miércoles, 5 de octubre de 2011

Paula - Isabel Allende


Escucha, Paula, voy a contarte una historia, para que cuando despiertes no estés tan
perdida....


Esta historia comienza como todas las que escribe Isabel Allende el ocho de Enero de 1992, pero empieza un poco antes, en Diciembre del año anterior cuando su hija Paula victima de la porfiria se sume en estado de coma profundo.
Mientras Isabel espera que su hija despierte y recupere su vida justo donde la había dejado le escribe una larga carta donde le narra la historia familiar junto a la suya propia para que su hija no solo conozca sus raíces sino que sepa cómo ha sido la espera.
Para superar este duro trance se apoyará en todos sus amigos y familiares. A la vez este cuaderno le sirve para expresar libremente todos esos sentimientos que pasan por ella mientras la agonía de Paula se prolonga durante muchos meses.
Estilo, estructura y contexto
La historia se divide en dos partes, la primera sucede de diciembre de 1991 a mayo de 1992 que más o menos coincide con un periodo de esperanza donde Isabel aún conserva confianza en que su hija se recupere y poco a poco vuelva a ser la que era.

La segunda parte abarca desde mayo a diciembre de 1992, etapa en que la resignación y las opiniones médicas han podido con ella y solo le queda aceptar el destino de su hija, que además de habitar un cuerpo que no responde a ningún estimulo ve agravado su estado porque su cerebro está dañado. Ya no queda nada de Paula, solo un cuerpo que poco a poco se deshace.

La novela está narrada en primera persona, Isabel Allende nos cuenta de su mano y dirigido a Paula toda la historia familiar y la suya propia. El estilo de la autora permanece intacto con respecto al resto de sus novelas, una prosa sencilla y envolvente. Mientras nos va contando el estado de su hija también nos va narrando la historia de su familia intercalando en ambos relatos, pasado y presente.

Durante años he estado evitando esta novela, la razón es que no me gustan demasiado las biografías. Pero cuando comencé a leerlo la historia me sorprendió no solo porque el estilo me atrapaba sino porque en esta novela también encontramos las características del realismo mágico que contienen muchas de sus otras novelas. Y el relato al final, no solo resulta más entretenido sino que estas historias están perfectamente integradas en la historia. Quizá en otra novela hubieran parecido extrañas o increíbles pero en esta novela son tan naturales como la vida misma.

La novela se remonta a la vida de sus abuelos, narrando la de sus padres y finalmente la suya.
Pero Isabel en su novela no solo nos habla de sentimientos sino que refleja con bastante exactitud y dedicando bastante de la novela como vivió en Chile el golpe de estado militar que dio Pinochet en 1973 y sobre todo como lo vivió ella. Como de repente un país entero se ve sumido en una dictadura que les priva de todo derecho.

Isabel estaba muy cerca de Salvador Allende, presidente socialista de Chile antes de la dictadura de Pinochet, el cual terminó muerto. Y en su narración recoge como se vio obligada a marcharse de allí.
Isabel: la mujer
Mientras ve como su hija va perdiendo la vida, tumbada en la cama de un hospital madrileño, Isabel rememora y hace una especie de balance de toda su vida para ofrecérselo a Paula cuando despierte. Toda la historia se crea por ella y va hacia ella.

A través de sus páginas conoceremos como su fue su familia, su infancia, sus amores, deseos y esperanzas porque en esta novela la escritora se convierte en mujer y abre su corazón de par en par.
Isabel nació en Perú pero tiene ascendencia vasca que se asentó en tierra chilena. Sus abuelos fueron gente normal que trabajó y gracias a su trabajo pudieron prosperar. Para ella serían siempre el Tata y la Memé, unas figuras fundamentales en su infancia y que le marcarían para siempre porque no solo contribuyeron en su forma de ser sino que más tarde le servirían de inspiración en la lectura.

Una curiosidad es que Isabel Allende comienza a escribir todas sus novelas con una fecha determinada, el ocho de Enero. Este día es clave en su vida porque su primera novela “La casa de los espíritus” la empezó a escribir un ocho de Enero y al igual que “Paula” comenzó siendo una larga carta dirigida a su abuelo que se estaba muriendo. Más tarde otras de sus novelas se han ido inspirando en las historias que le contaba su abuelo y los personajes salieron de su familia.

