ocurrido en su vida.

Mi experiencia con la novela
Hay libros que nada mas cogerlos en las manos te transmiten con certeza la sensación de que tienes una gran historia entre las manos. Y “La ciudad de los ojos tristes” es uno de uno de ellos. Una novela de bellísimo titulo que seduce y atrapa desde el comienzo hasta el fin. Al mismo se le suma una portada sugerente y atractiva que capta y refleja el alma de la novela.
Felix G. Modroño nos narra toda la historia con una sensibilidad, una delicadeza  y un cuidado que hacen inevitable que a la vez que navegamos por sus páginas sintamos toda esa nostalgia que impregna la historia. 
En el libro se nos cuenta la historia de cómo Alfredo vuelve a Bilbao, su ciudad natal, tras conocer la muerte de una mujer muy importante en su vida, Izarbe, la única a la que amó y la única que durante años ha llevado en su corazón. Una mujer con la que descubrió el amor pero con quien también descubrió en dolor y la soledad.
Alfredo es un arquitecto con cuarenta años que después de que Izarbe se casara con su propio hermano decidió poner tierra de por medio y refugiarse en Paris, una ciudad que añora y que le consuela aunque no le hace olvidar su tierra natal. La de Izarbe y Alfredo es una historia de amor que como otra cualquiera no pudo ser pero que ambos nunca llegaron a olvidar.
La llegada a la capital supone que Alfredo se reencuentre con recuerdos dolorosos, con heridas aun sin cicatrizar y la añoranza de una vida que podría haber sido suya pero que se esfumó.  Mientras poco a poco y con la ayuda de su amigo de la infancia, Fernando Zumalde, convertido en jefe de policía descubre que la muerte de Izarbe no ha sido accidental y como único objetivo se propone descubrir que ha pasado. A la vez irá enfrentándose a todos los cambios que ha sufrido su amada ciudad. Inevitable la nostalgia al descubrir que no solo no queda nada de la mujer que amó sino que tampoco es capaza de reconocer la cuidad que abandonó años atrás intentando olvidar.
Bilbao ha pasado de ser un lugar pequeño, rural a ser una ciudad moderna y prospera donde se asientan nuevos edificios, nuevas estatuas y teatros,  y donde la población ha realizado un crecimiento brutal tanto en número como en calidad de vida. Un lugar donde la minería desarrolló a finales del siglo XIX y principios del XX una gran oportunidad no solo para los bilbaínos sino para el resto de los españoles que comenzaron a emigrar buscando una oportunidad. Este desarrollo económico que supuso la mejora de una vida, la adquisición de hábitos de consumo,  las actividades de ocio pero que también marcó una etapa de revoluciones sociales y una lucha por los derechos laborales.


La novela comienza en Paris por donde figuran grandes personajes de la historia, intelectuales y artistas (Picasso, Indalecio Prieto, el escultor Paco Durrio, Miguel de Unamuno entre otros) que siempre han encontrado un refugio excelente en la ciudad de la luz y que nuestro protagonista tiene ocasión de conocer.  Y aunque comienza allí, en realidad toda la acción se sitúa en Bilbao. Hay que destacar la gran labor del autor a la hora de recrearnos la ambientación. No es complicado, una vez que te sumerges en su lectura, imaginar la ciudad en absoluto. Con descripciones muy exactas de calles, edificios, monumentos, y lugares muy concretos por los que han pasado casi cien años y que al leer parece que estemos ahí mismo.
 Además destacar la gran labor de documentación ya que hace un repaso de ciertos acontecimientos de principios de siglo XX de forma que aportan a la novela gran dosis de realismo a la vez que nos acercan al alma de la cuidad.
Aunque la trama principal de la novela es la investigación de la muerte de Izarbe, también es una novela de amor plagada de romanticismo, no solo por una mujer sino por una ciudad. Es inevitable sentirse contagiada por todos los sentimientos que el protagonista deja traslucir a través de su relato. El amor por Izarbe y por su ciudad. Excelente como va intercalando pasado y presente para darnos a conocer qué sucedió en el pasado y los motivos que le llevaron a separarse de ella.
Como ya he dicho es estilo de Modroño es impecable. Capaz de ofrecernos en una misma novela la tensión que genera un thriller policial y a la vez emocionarnos con una historia plagada de amor. Una historia que puede parecer simple pero que se complica por momentos llegando a alcanzar grandes cotas de suspense y muchos secretos encerrados.
Es complicado mantener el equilibrio en una novela en que se tocan distintos géneros pero en “La ciudad de los ojos grises” esta cuestión está perfectamente solventada. Modroño nos ofrece la dosis justa de cada uno intercalando la historia de amor con el crimen y a la vez aportando datos históricos tan concretos pero que en ningún momento llegan a hacerse pesados o aburrir si no que aportan un extra.
Los personajes de la novela parecen de carne y hueso, dotados de piel, alma y corazón. Podemos entenderlos a la perfección, sus miedos, sus deseos y sobre todo sus motivaciones. No hay personajes perfectos, son personas que mienten, se esconden y sufren como lo hacemos todos. Imposible no dotarles de cara en tu imaginación e imposible no sentirlos cercanos y accesibles. No solo están bien destacados los personajes principales, sino que también conoceremos a fondo a Izarbe, y sobre todo entenderemos su comportamiento, el porqué llegó a casarse con el hermano de Alfredo y el porqué de su muerte, un punto clave en la novela y que al descubrirse aporta luz a toda la historia.
Por último deciros que el final de la novela es muy emotivo de forma que al cerrar el libro una se queda con la sensación de haber leído una gran obra.
Conclusión
¿Qué mas os puedo contar de esta novela sin destripar nada mas? Pues simplemente que la he disfrutado muchísimo. Me ha parecido una autentica delicia sumergirme en sus páginas y dejarme llevar por una historia que acerca más a una ciudad, poco conocida para mí y de la que guardo unos breves recuerdos.
Una novela que una vez se ha empezado es imposible dejar atrás y que a pesar de sus más de cuatrocientas páginas se lee en poco tiempo. Una historia que tiene de todo, suspense, romanticismo, historia mezclado con gran habilidad y aderezado con grandes dosis de humanidad.

Gracias a Félix G. Modroño por su amabilidad y permitirme disfrutar de esta gran novela.

Nota: Fotografía tomada de la web: http://laciudaddelosojosgrises.blogspot.com.es/