miércoles, 3 de octubre de 2018

La mujer de blanco - Wilkie Collins

Título: La mujer de blanco
Autor: Wilkie Collins
Publicación: Navona, julio de 2018
Páginas: 696

El pasado mes de julio el sello editorial Navona, dentro de su colección Ineludibles (seguro que ya la identificáis con esas preciosas ediciones en tela, con punto de lectura y muy cuidadas) publicó una de las novelas de Wilkie Collins. Uno de los autores que considero de lectura imprescindible. Se le considera como uno de los precursores de la novela de suspense y melodramática haciéndose muy conocido por su gran producción y el considerable número de obras que han conseguido llegar perfectamente hasta nuestros días. La mujer de blanco, la novela que hoy os presentó, fue publicada originalmente por entregas entre el año 1859 y 1860 en la revista All the Year Round,  dirigida por Charles Dickens con quien Collins compartía una buena amistad.

"Estabamos en el útlimo día del mes de julio. El largo y cálido verano estaba pronto a terminar, y los fatigados peregrinos que recorríamos las calles londinenses empezábamos a pensar en las sombras de las nubes sobre los maizales y en las brisas otoñales de la costa."

La historia tiene su punto de partida  cuando Walter Hartright recorre el camino desde la casa de su madre en Hampstead, con quien acaba de pasar una velada, hasta Londres pasada la medianoche. En su caminata se encuentra con una extraña joven vestida completamente de blanco que también se dirige a Londres. Curiosamente, la misteriosa dama le habla de la familia Fairlie para quien el joven comenzará a trabajar próximamente tras recibir una oferta laboral.

Unos días más tarde Walter se traslada a la mansión Limmeridge, en la costa noroeste de Inglaterra, donde ha sido contratado como profesor de dibujo para instruir a la joven y encantadora Laura Fairlie, que un día será la heredera de la fortuna familiar, y a su hermanastra Mariam Halcombe. A pesar de que la joven Laura  ya está comprometida con Sir Percival Glyde, Walter si siente inmediatamente atraído por ella aunque consciente de sus diferentes posiciones sociales no se atreverá a acercarse a ella ni declararle sus sentimientos.

A partir de este momento da lugar a una compleja trama donde se funden el misterio y una complicada historia de amor. Collins desde el principio engancha al lector planteándole una serie de interrogantes a los que se sumarán otros diferentes durante su desarrollo. Por un lado tenemos la misteriosa identidad de la mujer de blanco y su conexión con la familia Fairline y por otro tenemos  una segunda trama centrada en una oscura conspiración para hacerse con la herencia de la familia.

Poco a poco ambas tramas irán entrelazándose con un maravilloso manejo y dosificación de la información de forma que el lector permanece alerta desde el principio hasta el fin. No es una novela que espera a las últimas páginas para desentrañar todos sus misterios sino que unos se van renovando mientras otros se desvelan. Collins sabe ofrecer al lector momentos de tensión, alguna que otra sorpresa y ciertos giros argumentales que pillarán desprevenido al lector.

Con respecto a la construcción de los personajes no se puede poner ninguna objeción. Todos en la novela quedan perfectamente definidos y son sobre todo coherentes de forma que enriquecen en gran medida la novela. Es cierto que quizás pecan de maniqueísmo; los buenos son buenos y los malos actúan como tal, sin ambigüedades. No es un aspecto que me haya molestado. A lo largo de la misma el lector tendrá una imagen muy definida del joven profesor de dibujo Walter Hartright, la delicada Laura Fairline o el ambicioso Sir Percival Glyde. Destacar el personaje de Marian Halcombre, uno de mis favoritos. Se trata de una dama un poco atípica para la representación de la época. Práctica, decidida y resuelta pero poco agraciada y algo masculina representa todo lo contrario que su hermanastra Laura, frágil y etérea. Otra figura con la que he disfrutado ha sido el italiano conde Fosco, un villano que da muchísimo juego en la historia.

La mujer de blanco presenta además otra particularidad (que su autor quiso resaltar en el momento de su publicación ya como libro en un solo volumen) y es que para construir el total de la historia Collins utiliza distintos narradores, que se corresponden con personajes que viven de primera mano algunos de sus momentos y quienes por tanto tienen una visión y conocimiento limitado de la misma. Así de uno en uno y en primera persona van realizando sus testimonios por petición expresa, incluyendo además cartas o recopilando fragmentos del diario personal de Marian Halcombe. Cada uno de ellos aporta su experiencia personal y entre todos construyen un relato que avanza de forma lineal en el tiempo sin solaparse la acción en ningún momento. La extensa novela (que abarca más de ochocientas páginas en mi edición) se estructura en tres épocas, cada una de las cuales se desgaja en diferentes capítulos aglutinados por las voces narrativas.

Destacar además una prosa sugerente, bastante descriptiva y unos diálogos muy vivos e ingeniosos, salpicados además de momentos de cierta reflexión por parte de sus personajes y algunas escenas románticas. Es una historia que hay que tomar con tranquilidad pues a pesar de su intriga transcurre de forma lenta, avanzando paso a paso, pero sin acabar con la paciencia del lector porque tiene muchísimos elementos para ir disfrutando de cada página.  Considero que en una novela tan extensa es difícil mantener el ritmo sin corre el riesgo de perder la atención de lector, un aspecto que está muy logrado en La mujer de blanco, que va cambiando en distintos momentos.

Quizá es por ello también que su autor nos puede sorprender con una excelente ambientación. Ya no solo referido a escenarios sino que la novela nos da detalles de cómo se desarrollaba la vida en el siglo XIX destacando las carencias y debilidades del sexo femenino con respecto del papel que jugaba el hombre en la sociedad.

Conclusión

La mujer de blanco es una buena novela de intriga y suspense, con un toque romántico, unos personajes bien construidos, con una trama que alberga cierta complejidad y un toque victoriano que le aporta cierto encanto adicional. Muy recomendable.