Su madre, Teresa, era una mujer muy bella a la que todos los hombres admiraban y adulaban pero terminó casándose con un diplomático que ejercía su labor en Lima. El matrimonio resultó ser un desastre,y Tomás desapareció y Teresa volvió con sus tres hijos a Chile a la casa paterna. Poco a poco todos terminaron olvidándose de él.

Así que Isabel creció y se crió al cobijo de sus abuelos empapándose de todo su mundo lleno de fantasías e historias inventadas que la rodeaban. Su abuela murió pronto y no la conoció demasiado pero aun así siempre le sirvió de inspiración y siempre tuvo la sensación de que la acompañaba constantemente, como un ser que la guiaba y protegía. Cuando escribió “La casa de los espíritus” fue Clara (clarividente) el personaje que se basaba en su propia abuela quien también tenía el don de ver el futuro.

Más tarde su madre conocería a Ramón un cónsul con quien acabaría casándose y quien cuidó de ella siempre.

De niña, Isabel, siempre se sintió diferente. Se sentía marginada y era una niña solitaria que jugaba a esconderse e inventar historias. También nos narra otros pasajes más o menos duros de su infancia como cuando le estiraban manos y pies para que creciera ya que era muy pequeña o los problemas que tuvo con las monjas.

También pasamos por la derogación del gobierno socialista y muerte de Salvador Allende que se sospecha que fue asesinado. Con la dictadura de Pinochet Isabel arriesgó su vida. Ayudaba a personas que estaban en situación complicada en el país. Los escondía, colaboraba en su huida y pasaba información. Pero todas estas actividades clandestinas terminaron por colocarla en una situación difícil y terminó por exiliarse.
En la novela nos cuenta sus historias de amor, como se casó dos veces, como su primer matrimonio se fue esfumando poco a poco y fue en la segunda ocasión cuando encontró al amor de su vida, Willie.

Pero “Paula” no comenzó siendo un libro, sino una larga epístola de Isabel a su hija para que cuando despertara de su coma no se encontrara perdida y si acaso no era capaz de recordar esta carta la ayudaría.
Cuando Paula entra en coma tenía 28 años. Había estudiado psicología y se dedicaba a ayudar a la gente. Paula era una persona muy creyente, religiosa y espiritual, que huía de lo material. Vivía de forma muy austera y apenas tenía objetos. Se había casado tan solo hacia un año y compartía con su marido una gran historia de amor.

Isabel recibió la noticia de su estado mientras asistía a la presentación de una de sus novelas. Y desde ese mismo instante su vida cambió completamente. Porque abandonó todo para correr al lado de su hija, para ser quien cuidara de ella, para hablarle para evitar que se fuera.
La novela
Ya os he dicho con esta novela me he llevado una gran sorpresa no es lo que yo esperaba y aunque la cogí con algunas reticencias me atrapó literalmente desde la primera página no solo por la historia en sí, sino también por la forma franca, enternecedora y sencilla de contárnoslo. Es imposible no sentirte triste con esta historia.

En esta novela pasamos por muchos de los recuerdos de la autora, algunos mejores y otros peores. Con esta novela descubrimos una mujer valiente, con compasión, sin miedo a tomar las propias riendas de su vida.

La parte más triste es cuando habla de Paula, cuando se encuentra en estado comatoso y aunque a Isabel le gustaría hacer algo por su hija sabe que no puede. Pasó muchos meses en la habitación de un hospital, escuchando a los médicos a veces sin entenderlos otras veces sin querer hacerlo, entre enfermos, entre máquinas. Y viendo como su hija se marchitaba día a día pero con la esperanza de volver a recuperarla. Pero la parte más dura es cuando tiene que decirle adiós.

Como toda madre, Isabel habla con mucho amor a su hija. Los sentimientos están muy presentes en esta novela, porque ¿cómo puede una madre superar la pérdida de una hija? ¿Cómo se puede aceptar que su cuerpo que sigue ahí, que respira no tiene nada dentro? Porque poco a poco Paula va dejando de existir. E Isabel nos narra todo ello con mucho dolor.

Aunque no está sola, porque toda su familia y amigos la arropa, a ella le hace falta su hija. Verla hablar, sonreír, acariciarla.

Es una novela triste, emocionante y conmovedora que llega al corazón. Es imposible leer sus páginas y no sentir nada. La verdad que es la parte de la novela que más me ha gustado en parte porque me ha impactado.
Una frase…
“La muerte anda suelta por los pasillos y mi tarea es distraerla para que no encuentre tu puerta”